ETA.- Miles de personas responden en Madrid a la convocatoria de sindicatos y ecuatorianos contra ETA y por la "unidad"

Actualizado: sábado, 13 enero 2007 22:17

"No acabarán con la esperanza de que el ejercicio de la palabra traiga la paz", recogía el manifiesto final

MADRID, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

Miles de personas secundaron esta tarde en Madrid la manifestación convocada por UGT, CCOO y la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (FENADEE) en repulsa por el atentado de ETA del pasado 30 de diciembre y en solidaridad con los familiares de las dos víctimas del mismo, los ecuatorianos Diego Armado Estacio y Carlos Alonso Palate. La convocatoria estuvo marcada por la ausencia del PP y la AVT, que consideraron la marcha un apoyo a la negociación con la banda terrorista.

Los convocantes declinaron ofrecer una cifra de participantes, aunque desde los sindicatos valoraron la manifestación como "masiva". La Delegación del Gobierno trasladó el cálculo de la Policía, en total, 174.824 manifestantes, mientras que la Comunidad de Madrid cifró la asistencia en 210.000 personas.

El manifiesto redactado por los convocantes reclamó la "unidad" y el "esfuerzo" de todos los partidos democráticos para lograr la derrota del terrorismo. Y también proclamó que "ni las armas ni aquellos que pretenden instrumentalizar el dolor acabarán con la esperanza de que el ejercicio de la palabra traiga la paz y la libertad a lo largo y ancho del territorio español".

La ausencia de consignas coreadas por la mayoría de los manifestantes y de incidentes destacables marcó el recorrido de la marcha. Alrededor de las seis de la tarde comenzó a moverse la pancarta inicial entre aplausos. En ese momento, miembros de la organización, de UGT y CCOO, comenzaron a lanzar consignas desde los megáfonos del tipo "No son vascos, son terroristas", pero los concentrados en el Paseo de Recoletos no terminaban de animarse y la mayoría se limitaba a sujetar los numerosos carteles repartidos por los convocantes, con una paloma de la paz que sujeta un ramo de olivo y la leyenda: "Por la paz y contra el terrorismo".

"EL ALCALDE, ¿DÓNDE ESTÁ?", GRITO MÁS REPETIDO.

Fue casi una hora después, recién superada la Plaza de Cibeles y enfilando la cabecera de la marcha ya la calle de Alcalá en dirección al final del recorrido, cuando un grito se hizo más numeroso y coreado que el resto: "¿El alcalde, dónde está?", que ya no se dejó de escuchar hasta prácticamente la lectura del manifiesto.

Unos metros más adelante se vivieron minutos de tensión cuando un equipo de Telemadrid, compuesto por un camarógrafo y una redactora, pretendía conectar en directo desde un punto por donde avanzaba el cordón de seguridad. La insistencia del equipo de Telemadrid chocó con el que mostró el servicio de orden formado por los sindicatos. Los primeros defendían que no se le estaba dejando trabajar y los sindicalistas les gritaban que pretendían "provocar".

Entre empujones, el tímido grito que se había oído antes en algún punto del recorrido, "Telemadrid, manipulación", se extendió rapidamente y los periodistas abandonaron el recorrido por un lateral.

Fue en el último tramo del recorrido, ya de noche, cuando aparecieron consignas que no llegaban a hacerse mayoritarias, tales como "Zapatero no estás solo" o "Los obispos, ¿dónde están?".

Ya en la misma puerta de Alcalá, muy cerca de la plataforma desde la que minutos después se leería el manifiesto, un grupo de ecuatorianos portaban una gran pancarta en la que se podían leer varios lemas, como "Queremos Paz", "No al terrorismo" o "Todos somos españoles". Mientras la sostenían coreaban sus propios lemas por la unidad y contra el terrorismo.

POLÉMICA POR EL LEMA.

El lema 'Por la paz, la libertad, la vida y contra el terrorismo', que tanta polémica ha generado por los cambios que ha tenido desde que se supo de la convocatoria de esta marcha, presidió en todo momento una protesta a la que se sumaron más de 300 organizaciones civiles, entre ellas la asociación de víctimas del 11-M que preside Pilar Manjón o la Federación Autonómica de Víctimas del Terrorismo (FAAVT), diversos miembros del Gobierno, entre ellos los ministros de Trabajo y Cultura, Jesús Caldera y Carmen Calvo, respectivamente, de la Ejecutiva del PSOE, de IU y del mundo de la cultura.

Manjón pidió perdón a los ecuatorianos por el "vergonzoso espectáculo" que se les ha dado durante la última semana con las controversias sobre lemas y adhesiones, mientras el director general de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, José Manuel Rodríguez Uribes, declaraba a Europa Press: "Mi razón no entiende las razones que han llevado al PP a no asistir".

Junto a ellos dos, sosteniendo la pancarta, el portavoz de la Federación Autonómica de Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, Roberto Manrique, el presidente de la FENADDE, Santiago Morales, familiares de Estacio y Palate, los líderes sindicales José María Fidalgo y Cándido Méndez, así como integrantes del mundo de la cultura como Rosa Regás o José Saramago.

Justo detrás, representantes del mundo del espectáculo, caso de Cayetana Guillén Cuervo, Loles León o Bibiana Fernández, mezclados con otros políticos: Gaspar Llamazares, Joan Saura, Jesús Caldera y Carmen Calvo, respectivamente, así como las secretarias de Estado de Asuntos Sociales e Iberoamerica, Consuelo Rumí y Trinidad Jiménez. Caldera se dirigió directamente al líder del PP, Mariano Rajoy, para reprocharle que se haya manifestado en cinco ocasiones contra el Gobierno "y ahora que hay dos víctimas del terrorismo no se manifiesta".

Pasadas las siete y media de la tarde, un grupo musical comenzó, desde el escenario, a tocar una versión 'andina' del 'Sólo le pido a Dios', precediendo a la primera intervención del presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos (FENADEE), Santiago Morales, quien agradeció a la ciudadanía su participación, así como a los sindicatos que hayan "dado voz" a los ecuatorianos en la marcha.

"EL EJERCICIO DE LA PALABRA TRAERÁ LA PAZ".

Un minuto de silencio roto por los aplausos dio paso a la lectura del manifiesto final a dos voces, por la ecuatoriana Lucía Rosero y por la escritora española Almudena Grandes. En él se urgió a la "unidad" de todos los partidos democráticos para la derrota del terrorismo, se advirtió de que no se entendería que los políticos "no hiciesen todos los esfuerzos necesarios" para terminar con esta lacra y proclamó que "ni las armas ni los aquellos que pretenden instrumentar" el dolor "acabarán con la esperanza de que el ejercicio de la palabra traiga la paz y la libertad a lo largo y ancho del territorio español".

"Es mucho más lo que nos une a los demócratas y sus organizaciones representativas de lo que pueda separarnos, y no entenderíamos que los partidos que nos representan y en quienes depositamos nuestra confianza los ciudadanos, no hiciesen todos los esfuerzos necesarios para terminar con el terrorismo", agregaron.

Los convocantes de la marcha le dijeron también a ETA que está "muy equivocada" si piensa que los demócratas, "unidos en los valores y las instituciones del Estado de Derecho", van a abdicar de sus "ansias de paz y libertad", renunciando a luchar por el fin del terrorismo. "Todos nosotros le decimos a ETA que ha elegido el peor, el más inútil de los caminos. Este final de tregua sólo servirá para prolongar el sufrimiento, ni antes ni ahora alcanzará objetivo político alguno", leyeron las dos mujeres.