Majadahonda refuerza el dispositivo de seguridad para sus fiestas de este fin de semana tras los altercados de Pozuelo

Actualizado: martes, 8 septiembre 2009 13:15

De Foxá confía en que los sms para convocar un encuentro como el del fin de semana pasado sea "más intoxicación que real"

MADRID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, anunció hoy que su Ayuntamiento ha decidido reforzar la seguridad en las fiestas patronales que comienzan este fin de semana tras los incidentes acontecidos el sábado pasado en Pozuelo de Alarcón, que dejaron, entre otras cosas, diez policías heridos y un coche patrulla quemado.

En declaraciones a Telemadrid, recogidas por Europa Press, y preguntado por si Majadahonda, municipio ubicado muy cerca de Pozuelo, ha decidido reforzar el dispositivo de seguridad, el alcalde reconoció que lo ha tenido que hacer y que estos dispositivos están basados en tres círculos.

"Tenemos que hacerlo", indicó en cuanto al refuerzo de seguridad el primer edil, quien, por otro lado, señaló que espera que las informaciones sobre los posibles mensajes que se están enviando los jóvenes para convocar un encuentro como el del fin de semana pasado en Pozuelo sea "más intoxicación que real".

No obstante, reconoció que es verdad que "siempre, a través de Internet y de 'sms' se mandan mensajes", pero, en su opinión, el alcance de esos mensajes y hasta donde llegan no suele ajustarse a lo que ocurre después en realidad. "Eso espero porque siempre se produce mucha intoxicación alrededor de estos sucesos", apostilló.

Según De Foxa, hechos como el de Pozuelo, más que un "efecto llamada", tienen que tener un "efecto vacuna" y mostró su deseo de que en Majadahonda no se repitan los mismos altercados. "Para ello venimos trabajando desde hace muchos años porque creo que la seguridad del recinto ferial, al menos en Majadahonda, es lo que siempre más ha preocupado", añadió.

TRES ANILLOS DE SEGURIDAD

Majadahonda cuenta con un organismo, la Junta de Seguridad, que formado por representantes de la Delegación de Gobierno en Madrid, de Guardia Civil y de Policía local, entre otros, establecen la estrategia de seguridad para las fiestas de la localidad, que en este caso, cuentan con un recinto ferial, que permite que todas las actividades, incluido el botellón, se concentren en un espacio concreto.

Para esta ocasión, la localidad establece un primer círculo de seguridad, dentro del recinto ferial, donde solamente están agentes de paisano, "sin armas y sin porras", y conforman patrullas de cinco o seis personas al principio de la noche que luego se van agrupando a medida que pasa la noche en más efectivos, "que pueden llegar hasta diez, incluso en algunas actuaciones con 20 ó 30 hombres", explicó De Foxá.

El alcalde señaló que son patrullas mixtas entre la Guardia Civil y la Policía local y se dedican básicamente a controlar las peleas, las reyertas "y a sacar inmediatamente a todas las personas que son peligrosas o violentas del recinto ferial y casi fuera del término municipal".

El segundo anillo es el referido a controles de seguridad. A primera hora de la tarde se ponen en la entrada del recinto ferial, donde se hace vigilancia y registros para quitar armas (no de fuego) como bates de béisbol, navajas o puños americanos. A partir de las 4 de la madrugada, éstos se convierten en controles de alcoholemia a la salida del recinto.

Por último, el tercer anillo es para temas más graves "donde ha habido un delito o algo importante", indicó De Foxá, quien señaló que con este dispositivo se persigue tener tiempo para encontrar a los culpables de los supuestos delitos.

Frente a esta seguridad, el regidor reconoció que los jóvenes "con mucho alcohol alrededor" pueden conformar una situación "muy explosiva" pero que, afortunadamente, hasta ahora, lo que es en Majadahonda, "nunca ha pasado nada", lo que no quiere decir "que no pueda pasar". Para ello, aseguró, están trabajando de una manera "muy seria".

De hecho, destacó la importancia de tener un recinto ferial, "con sus ventajas e inconvenientes en materia de seguridad", e indicó que el problema de Pozuelo pudo deberse, en parte, a la falta de este espacio, que permitió que las fiestas se extendieran por parte del municipio "y era más difícil de controlar".

De Foxá recordó que en su municipio se levantan actas todos los días cuando hay fiestas atendiendo a una media de 15 ó 20 jóvenes con comas etílicos, y que "lo más triste" es que llaman a los padres para avisar y que éstos les contestan que es "imposible" que se trate de sus hijos porque "están en la cama durmiendo" o "se ha ido a estudiar a casa de un amiga".