MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los ayuntamiento de Madrid y Barcelona pedirán al nuevo Gobierno de España una reforma de la Ley de Arrendamiento Urbanos (LAU) y herramientas que les permitan limitar el precio de los alquileres para asegurar a los vecinos el acceso a las viviendas, "que se ha visto afectado especialmente por los alquileres turísticos".
Así lo ha expresado, el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, en el encuentro sobre gestión de pisos turísticos, 'Turist go home?', que ha tenido lugar este miércoles en el Colegio de Arquitectos de Madrid. En el evento, también ha participado la teniente alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sánchez y representantes de otras instituciones.
"Recibimos con ilusión y esperanza el cambio de Gobierno, al que queremos dar un mensaje claro de la necesidad de tomar medidas y acciones que faciliten el acceso a alquileres a los vecinos de las ciudades", ha señalado el edil madrileño. Del mismo modo, ha hecho hincapié en la necesidad de que el Gobierno del Estado dote a los ayuntamientos de herramientas para poder legislar para evitar que los habitantes sean "expulsados" de las localidades.
En este punto, la teniente alcalde barcelonesa ha manifestado la necesidad de que el Gobierno actúe "dando más medios a los ayuntamientos". Igualmente, ha expresado que se tiene que recuperar la inversión en vivienda pública "que los gobiernos del PP en las comunidades y en el Estado no han realizado".
Ambos han coincidido en los "retos" que tienen que afrontar tanto las dos capitales, como otras tantas ciudades, que llevar a cabo retos como la turistificación y las plataformas digitales, que, a su juicio, "enfrentan a la ciudad cada día".
Por su parte, el responsable en España de políticas públicas de Airbnb, Sergio Vinay, ha indicado que su empresa "ofrece soluciones al turismo" y ha afirmado que "en muchos eventos gracias a esta plataforma es posible acoger a los visitantes de la ciudad", como ocurrió en el Mobile World Congress de Barcelona en el que a través de Airbnb se acogió al rededor de la mitad de los participes.
