Funcionarios de su juzgado acusan a Silva "caos y prepotencia" y revelan que incluso tuvieron que tomar lexatin

Elpidio Silva
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 9 julio 2015 3:13

El juez llegó a acusar a una funcionaria de "haber sido comprada por Blesa" y quería que Manos Limpias le dictara una resolución

MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

Varios funcionarios del Juzgado de Elpidio Silva han afirmado que el juez tenía "fijación" por el 'caso Blesa' y que para él "no existía otra cosa". Además, han revelado que "tuvieron que tomar lexatin" tras un "desagradable y tenso" episodio en el que el juez terminó acusando a una gestora de "haber sido comprada por Blesa".

La cuarta sesión del juicio contra Silva por presuntos delitos de prevaricación, retardo malicioso en la Administración de Justicia y contra la libertad individual de Blesa ha estado protagonizada por los testimonios de cuatro funcionarios del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid y de dos peritos de KPMG, que han dicho que el magistrado no "teledirigía" sus informes.

Los empleados públicos han desgranado varias de las singularidades que presenciaban en el juzgado del que era titular Silva. Entre ellas, sus "frecuentes" entrevistas con Manos Limpias, una de las cuales destacó por su "larga duración" justo antes de que pusiera en libertad al ex banquero como consecuencia de la anulación de la causa por parte de la Audiencia Provincial de Madrid.

En concreto, todos han rememorado el incidente del 9 de julio de 2013, cuando Silva ordenó a una gestora procesal que buscara una querella de Manos Limpias pese a que ella pensaba que no le correspondía. Cuando la gestora solicitó al juez que "lo que tuviera que pedirle, lo hiciera delante de sus compañeros", él la requirió "de forma desabrida y levantando la voz" que pasara a su despacho, donde encontró a la abogada de Manos Limpias.

En el despacho, la gestora vivió "una situación de mucha prepotencia" en la que el magistrado le acusó de haber sido "comprada por el señor Blesa" y quiso que ella hiciera constar en una resolución lo que le dictaba la letrada de Manos Limpias, a lo que no se prestó. "Salí del despacho con tal nerviosismo, que subí a consultarle al juez Juan Antonio Toro si había obrado correctamente", ha remachado.

"Me acusó de haber sido comprada por el señor Blesa y fue la gota que colmó el vaso. Cuando a alguien se le acusa de corrupta, en una palabra, hay un momento en que no puede seguir trabajando", ha expresado, para precisar que pidió la baja tras este incidente.

Tres funcionarios, que presenciaron el momento anterior y posterior a su permanencia en el despacho, han afirmado que "fue una situación muy tensa y muy desagradable y que tres personas tuvieron que estar tomando lexatin".

CONTINUAS QUEJAS EN EL JUZGADO DE SILVA

El secretario judicial que trabajaba en el Juzgado de Silva ha recordado que durante los días del caso Blesa soportó unas "vivencias muy desagradables a nivel personal y profesional" y que los funcionarios le trasladaban "continuas quejas" del magistrado porque "tenían que hacer su trabajo". "Había un mal ambiente, pidieron hablar con los inspectores y se quejaban de que los asuntos no se instruían bien", ha dicho, para hablar de "caótica situación y clima de tensión".

El fedatario público ha relatado que los funcionarios se tenían que leer las causas y rellenar autos, que después firmaba el juez. "Había un atasco y se necesitaba a alguien que pudiera empezar a trabajar. Ellos consideraban que Silva no hacía esa función o resolvía sin profundizar. Creo que el juez tiene que leerse las causas, no basta que le den cuenta en diez minutos para poner una resolución", ha agregado.

A su juicio, el juez Silva tenía "cierta prisa, cierta urgencia" por incoar las diligencias del banco de Miami, por las que terminó mandando a prisión a Miguel Blesa. A este respecto, ha comentado que el magistrado "empezó a trabajar" en la causa sobre el City National Bank con el "mismo número de diligencias" que las del crédito a Díaz Ferrán, pese a que él le sugirió que esperara al siguiente día hábil para que el sistema informático le asignara el número correspondiente.

COPIA DE LOS CORREOS DE BLESA

Entre otros incidentes, la gestora procesal ha aseverado que Silva se entrevistaba "frecuentemente" con Manos Limpias en unas visitas en las que se entregaban documentos, que permitió su presencia en un acto con el fiscal cuando la causa estaba secreta y que no le pidió fianza para personarse en el procedimiento porque "eran perjudicados".

Además, el juez ordenó que no se trasladaran tres provincias a la Fiscalía y que sus representantes se trasladaran físicamente al juzgado para saber de las mismas. La testigo ha señalado que Silva le advirtió de que el abogado de Blesa "no era importante y liaba las cosas" y ha agregado que le "consta por terceras personas" que el magistrado tenía copia de sus correos.

En el arranque de la cuarta sesión del juicio, el abogado de Silva, Gonzalo Boyé, ha dicho haber tenido conocimiento de que la Fiscalía había investigado a su cliente antes de interponer querella contra él sin haberle tomado declaración con asistencia letrada y que esta actuación es "desleal" y constituye presuntos delitos contra los derechos fundamentales y de estafa procesal.

Boyé ha solicitado al superior jerárquico del fiscal superior de Madrid, Manuel Moix, que remita "urgentemente" copia de estas diligencias de investigación y el libro de visitas de las dependencias donde se instruyeron, así como de las del despacho de Moix.

El aludido, el fiscal Moix, ha replicado que el acusado ya conocía la existencia de tales diligencias de investigación puesto que están "íntegramente" aportadas a la querella presentada en su contra y que no existe obligación de llamar a declarar al sospechoso. Las defensas de Blesa y Díaz Ferrán han tachado de "filfa" y fuego de artificio" este movimiento de Silva.

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