MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
CSIT Unión Profesional ha convocado para mañana una concentración de delegados sindicales del Área 7 de Sanidad en la puerta 'G' del Hospital Clínico para manifestar su repulsa ante las que aseguran continuas iniciativas privatizadoras de la gestión sanitaria en la Comunidad de Madrid tras anunciar el pasado 10 de marzo el cierre definitivo de la lavandería del Hospital Clínico San Carlos.
El sindicato criticó que la Consejería de Sanidad haya justificado esta privatización aludiendo a la necesidad de "ampliar espacio asistencial para la mejora de pacientes" y afirmar que reubicará a la plantilla en otros servicios del hospital.
Pese a ello, CSIT Unión Profesional ha exigido a la Consejería de Sanidad el cumplimiento del acuerdo de 2008. El sindicato ya solicitó en las reuniones de la Mesa Sectorial que, para evitar males mayores, desde la Consejería debería ejecutarse una correcta coordinación de las actuaciones de sus viceconsejerías.
"Esperamos que esta imprescindible interacción entre las dos viceconsejerías de Sanidad se materialice con la llegada del nuevo Consejero, Javier Fernández-Lasquetty", indicó el sindicato.
Según CSIT, el cierre de la lavandería supone una ruptura del acuerdo de 27 de octubre de 2008, por el que la Consejería se comprometía con los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Sanidad a no externalizar ningún servicio que no lo estuviera antes de esta fecha.
"Con el cierre de la lavandería del Hospital Clínico San Carlos, la actividad de lavado se ha comenzado a realizar en la Lavandería Central de Mejorada del Campo. Este hecho supone un desembolso económico, además de un trabajo y esfuerzo extra innecesario", denunció.
"Las repercusiones de la privatización de los servicios no sanitarios suponen una fuerte agresión a la estructura hospitalaria, y ocasionarían unas consecuencias imprevisibles tanto para la sanidad pública madrileña como para el propio personal eventual", apuntó.
El sindicato denunció que "la intención de la Consejería de privatizar los servicios no sanitarios de hospitales tradicionales como el Clínico, La Paz, Gregorio Marañón o Ramón y Cajal (con planes funcionales de reforma en marcha) supondría el aumento del gasto burocrático y administrativo, así como un deterioro de la calidad asistencial".
