Los crímenes de la sala Heaven y Azca y los asesinatos de Leónidas y la niña de Vallecas marcan la crónica negra de 2009

Actualizado: jueves, 31 diciembre 2009 12:06

El año acaba en la región con 53 muertes violentas, el dato más bajo de la década, y casi todas esclarecidas

MADRID, 31 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los crímenes a las puertas de la discoteca Heaven y en los bajos de Azca, así como el asesinato del narcotraficante Leónidas Vargas y de una niña de 12 años en Vallecas han marcado la crónica negra de la Comunidad de Madrid en 2009.

A punto de agotarse el año, se han registrado en la región 53 muertes violentas, la cifra más baja de la década. El año anterior se cerró con 73 homicidios frente a los 60 de 2007. No obstante, el récord del decenio se lo llevó 2003, con cien.

Además, en 2009 se han esclarecido el 96% de los homicidios dolosos (43 de 47) desarrollados en la jurisdicción de la Policía Nacional, lo que supone un 16% más de efectividad que en 2008, según datos de la Jefatura Superior. Además, la Guardia Civil esclareció las seis muertes de estas características en su territorio, el 100%.

Además, los agentes nacionales resolvieron este año dos crímenes que se produjeron antes de 2009 o en otras provincias. La Policía no suma en esta estadística anual los bebés hallados muertos en Villaverde, Valdemingómez y San Blas, hasta que se demuestre que han sido muertes dolosas.

Así, los policías han resuelto todas las muertes por ajuste de cuentas y en el ámbito familiar, así como el 91% de los homicidios por peleas callejeras. La Jefatura también destacó que el número de homicidios en su jurisdicción se redujo un 15% y que en las localidades periféricas decreció la cifra de asesinatos un 35% (de los 17 de 2008 a los 11 de 2009).

LOS ASESINATOS MÁS RELEVANTES

Uno de los crímenes más violentos tuvo lugar el 8 de enero de 2009, horas antes de la gran nevada que colapsó la capital. Leónidas Vargas, un narcotraficante de la mafia colombiana, fue asesinado a tiros en el Hospital 12 de Octubre, donde se encontraba ingresado. Hasta su habitación se adentró un sicario que le descerrajó cuatro disparos con un arma con silenciador.

Además, el asesino amenazó con la pistola al acompañante del paciente, que entró en estado de shock. La enfermera que se encontró al acribillado también tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad. Leónidas no contaba con un dispositivo de seguridad pese a encontrarse en arresto domiciliario, ya que había sido procesado por trasladar un contenedor con media tonelada de droga. Tras un proceso de investigación complicado, la Policía detuvo en otoño al autor material de los hechos, un colombiano de 24 años. Con él, ya son siete las personas arrestadas por la muerte. Formaban parte de un grupo dedicado al narcotráfico y la extorsión.

Al lunes siguiente, de madrugada Catalin, el portero de la discoteca Heaven y un relaciones públicas de la Joy Eslava, Alejandro Muñoz Rojas, murieron acribillados en pleno centro de Madrid presuntamente a manos de un hombre de 36 años, alias 'El Cuchillos'.

Éste mantuvo una discusión con Catalin en el descansillo de la sala, cuando el primero que le invitó a salir del local por los incidentes que estaba acostumbrado a provocar. Luego, fue a por una pistola y le disparó cuatro tiros a quemarropa. Emprendió la huida a base de disparos, siendo perseguido por varios porteros y clientes. En la calle Hileras, pegó dos tiros en la espalda a uno de los clientes, Alejandro Muñoz Rojas Marcos, el hijo de un prestigioso médico español, que murió horas después.

Los agentes de Policía encontraron al atacante en su coche, apostado en una calle cercana, cuando se disponía a huir de la zona. 'Cata' fue acusado de pertenecer a supuestas mafias búlgaras que controlaban el submundo de la noche madrileña. El doble asesinato provocó un gran revuelo y aceleró el proceso de acreditación de los porteros puesto en marcha por la Comunidad tras la muerte de Álvaro Ussía presumiblemente a manos de porteros de la discoteca Balcón de Rosales.

