MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Universidad Pontificia Comillas celebró ayer el Acto Inaugural del 50 Aniversario de ICADE con un homenaje a los pioneros, con la presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
En el acto estuvieron el Rector, José Ramón Busto; la Consejera de Educación, Lucía Figar; la Decana de la Facultad de Derecho (ICADE), Concepción Molina; el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Alfredo Arahuetes, y el Director de ICADE Business School, Javier Gómez Lanz.
La presidenta, cuyo gobierno acaba de conceder la Gran Cruz del 2 de Mayo a Comillas, elogió la aportación de ICADE a la vida económica, social y educativa del país: "Este proyecto de 50 años es un modelo para la España del siglo XXI".
El rector ha afirmado en su discurso que ICADE supo prever las "nuevas necesidades para los nuevos tiempos" con la primera doble titulación de la universidad española.
RECUERDO A LOS PIONEROS
En el acto se ha recordado a las primeras personas que pisaron las aulas de ICADE y, en reconocimiento a estos pioneros, se entregaron las medallas conmemorativas del 50 Aniversario de ICADE a Juan Velarde Fuertes, a la primera promoción (1960-1966) y a Benjamín Soto Nogueira.
Con la distinción, se quiso destacar a los primeros profesores, alumnos y al personal de administración y servicios de "la primera hora". Además, Jerónimo Saavedra Acevedo, Catedrático de Derecho del Trabajo y profesor de las primeras promociones de ICADE, dictó una conferencia sobre la reforma laboral.
Entre el público, que abarrotó el Aula Magna, se encontraban destacas personalidades de la vida pública madrileña como Ana Isabel Mariño, Consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio; Engracia Hidalgo, Consejera de Familia y Asuntos Sociales; Rodrigo Rato, Presidente de Caja Madrid; Arturo Fernández, Presidente de la Cámara de Madrid y de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) o José María Álvarez del Manzano, Presidente de IFEMA.
José López Franco, delegado de la primera promoción de ICADE y luego profesor en la universidad, hizo "memoria de los fundadores", dedicando sus palabras a Andrés Sevilla y Juan Martín de Nicolás, SJ. A Sevilla, ideólogo del proyecto junto a Ignacio Prieto, SJ, le definió como "consumado maestro del ejercicio de la inteligencia emocional" en una época en la que aún no se había inventado el término. Glosó también las cualidades de Martín de Nicolás e identificó dos pilares de su personalidad: su visión esperanzada y positiva de la condición humana y su fe en Cristo.
Tras recibir la medalla, Juan Velarde rememoró su vida docente y cómo no consiguió dar una explicación amplia, libre y coherente de la economía española hasta que llegó a ICADE en 1950, "fue la culminación de un deseo". Se mostró emocionado porque ese curso de economía española no dejara indiferentes a sus alumnos y, 50 años después, le distingan por ello.
Jesús Sainz Muñoz recogió la medalla en representación de los alumnos de la primera promoción presentes en el acto y de aquellos que ya no están. Recordó que, detrás de una institución están las personas y reconoció que, junto a sus compañeros, participó "en un experimento educativo de laboratorio", lo que supuso correr riesgos pero también les convirtió en precursores. "Los jesuitas, como en tantas otras cosas, fueron adelantados a su tiempo", afirmó.
El primer miembro del personal de administración y servicios que tuvo ICADE, Benjamín Soto, también recogió su distinción y tuvo palabras de agradecimiento para los profesores, los alumnos y sus compañeros. Explicó cómo la universidad y los jesuitas han formado parte de su vida, ya que estuvo en Comillas desde 1960 hasta 1999, año de su jubilación.
Antes de iniciar su conferencia, Jerónimo Saavedra quiso recordar cómo en octubre de 1936 impartió por primera vez, y en ICADE, un curso completo de derecho del trabajo. "Aquí encontré comunicación, iniciativa y sentido del riesgo", unas cualidades que no se daban entre sus alumnos de otras universidades.
Ya centrado en la conferencia advirtió que, en su opinión, "la reforma laboral tiene muy poco de reforma", ya que modifica algunos aspectos de la legislación pero no supone una ruptura. Hizo un repaso de la relaciones entre la economía y la legislación laboral y señaló que es en épocas de desarrollo y expansión cuando se dan los mayores cambios y avances.
Advirtió también de las contradicciones y paradojas que se dan entre sindicatos, patronal y gobierno. "En España padecemos un uso del lenguaje equivocado: durante décadas se ha pedido el despido libre, cuando lo que se quiere es un despido menos costoso o más económico".
Explicó que la reforma ha introducido aspectos protectores y reductores de los contratos temporales, a la vez que ha cambiado el sistema de indemnizaciones.
Afirmó que en sus reivindicaciones "los sindicatos siguen olvidándose del 33 por ciento de trabajadores sin protección contra el despido". No obstante, recordó que la legislación laboral es incapaz de resolver por sí misma el problema de los cuatro millones de parados.
