Lissavetzky lamenta el "régimen de austeridad compulsiva" para "pagar la fiesta del PP de los últimos años"

Jaime Lissavetzky
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 6 febrero 2014 18:27

MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha lamentado el "régimen de austeridad compulsiva" impuesto por el equipo que preside la alcaldesa, Ana Botella, para "pagar la fiesta del PP de los últimos años".

Todo ello después de que la delegada de Hacienda, Concepción Dancausa, haya anunciado este jueves que el Ayuntamiento de Madrid cierra el año 2013 con un superávit de 962,8 millones de euros, en términos de contabilidad nacional, y con un remanente de tesorería de 410 millones de euros.

Así lo avanza el informe de seguimiento del Plan de Ajuste correspondiente al cuarto trimestre de 2013, cuya liquidación definitiva se conocerá en marzo. La deuda viva a 31 de diciembre se fija en los 7.048,8 millones de euros.

La conclusión que extrae Lissavetzky es que las cuentas de 2013 "ya están hechas y los madrileños salen perdiendo". Para ello pone el ejemplo de la deuda, que dice que se sitúa "1.113 millones por encima de la previsión que había realizado el equipo de Botella en el Plan de Ajuste 2012-2022".

"La alcaldesa ha impuesto un régimen de austeridad compulsiva para afrontar el pago de la fiesta que el PP protagonizó durante años en la capital. Uno de cada cuatro euros va directo a los bancos. Sin embargo, no logra resultados: hay más deuda ahora que cuando accedió al cargo, hay más deuda, más recortes y más impuestos. Sin duda, todo un éxito", ha estimado Lissavetzky.

A juicio de Lissavetzky, para encontrar la explicación a este aumento de la deuda "sólo hacía falta abrir los cajones del Ayuntamiento". Sobre el primer superávit, el edil ha querido saber dónde está y "por qué no se ha empleado en reducir los efectos de la tremenda austeridad que impone Ana Botella y que afecta de lleno a los servicios sociales".

Y es que el Gobierno municipal "se ha visto obligado a retirar fondos de todas las partidas del presupuesto disponibles para hacer frente a los pagos pendientes por expropiaciones y por intereses de demora, esto es, por retrasarse en el pago a proveedores". En total, han sido 170 millones de euros.

"Este rebañado del presupuesto en busca de más dinero para pagar la deuda no ha sido suficiente. Más de 70 millones no se han podido pagar y se han tenido que incluir en el ejercicio de 2014. Empezamos así el año", ha recalcado Lissavetzky.

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