En la madrugada del 15 de marzo en un zona pecuaria de San Agustín de Guadalix un marroquí de 24 años y un colombiano de 35 años, ambos con antecedentes penales, murieron acribillados. La Guardia Civil esclareció este doble asesinato con la detención de cuatro personas. Los vecinos atribuyeron los hechos a un asunto de drogas.

A finales de marzo un crimen conmocionó a todo el barrio de Tetuán. Un dominicano (la nacionalidad que suma más muertes violentas este año) de 23 años, conocido como 'Luisito', murió tiroteado en la calle Topete de Madrid por un vigilante de seguridad de 38 años y nacionalidad española. El móvil aún es una incógnita y el proceso judicial se encuentra en fase de instrucción.

En abril sorprendió el hallazgo de un hombre de 66 años y nacionalidad española, con al menos cinco heridas por arma blanca en la entrada de la Casa de Campo. Días después, agentes de la Policía Municipal y sanitarios del Samur encontraron el cuerpo sin vida de otro hombre de 62 años sin aparentes signos de violencia en un descampado situado en la misma zona verde de la capital. El 29 de ese mismo mes un joyero de 71 años con una herida de arma blanca fue hallado asesinado en el interior de un garaje particular del número 20 de la calle Silva de Madrid.

TRES MENORES ASESINADOS VIOLENTAMENTE

Uno de los crímenes con mayor repercusión del año ocurrió el día de Santiago. Una menor de 12 años, de nacionalidad dominicana fue hallada muerta en su domicilio, en el distrito de Puente de Vallecas, por heridas de arma blanca. Al día siguiente, el presunto asesino se entregó horas después en una comisaría de Zaragoza. Según las primeras pesquisas, se trataba de la pareja de su tía y presuntamente mató a la niña mientras intentaba abusar de ella.

La madrugada del 2 de agosto la calle Cea Bermúdez de Madrid se tiñó de sangre. El militar Norman Rodrigo Cevallos, veinteañero de origen ecuatoriano y nacionalizado español, falleció tras recibir varias puñaladas por defender a su hermana de los insultos de un grupo de personas que salían de una discoteca. La Policía detuvo al autor material del homicidio y a otras dos personas, también sudamericanas, relacionadas con los hechos.

La Policía descartó que se tratara de un crimen relacionado con bandas latinas, lo mismo que concluyó tras investigar el asesinato, el 28 de agosto, de un adolescente de 17 años en los bajos de Azca. El menor recibió un disparó en la calle Orense de Madrid cuando salía de una discoteca. Los vecinos criticaron entonces el deterioro de la zona y algunas fuentes apuntaron que el fallecido era miembro de la banda Dominican Don't Play. La Policía detuvo al autor material de los hechos, también menor, y al resto de los implicados.

Ese mismo mes, uno de los más violentos del año, murió una mujer de 45 años y su bebé de seis meses en el distrito de Retiro de Madrid. La Policía detuvo horas después al hijo de la fallecida, de 22 años, que tenía diagnosticada una enfermedad mental. También perdió la vida de forma violenta un rumano en La Cabrera tras una paliza propinada por dos personas, que posteriormente fueron detenidas junto a cuatro más por encubrimiento.

Unos crímenes, en principio extraños, y similares al registrado el 20 de septiembre. Un hombre, con problemas psiquiátricos, se declaró culpable de matar a cuchilladas a una mujer de 31 años que vivía en la madrileña calle de Bravo Murillo, supuestamente después de que ésta se negara a acostarse con él. También tenía problemas mentales un hombre de 47 años que resultó grave de una autolesión tras, supuestamente, matar con arma blanca a sus padres, de 83 y 77 años, en su casa de la calle Fermín Caballero en el madrileño barrio del Pilar en octubre.

En ese mes, el más sangriento del año, tuvo lugar también el asesinato de una mujer cubana en Talamanca del Jarama. Fue degollada por su hijo que, tras matarla, salió a la calle e intentó acabar con la vida de otra mujer con la que se cruzó en el camino. Después amenazó de muerte gravemente a una tercera persona y fue detenido.