El juez ordena el ingreso en prisión del presunto asesino de Bravo Murillo tras negar el crimen

Actualizado: miércoles, 23 septiembre 2009 17:07

MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

El juez de Instrucción número 27 de Madrid ordenó hoy el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza del presunto asesino de María Consolación García, cuyo cadáver se encontró el pasado sábado en su domicilio de la calle Bravo Murillo, informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

El supuesto agresor, Jaime M.G., pasó a disposición judicial esta mañana. Tras declarar durante una hora, el magistrado decretó su envío a prisión tras no reconocer los hechos. Se le imputa un delito de asesinato. El procedimiento judicial no está sujeto al secreto de sumario.

El jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid, Emilio Alcázar, informó ayer de que el supuesto autor del asesinato de Consolación García García se encuentra en "tratamiento psicológico" y señaló que el móvil del crimen "podría ser sexual".

En rueda de prensa, Alcázar afirmó que en el momento en el que Jaime M. G, de 53 años, y "sin antecedentes penales", prestó declaración a los agentes lo hizo "lúcidamente".

Por otro lado, descartó que se tratara de un nuevo caso de violencia de género, pues la relación entre ambos, según subrayó, fue "casual". En este sentido, la jefa de comunicación de Jefatura Superior de Policía de Madrid, Ester Arén, aseveró que el suceso ha sido "algo que le puede pasar a cualquier persona en cualquier ciudad o parte del mundo". "Se encontró en el momento inoportuno a la persona inadecuada", concluyó.

EL HERMANO ENCONTRÓ EL CADÁVER.

Eran las cinco de la tarde del pasado sábado cuando una llamada al 091 alertaba de que en la calle Bravo Murillo, número 39, había aparecido el cadáver de una chica joven en su domicilio. El hermano de la víctima y la pareja sentimental de la misma acudieron a la vivienda preocupados porque Consolación no atendía sus llamadas. Con las llaves del hermano, accedieron al interior y encontraron en el suelo de la habitación el cadáver de la mujer en un charco de sangre.

Inmediatamente, se puso en marcha el protocolo de actuación policial ante delitos violentos. Agentes de radiopatrulla del distrito protegían el lugar hasta la llegada de los investigadores del Grupo X de Homicidios y de los agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica que llevaron a cabo la inspección ocular.

El hecho de que la puerta del domicilio no estuviera forzada y la casa se encontrase perfectamente ordenada, hizo descartar el robo como móvil del crimen. Las primeras declaraciones de la pareja sentimental y del hermano de la víctima, explicando sus movimientos la noche anterior, hacían suponer que no se trataba de un caso de violencia de género.

En la inspección ocular buscaron algún indicio que les pudiera poner tras la pista del agresor o agresores. Y la encontraron. Una prueba documental llevó a los agentes hasta el asesino. El domingo a mediodía, Jaime M. volvía de hacer la compra cuando agentes de Homicidios le invitaron a desplazarse a dependencias policiales para declarar. De forma libre y voluntaria accedió a tal invitación.

Ya en la Brigada de Policía Judicial, Jaime declaró que conocía de vista a la fallecida por ser vecina del barrio y que la noche anterior, cuando iba acompañado de un amigo, se la había encontrado en una zona de bares. El amigo decidió irse a su casa y Jaime acompañó a la chica a su domicilio.

La inspección ocular y el registro posterior en la vivienda del detenido aportado suficientes pruebas a la investigación para considerarle el autor material de los hechos.