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El tío de la víctima recibió tras la agresión un mensaje del hermano del acusado asegurando sentir "vergüenza"
MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
"Mi madre, mi mujer y yo no somos culpables. Ha sido una vergüenza. No le queremos en nuestra vida". Éste fue el contenido de un mensaje de móvil que el hermano del turco Ozgur D. envió el 20 de junio de 2012 al tío de María Ángeles poco después de que un desconocido le arrojara por sorpresa ácido en plena calle, desfigurándole el rostro.
La Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado este martes la segunda sesión del juicio contra Ozgur D., quien afronta una petición de 24 años de cárcel. Se le acusa de presuntamente contratar a un sicario colombiano para echar ácido a su mujer tras comunicarle ésta su intención de divorciarse. El presunto asesino a sueldo se enfrenta a una petición fiscal de 19 años de prisión.
En su declaración, Ozgur negó ayer los hechos que se le imputan, al igual que hizo el otro acusado. Frente a su versión, Mª Ángeles identificó a Bryan como la persona que le arrojó el líquido y afirmó que supo que detrás de lo sucedido estaba su expareja.
Javier G., tío de la víctima y a la que considera como una hermana debido a que tiene edades similares, ha relatado esta mañana al tribunal que su sobrina meses antes de lo sucedido le contó cómo su marido le intentaba controlar todo el rato, sin dejarla ni un momento a solas.
"Ella me comentó que recibía mensajes amenazantes y me decía que tenía dudas sobre si podía ser él", ha señalado. Según su testimonio, Mª Ángeles comenzó a tener dos líneas de teléfono, una de ellas para los más allegados, dado que pensaba que Ozgur le tenía pinchado el móvil para tenerla siempre localizada y controlada.
El 16 de junio de 2012, su sobrina sufrió un robo con violencia a manos de un desconocido que la agredió, un hecho del que sospechaba que podría estar detrás su marido. Entre los efectos robados se encontraba su cartera en la que guardaba una fotografía desgastada de su hijo.
Poco antes de que Mª Ángeles fuera rociada con ácido, vio en la cartera de su marido la misma fotografía que ella guardaba en su monedero. Este hecho le llevó a pensar tanto a ella como a su tío que Ozgur D. estaba detrás del robo.
El testigo ha señalado que alguna vez pensó que algo le podría pasar, pero nunca lo que le sucedió en relación a lo ocurrido la mañana del 29 de junio de ese año cuando el mismo hombre que le había atraco días antes le arrojó en la cara un líquido corrosivo.
Como ya hizo en su declaración policial, Javier ha comentado que cuando estuvo con Otzur tras lo sucedido éste reaccionó cuando supo que su mujer estaba en el hospital de "forma extraña como si él fuera el culpable", como si "se lo hubiera ido de las manos".
Tras la agresión, Javier recibió un mensaje de móvil del hermano de Otzur. "Mi madre, mi mujer y yo no somos culpables. Ha sido una vergüenza. No le queremos en nuestra vida", rezaba el texto. "Yo no sabía cómo interpretar este mensaje y lo llevé a la Policía", ha comentado en el juicio.
Susana C., una de las amigas de la agredida, ha narrado cómo los meses previos a la agresión Mª Ángeles se sentía agobiada por el acoso al que le estaba sometiendo su esposo. "La perseguía, la tenía controlada, estaba siempre detrás", ha contado y ha indicado que entonces pensaba que su marido le tenía pinchado el teléfono.
Así, ha comentado que su amistad surgió en el colegio que compartían sus hijos. "Al principio nunca venía al colegio y luego no dejaba de venir. En una de las comidas con los padres, él le comentó a otra madre que quería emboracharla para sonsacarle información", ha indicado.
Por su parte, el marido de la anterior ha señalado que Ozgur le intentaba implicar en los problemas que tenía con su pareja y que éste le insistía en que era algo que debían ellos de solucionar. "Me enseñaba fotografías que supuestamente le había mandado su amante", ha señalado.
