Una selección de la colección Treger-Saint Silvestre aterriza en La Casa Encendida bajo el nombre 'El ojo eléctrico'

Publicado: jueves, 10 octubre 2019 17:27

MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Casa Encendida de Fundación Montemadrid presenta la exposición 'El ojo eléctrico', una selección de la Colección Treger-Saint Silvestre considerada una de las colecciones privadas de Art Brut más completas del mundo, que se encuentra en depósito en el portugués Centro de Arte Oliva (So Joo da Madeira) desde 2014.

Esta colección, Treger-Saint Silvestre, está compuesta por varios centenares de piezas que van desde principios del siglo XX hasta la actualidad y contiene nombres como Henry Darger, Adolf Wlfli, Scottie Wilson, Lubos Plny, Guo Fengyi, Anna Zemánková, Augustin Lesage o Eugene Von Bruenchenhein (estos últimos cuatros escogidos para la Bienal de Venecia de 2013).

Comisariada por Pilar Soler y Antonia Gaeta, se han seleccionado 78 obras de 41 creadores como Martín Ramírez (México 1895-1963), Jaime Fernandes (Portugal 1899- 1968), C.V.M. (Portugal, 1972), Óscar Morales (Chile 1951), Agatha Wojciechowsky (Alemania, 1896-1986), Friedrich Schrder-Sonnenstern (Litunia, 1892-1982) o Madge Gill (Inglaterra 1882-1961).

Los seleccionados para formar parte de la exposición son artistas de difícil clasificación. Forman parte del 'Art Brut', pero además siguen unas ideas que comenzaron a aparecer en el siglo XIX y que abren la puerta a "lo maravilloso".

Algunos se incluyeron en discursos de vanguardia de la primera mitad del siglo XX como Wlfli, Scottie Wilson, Lesage, Friedrich Schrder-Sonnenstern o Fleury-Joseph Crépin; otros aparecen hoy en bienales junto a discursos de arte contemporáneo como Bruly Bouabré, Albino Braz o Vasilij Romanenkov; también aparecen artistas que actúan como médiums como Madge Gill, Agatha Wojciechowsky, Anna Zemánkova, Guo Fengyi o Nina Karasek.

En la actualidad, el 'Art Brut' forma parte de las colecciones de los grandes museos del mundo, desde el MoMa, el Pompidou o la Tate Modern y, en 2013 apareció por primera vez en la Bienal de Venecia generando un fuerte discurso y bibliografía en torno al mismo.

La exposición cuestiona los límites de la razón a través de diferentes mensajes codificados, fórmulas, figuras inventadas y códigos secretos, pues siempre queda algo oculto que se convierte en enigma. El proyecto expositivo pensado en esos términos, muestra la fuerza de los procesos subjetivos, obsesiones compulsivas y visiones fantásticas.