Los libreros denuncian los "elevados" alquileres que tienen que pagar por los locales bien situados

Actualizado: miércoles, 23 abril 2008 21:44

El sector exige poder ser uno de los proveedores directos de las bibliotecas

MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El sector de los libreros madrileños denunciaron hoy los "elevados" precios que tienen que pagar estos trabajadores por el alquiler de locales que estén bien situados en calles céntricas y concurridas y así poder hacer competencia a las grandes superficies.

La directora de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), Michele Chevallier, explicó a Europa Press que en ciudades como Madrid, los alquileres de los locales, sobre todo en el centro, "están por las nubes" y los márgenes que dejan a una librería para estar en las principales calles comerciales "es muy pequeño" por los elevados costes. "Es un problema en Madrid común en otras ciudades grandes", apostilló.

Según señaló Chevallier, en ocasiones el cambio de los propietarios de los locales provocan subidas de casi un 50 por ciento, y explicó que hay locales en la zona céntrica, dependiendo de los metros cuadrados que tengan, que rondan los 6.000 ó 8.000 euros, lo que es "un problema muy grave" porque los comercios más pequeños no lo pueden pagar.

LOCALES DE PROTECCIÓN OFICIAL

En este sentido, precisó que el sector ha pedido en varias ocasiones que igual que hay viviendas de protección oficial con precios más bajos que los que hay en el mercado, sería una buena idea que hubiese también locales para el pequeño comercio también con protección oficial. "Esto no es una idea descabellada porque si no, van desapareciendo los comercios, entre ellos, las librerías, y la posibilidad de acercar al lector los libros", apostilló la directora de CEGAL.

Otra de las reivindicaciones de los libreros se centra en la posibilidad de que éstos se conviertan en proveedores directos de las bibliotecas de las comunidades autónomas. Chavallier recordó que según la Ley del Libro, "el librero es el vínculo directo entre el libro y el lector, el cliente final de libro", y señaló que siendo así, "el librero tendría que hacer este contacto privilegiado, sea el lector un cliente particular o una institución".

La responsable de CEGAL recordó que hay mucha competencia en los concursos que se llevan a cabo en las bibliotecas, y a veces los libreros del pequeño comercio "salen perjudicados". En el caso de la Comunidad de Madrid, el gremio ha conseguido trabajar de forma adecuada con la Red de bibliotecas de la región y ha conseguido que muchas librerías sean proveedores directos de centros de lectura como el Bibliometro (en el Metro de Madrid) donde 60 librerías del Gremio de Madrid están sirviendo a este punto.

A su juicio, la participación de los libreros en las bibliotecas es muy positiva porque "como profesionales" pueden ofrecer variedad de títulos, hacer la selección adecuada, recomendar y aconsejar y "buscar no sólo los bestseller, sino libros muchos más complicados de conseguir y que están dispersos por toda la geografía española por el origen de las ediciones".

Por otro lado, subrayó que la importancia de las campañas de fomento de la lectura que están llevando a cabo las instituciones son muy importantes, y en concreto, destacó el proyecto del Ministerio de Cultur, "que ha propuesto el convenio por el cual pone una subvención y las comunidades se comprometen a crear más bibliotecas y más material".

LIBERTAD PARA VENDER

Además, tanto los libreros de la Comunidad de Madrid como del resto de España destacan la necesidad de "poder trabajar en total libertad y sobre todo sin tanta competencia con las grandes superficies y otros puntos de venta de libros que no son los habituales", apuntó Chevallier, a la vez que señalaba que en la región hay cerca de 300 puntos de venta de libros, entre librerías, grandes superficies, y otros.

"Es un problema que se pueda vender bestseller en cualquier punto, porque hay librerías que no pueden hacer frente a las ofertas de estos sitios y que conservan sus libros de fondo --títulos presentes todo el año y menos vendibles-- gracias al equilibrio de la venta de los libros más vendidos", señaló la directora.

En este sentido, destacó que muchos libreros no están en condiciones de competir con las ofertas que ofrecen gasolineras o centros comerciales, y que esto supone "una competencia desleal que está promovida por las propias administraciones en la medida que aceptan ofertas sobre precio fijo".