La Comunidad de Madrid tramita la declaración de Bien de Interés Cultural para la Real Fábrica de Tapices

Actualizado: viernes, 18 agosto 2006 19:22

MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Comunidad de Madrid tramita la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento, a favor de la Real Fábrica de Tapices, cuyo edificio, obra del arquitecto José Segundo de Lema, data de finales del siglo XIX.

La propuesta, aprobada unánimemente por la Comisión Permanente del Consejo Regional de Patrimonio Histórico, se encuentra en fase de información pública y recogida de alegaciones y, transcurrido dicho periodo, será aprobada por el Consejo de Gobierno, informaron hoy a Europa Press fuentes de la Consejería de Cultura y Deportes.

La Real Fábrica de Tapices se ubica muy cerca de la Basílica de Atocha, en la manzana formada por las calles de Fuenterrabía, Julián Gayarre, Vandergoten y Andrés Torrejón, y su creación como entidad se debe a Felipe V en un intento de fortalecer el tejido productivo nacional, poco desarrollado hasta entonces, y de suministrar a la Corona, la Nobleza y la Iglesia una serie de productos o manufacturas de carácter suntuoso que tradicionalmente eran adquiridos en los Países Bajos y que, con su independencia política, dejaron de llegar a los mercados peninsulares.

En una primera etapa la fábrica se estableció en un edificio próximo al Portillo de Santa Bárbara, conocido como Casa del Abreviador, en los arrabales de la villa, hasta que en 1882 Alfonso XII autorizó la demolición del mismo para proceder al acuartelamiento y ensanche de Madrid, y ordenó que se construyera una nueva sede en la zona del Olivar y Huerta del Convento de Atocha, donde ahora tiene su actividad.

AVATARES HISTÓRICOS

La Fábrica de Tapices siempre ha estado vinculada a la Corona. Así, en los primeros momentos, se pone al frente de los asuntos económicos un Intendente Real para establecer las contratas. Durante el siglo XIX y XX disminuyeron progresivamente los encargos de la Casa Real, pero aumentaron los de las nuevas clases acomodadas. Paralelamente, aumentó la producción de alfombras en detrimento de los tapices y reposteros, que pasaron de moda.

Con la República entró en crisis, ya que se dejó a la fábrica sin el apoyo de la Corona. No obstante, se mantuvo, pasando a llamarse Manufactura Nacional de Tapices y Alfombras, gracias al apoyo de Manuel Azaña e Indalecio Prieto.

Durante la Guerra Civil, la Fábrica fue incautada, pero una vez finalizada la contienda volvió de nuevo a la familia Stuyck, que continuó con la actividad. La creación de la Fundación del Generalísimo, después llamada Fundación de Gremios, supuso otro golpe para la Real Fábrica, ya que la privó de una de sus funciones tradicionales al servicio del Patrimonio Nacional.

DESDE 1996 ES UNA FUNDACIÓN

Sin embargo, en 1982 recuperó el título de Real Fábrica y en 1996, a iniciativa de la Corona y del Ministerio de Cultura, la Manufactura se convirtió en la Fundación Real Fábrica de Tapices, asumiendo el reto de continuar la producción artesanal de tapices, alfombras y reposteros y de formar nuevos artesanos, garantizando así la supervivencia de unos oficios en vías de extinción que han sido y son una de las expresiones más extraordinarias de las artes suntuarias.

La configuración del edificio como manzana cerrada, en la que se concentraban todas las actividades relacionadas con la elaboración de las materias primas, la producción en si, almacenamiento y la conservación y restauración de textiles, incluidas las viviendas tanto de sus directivos como de alguno de sus empleados, responde claramente a la idea ilustrada generada en el siglo XVIII, aunque el inmueble date de finales del XIX.

La declaración de BIC que plantea el Gobierno regional se sumará a la de Conjunto Histórico del Recinto de la Villa de Madrid otorgada desde 1995 a la manzana de edificación en que se encuentra ubicada la Real Fábrica.