Santorcaz.- La Comunidad de Madrid planea convertir en parque arqueológico el yacimiento de El Llano de la Horca

Actualizado: viernes, 25 agosto 2006 19:20

Además, ultima la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) a favor de este recinto, que estuvo poblado por los carpetanos

SANTORCAZ, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Comunidad de Madrid estudia convertir en parque arqueológico El Llano de la Horca, un yacimiento carpetano de la Segunda Edad del Hierro situado en el municipio de Santorcaz y cuyas excavaciones han aportado valiosa información sobre esta cultura prerromana de la Península Ibérica que ocupó casi la totalidad de la región entre los siglos III y I a.de C.

Asimismo, ultima la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) a favor de este recinto, asentado en unos terrenos propiedad del Gobierno regional.

Así lo anunció hoy el director general de Patrimonio Histórico, Javier Hernández, durante la visita que realizó al yacimiento acompañado del alcalde, Florentino Hermida, y los codirectores del proyecto: el director del Museo Arqueológico Regional, Enrique Baquedano, y dos miembros de su equipo, Gabriela Märtens y Miguel Contreras y, en representación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el catedrático Gonzalo Ruiz Zapatero.

Precisamente, el próximo 1 de septiembre comenzará en El Llano de la Horca la sexta campaña anual de excavaciones, que cuenta con un presupuesto de 132.000 euros y apoyo del Ministerio de Fomento, y que se centrará en la investigación de la dinámica de ocupación del poblado, su patrón de asentamiento, así como de los sistemas constructivos y los materiales muebles utilizados.

La futura apertura de un parque arqueológico, que se integraría en el Plan de Yacimientos Visitables que impulsa el Gobierno regional, servirá para, según subrayó Hernández, de "difundir el patrimonio de la región", un objetivo al que su departamento está contribuyendo en esta legislatura con "un trabajo serio y riguroso", dijo.

4 Ó 5 AÑOS MÁS DE EXCAVACIÓN

El yacimiento tiene más de 8 hectáreas de superficie y hasta ahora sólo se han excavado unos 1.600 metros cuadrados, exhumándose un amplio sector central del poblado. Poner al descubierto la totalidad del recinto podría llevar cuatro o cinco años más, según estimó Ruiz Zapatero.

Por su parte, el director del Museo Arqueológico Regional explicó que el yacimiento se descubrió en 1985 por acción de expoliadores furtivos y cinco años más tarde una campaña de excavación dirigida por la UCM confirmó la entidad del mismo. Finalmente en 2001 la Comunidad de Madrid asumió el proyecto, dando inicio así a excavaciones continuadas.

Baquedano advirtió que la investigación del Llano de la Horca permitirá "conocer la vida de los últimos indígenas de la Comunidad de Madrid" y destacó que se trata del primer yacimiento carpetano que se excava en la región sistemáticamente, esto es, no "de forma preventiva o de urgencia", como es el caso de las prospecciones que se hacen cuando se hallan restos en la ejecución de alguna obra.

RESULTADO DE LAS CAMPAÑAS

Resultado de los primeros cinco años de excavaciones han permitido descubrir una gran cantidad de estructuras domésticas que han sido exhumadas, entre ellas muros de viviendas, hogares, hornos, silos, fosas y pozos cuyo estudio aporta importante información sobre los sistemas constructivos, la función de los distintos recintos y la planificación urbanística.

Se han encontrado además objetos muy significativos como monedas, placas decoradas, fíbulas, cardadores, puntas de flecha, numerosas concentraciones de cerámica fragmentada (vasijas y tinajas de almacenaje), fusayolas, pondera, ruedas de molino, cuchillos, pinzas, agujas de hueso y bronce, cantos de cuarcita, manos de molino, proyectiles de honda, puntas de flecha, enmangues, canicas, fósiles y concentraciones de teja, entre otros.

También se han hallado dos cubetas excavadas en el suelo y rellenas de arena, que parecen estar asociadas al trabajo del metal, y alineaciones de piedras escuadradas que podrían funcionar como pies derechos o grandes apeos, algunos de ellos incluso verdaderas basas de columna completamente circulares.

NUMEROSA CERÁMICA

El Llano de la Horca parece responder a un patrón de asentamiento de tipo 'Lugar Central', con un área de influencia de entre 5 y 7 kilómetros. Se trataría de una comunidad urbana desarrollada, con algún tipo de jerarquía social, de creciente especialización industrial y con una población bastante densa.

La agricultura, tal vez especializada, sería su principal recurso explotado, aunque contaban con actividad comercial. Las excavaciones han ayudado a precisar la trama urbanística del poblado. La meseta del cerro estuvo ocupada por un poblado con calles enlosadas que dejan espacios vacíos, tal vez a modo de plazas o con otras funciones que, por ahora, se desconocen, y viviendas que se organizaban en módulos cuadrangulares y rectangulares.

Las viviendas, previsiblemente para familias nucleares, tuvieron varios departamentos o dependencias: unas, con hogares, serían el centro de la vida doméstica, otras fueron almacenes o despensas y algunas, con molinos y otros elementos, zonas de trabajo y manipulación de alimentos. La concentración de cerámicas o de tejas en algún departamento sugiere la existencia de talleres o centros artesanales.

Las casas tienen zócalos de piedra caliza local de poca altura y se recrecen con adobes o tapial. Hasta el momento hay un buen conjunto de departamentos identificados y algunos excavados hasta la base, aunque se busca precisar cómo se articulaban para formar unidades domésticas, manzanas o barrios.

PUEBLO GUERRERO

En lo que se refiere a los carpetanos, las primeras noticias de su existencia son del año 220 a. de C. y durante la Segunda Guerra Púnica (218 a 206 a. de C.), cuando las tropas de Aníbal atravesaron el interior de la Península Ibérica para asegurarse el control de la zona. Estas noticias los describen como el pueblo más guerrero de la Meseta Sur, usados por los cartagineses como mercenarios en sus ejércitos.

Sin embargo, tras la toma de Helmantiké (Salamanca), después de que sus habitantes (vettones) vencidos se extendiesen por tierras carpetanas, los carpetanos, ante la dureza de las levas cartaginesas, se entregaron a los cartagineses. Según Polibio, se reorganizó la población en el territorio, incluso con traslados forzosos. A partir de este momento, la etnicidad carpetana empezó a fragmentarse.

Aunque desde el año 195 a. C. los carpetanos participaron junto con sus vecinos vettones, vacceos y celtíberos en campañas frente a la dominación romana, fueron rápidamente pacificados por éstos últimos, de forma que, pocos años después, el territorio de Carpetania será, tanto el campo de batalla de la lucha entre romanos y celtíberos, como el objetivo de las incursiones bélicas de otros pueblos indígenas.