Carlos IV entrega la llave de la ciudad a don Carnal, quien inaugura el Carnaval de Madrid

Actualizado: jueves, 31 enero 2008 21:47

MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

El difunto rey de España Carlos IV entregó hoy las llaves de Madrid a don Carnal, en un acto en la plaza de la Villa en el que estuvo acompañado por el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, por la delgada de las Artes, Alicia Moreno,y por concejales de los tres grupos con representación en el Ayuntamiento.

No se trata de la trama de una obra de teatro que en estos días se represente en los escenarios madrileños, sino del acto de inauguración del Carnaval 2008, al que asistieron cerca de un millar de vecinos.

Carlos IV llegó como antaño: en una carroza tirada por seis caballos blancos engalanados con sus mejores adornos, cuatro lacayos con sus trajes de gala y su mujer María Luisa, además de su valido Godoy y otros miembros de la corte.

Y es que, con motivo de la celebración este año del segundo centenario de la Guerra de la Independencia, el Ayuntamiento ha decidido ambientar el Carnaval en una escena típica de principios del siglo XIX.

Así, empezando por Su Majestad, quien según dijo había "escapado de un retrato del pintor de corte Francisco de Goya y Lucientes para comprobar in situ las bondades de esta villa que se cantan en todas partes del orbe", todos los bailarines, saltimbanquis y malabaristas de las comparsas del Carnamundi, procedentes de Bolivia, Uruguay y República Dominicana, que animaban el espectáculo portaban ropajes del momento.

Al pie de la carroza, un Gallardón divertido, sonriente y relajado hizo entrega de la llave (gigante) de oro de la ciudad al monarca quien, antes de que cuatro matachines se la robaran para dársela a don Carnal, que llegó encaramado en la Tarasca, dio un consejo al regidor capitalino.

"Seguro que vos tenéis mucho que ver en la bonanza de esta villa -dijo- pero no erréis como mi padre, Carlos III, y permitid a la gente de Madrid que usen capas; así evitaréis cualquier motín, que es posible aunque Esquilache haya pasado a mejor vida".

Después, entre fuegos artificiales, petardos y una lluvia de cintas de colores, Carlos IV pidió "una fiesta responsable y un divertimento sin límite", antes de que don Carnal diera por inaugurada la "fiesta de la carne". "Disfrutad, que pronto llegará doña Cuaresma", advirtió el que será el verdadero rey de la fiesta. Y es que, como se suele decir, la historia siempre acaba volviendo.