El número de hospitalizaciones por infecciones de origen alimentario desciende un 12% en 2008

Actualizado: sábado, 8 agosto 2009 15:27

MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -

El número de ingresos hospitalarios causado por brotes de origen alimentario durante el pasado año descendió un 12,2 por ciento con respecto al año anterior, al pasar de los 49 ingresados en 2007 a los 43 de 2008, informó hoy el Gobierno regional.

A lo largo del año pasado se registraron un total de 99 brotes causados por infecciones alimentarias, notificados a la Red de Vigilancia Epidemiológica de la Comunidad de Madrid, que coordina la Dirección General de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud.

En total, el número de personas afectadas por alguna infección alimentaria durante 2008 fue de 2.069, entre los que destacaron los enfermos por salmonella, que estuvo presente en el 77 por ciento de los casos. Los preparados con huevos crudos o poco cocinados constituyen los alimentos fundamentales que están implicados en las infecciones, y en menor medida las carnes poco cocinadas.

RECOMENDACIONES

Por ello, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid aconseja extremar en verano los hábitos de higiene y de manipulado de alimentos para prevenir infecciones alimentarias, dado que, el calor favorece el crecimiento de organismos patógenos (bacterias) si los alimentos no se conservan bien.

Una de las principales medidas de prevención para comer seguro se encuentra en la cocción adecuada de los alimentos, y que ésta alcance como mínimo los 65ºC. En caso de carnes, hay que cerciorarse de que el calor llega correctamente al interior de la pieza.

Con respecto a la preparación del pescado marinado o crudo (como boquerones) los técnicos recuerdan que hay que congelarlo previamente durante al menos dos días y en un frigorífico de al menos tres estrellas para evitar posibles infecciones por la presencia de anisakis (parásito presente en muchos pescados).

A fin de evitar que los alimentos se consuman en mal estado, es necesario conservarlos a la temperatura adecuada. Una vez cocinados, se dejarán a temperatura ambiente durante un tiempo prudencial (no más de una hora), y si no se van a consumir, introducirlos en el frigorífico. Pese a la práctica extendida, no se deben descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sino en el frigorífico o siguiendo las instrucciones del fabricante.

Las prácticas de higiene y manipulado adecuados reducen en gran medida posibles problemas de infecciones. En este sentido, Sanidad aconseja mantener una limpieza adecuada de todas las superficies de trabajo y útiles empleados para preparar los alimentos; en particular, lavar los utensilios utilizados para preparar los alimentos crudos antes de volver a usarlos, así como lavarse las manos a menudo, sobre todo aquellas personas que elaboran los alimentos (manipuladores).

El primer paso para evitar problemas relacionados con los alimentos descansa en la adquisición segura y responsable de los mismos. Por ello, hay que recordar que es necesario comprobar el etiquetado y mirar las fechas de consumo y condiciones de conservación y utilización.

Además, hay que usar aguas tratadas (cloradas), evitando aguas de pozo o manantial de los que no se tenga constancia de su potabilidad, y hay que elegir alimentos en condiciones adecuadas de frescura y alimentos tratados higiénicamente desde su origen.