Decenas de vecinos de Chueca se exilian estos días hartos del ruido, la suciedad y la multitud de las fiestas de Orgullo

Actualizado: domingo, 27 junio 2010 13:31

MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

Decenas de vecinos del Chueca huyen estos días del barrio madrileño hartos del ruido, la suciedad, la limpieza y el botellón que generan las fiestas del Orgullo Gay, que se celebran desde desde este fin de semana hasta el próximo 4 de julio.

Igualmente otros muchos se van estos días a casa de familiares o amigos por el riesgo de altercados personales como agresiones de mayor o menor gravedad, "que las personas que habitan en el barrio reciben por el simple hecho de querer acceder a sus viviendas" o la llegada a la zona de carteristas al acecho de víctimas entre la gran muchedumbre y avalancha de visitantes.

Además, la Asociación de Vecinos de Chueca señaló que muchos comerciantes se ven obligados a cerrar durante esos días. "Este barrio, aunque no lo parezca, es más que bares de copas, los grandes beneficiados. En cualquier caso, y este es un debate que está abierto hoy en muchas ciudades españolas, hay que decidir qué tipo de turismo se desea porque, al final, eso es parte de la imagen que la ciudad, en este caso Madrid, transmite. ¿Queremos la imagen de una ciudad donde todo vale, de fiesta y desparrame continuo? Nosotros desde luego no la queremos para nuestro barrio", aseguró un portavoz vecinal.

Un 'pequeño exilio' que no sólo afecta a familias con niños o al gran número de ancianos que habitan en el barrio, que ven imposible salir de sus casas con normalidad durante doce horas. "Yo he ido otros años a las fiestas de Chueca, pero desde que resido aquí me he dado cuenta de que no es lo mismo pasarse de fiesta en el Orgullo que vivir en él. El año pasado, por ejemplo, me encontraba cada día gente en el portal durmiendo, vómitos, orines y restos del botellón en mi edificio, aparte de la cantidad de locos y borrachos que tienes que sortear para llegar a tu casa", relató una de jóvenes vecinas a Europa Press.

"ATRONADOR" NIVEL DE RUIDO

La Asociación de Vecinos de Chueca asegura que la vida del barrio y sus gentes sufre "un grave disturbio" durante la semana del Orgullo. Entre las razones, alegan que "el atronador nivel de ruido" durante las tardes y gran parte de las noches de cinco días laborables y festivos, "es decir, de descanso para todos, impide el mínimo y necesario desenvolvimiento cotidiano, que implica actividad y descanso". "Y luego, por la mañana, llega el ruido de los barrenderos y personal de limpieza que se encargan de recoger todos los kilos de basura recogida", comentó otro vecino.

"No existe ninguna forma de abstraerse o minimizar el impacto del ruido que durante esos días se produce en las calles del barrio --cerrar las puertas y ventanas a cal y canto, recluirse en las partes interiores de las casas-- a excepción de trasladarse a otro sitio", argumentó otro residente.

A pocos días del inicio de las fiestas de 2010, la asociación precisó que en el año pasado se realizaron mediciones oficiales en una residencia de ancianos de la plaza de Vázquez de Mella y en numerosos momentos se alcanzaron niveles acústicos, "además de ilegales, próximos a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica de peligroso para la salud". "Esta situación ocurría en muchos lugares del barrio. Cinco días seguidos con cinco escenarios simultáneos en un área minúscula, con calles estrechas, no hay quien lo soporte", añadieron.

La asociación indicó que en ningún momento han solicitado que las fiestas abandonen Chueca, puesto que son conscientes de la significación del barrio para el colectivo homosexual. "A lo que nos oponemos es a una fiesta que se ha convertido en un botellón gigante durante cinco días, donde todo vale, y que impacta enormemente de la vida del barrio y conculca derechos fundamentales de los vecinos", indicó.

COLAPSO PARA LAS URGENCIAS

Asimismo, se quejó de que la masiva afluencia a los espacios y calles del barrio, de reducido tamaño, colapsa los accesos a las viviendas de los ciudadanos "y complica e incluso imposibilita no sólo el normal tránsito de las personas que viven en el barrio, sino la operación de todo tipo de emergencias sanitarias y de Protección Civil como incendios y accidentes".

En este sentido, considera que la enorme concentración de gente "fomenta y produce una serie de actos y situaciones que van en detrimento de los esfuerzos del Ayuntamiento y los propios vecinos por mantener el barrio cuidado y habitable, como la rotura de árboles, el arrancado de mobiliario urbano, la rotura de cristales en balcones, la penetración en portales y el destrozo de interiores.

En materia de seguridad, los vecinos exigen que la dotación de agentes suficientes "que velen tanto para que estas demandas se cumplan, como para que las situaciones de emergencia que afecten a participantes en las fiestas y a moradores del barrio puedan resolverse satisfactoriamente".

Por todo ello, la organización vecinal apuesta por unas fiestas donde se tengan en cuenta los derechos de los vecinos al descanso, a la salud, a la movilidad que las leyes nacionales y europeas protegen. Así, exigieron que los organizadores de las fiestas les tengan en cuenta, disminuyan el impacto con recortes en duración y escenarios en el barrio "sin barras ni altavoces en cada calle" y sin cortes de tráfico durante cinco días, entre otros asuntos. "Lo que creemos es que está en manos de los organizadores decidir si quieren que las fiestas se sigan celebrando en Chueca", concluyó.