Botellón
EP
Actualizado: domingo, 22 agosto 2010 13:32

Muchos bares bajan sus precios para poder competir y colocan carteles para advertir de que sus inodoros sólo pueden usuarlos sus clientes

MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -

Vendedores ambulantes ilegales sirven desde hace un tiempo combinados de bebidas alcóholicas las noches de los fines de semana en zonas de botellón de la capital y en lugares de concentración veraniega de jóvenes, según han denunciado a Europa Press responsables de bares, restaurantes y locales de ocio de Madrid.

Y es que hasta hacía unas semanas las decenas de comerciantes de este tipo que pululan por las vías matritenses ya no sólo ofrecen latas de cervezas o refrescos a un euro en las zonas de marcha o a las puertas de conocidos pubs y discotecas.

Ahora, llegan con sus neveras portátiles o carritos de la compra a las plazas más frecuentadas por los jóvenes madrileños para ofrecerles directamente un cubata o una copa de alcohol con refresco y hielo, que guardan en un estuche refrigerado. También ofician de camareros, ya que sirven las bebidas en el mismo lugar a un precio de 4 euros, la mitad de lo que cuesta en muchos locales.

El portavoz de los Empresarios por la Calidad del Ocio (ECO), Vicente Pizcueta, que, en declaraciones a Europa Press, se quejó, en declaraciones a Europa Press, de la 'competencia desleal' de estos comerciantes ilegales y pidió a la Policía, a la que acusa de "pasividad", que actúe contra ellos "con la misma severidad" que practica en las inspecciones que realizan a los establecimientos de ocio nocturno.

SIN CONTROL DE VENTA A MENORES Y CALIDAD

La mayoría de estos vendedores son asiáticos, aunque cada vez hay más lationamericanos y españoles que, debido al aumento del paro, se han lanzado a las calles a dispensar bebidas con una nevera al hombro o incluso con unos carros donde instalan barras en cualquier esquina.

Esta situación afecta cada vez más a los bares, discotecas y kioscos del centro de Madrid (desde la plaza de los Cubos y el Templo de Debod hasta el barrio de La Latina), que ven perder clientes por la competencia desleal de estos 'buscavidas'. En este sentido, se quejan de que pasan los controles administrativos ni pagan ningún tipo de impuestos o licencias por esta actividad ilícita.

Muchos bares de la Gran Vía han tenido que amoldarse a esta situación, han bajado sus precios y han colocado carteles en sus puertas con ofertas y con advertencias de que sus inodoros están destinados exclusivamente a sus clientes. "Cuanto más bebes en la calle, más suciedad dejas y más orinas en ella y eso provoca basura y malos olores, sobre todo en esta época del año", se quejan los vecinos como los de la Plaza de Tirso de Molina.

Pero los problemas no sólo se derivan de la falta de higiene, sino de la seguridad sanitaria que degenera de la venta de bebida y comida sin ningún tipo de control de las Administraciones. Además, la venta de alcohol se da en la calle sin pedir ningún tipo de carné que acredite la mayoría de edad de los consumidores.

Los vendedores ambulantes de bebidas suelen comenzar su actividad a partir de última hora de la tarde en verano y las noches de los fines de semana en invierno. Los puntos de máxima concentración son las zonas de botellones y las entradas de las discotecas. Los vendedores de combinados alcohólicos se suelen situar en plazas como las del Dos de Mayo o San Idelfonso. "Antes veías a uno o a dos, pero ahora cada minuto pasa uno con el bote de cerveza", indicó uno de los asiduos a una conocida sala de fiestas madrileña.

EL CAMINO DE ALGUNOS DESEMPLEADOS

Y es que el número de vendedores ambulantes ilegales de comida y bebida en las calles de la capital se ha multiplicado en los últimos meses ante el aumento del paro y las recientes celebraciones callejeras.

Los festejos ante las últimas victorias de la selección española de fútbol y su multitudinario recibimiento, pero también otras como la celebración de la proclamación del Atlético de Madrid como campeón en la Liga Europa, los diferentes actos por el centenario de la Gran Vía este año u otros eventos ya tradicionales como la marcha del Orgullo Gay o las fiestas populares de los diferentes barrios han visto aumentar considerablemente el número de personas que salen a la calle para vender botellas de agua, latas de refresco o cerveza e incluso bebidas alcohólicas.

De hecho, la mayoría de los desechos recogidos por los servicios municipales de limpieza en las últimas celebraciones de 'La Roja', la marcha del Orgullo Gay y las más recientes fiestas castizas de Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma eran latas, vasos de 'mini' o botellas de agua.

La Policía Municipal de Madrid realizó también su trabajo y, según los últimos datos disponibles, ha practicado en la primera mitad del año un total de 4.957 intervenciones de venta ambulante ilegal de productos perecederos y 4.951 de productos no perecederos, la mayoría en Centro, Latina, Puente de Vallecas, Villaverde y Carabanchel, según han indicado a Europa Press fuentes municipales.

De hecho, en lo que va de año ya se han superado las 2.000 intervenciones por este motivo en el distrito Centro de la capital. En todo el año pasado, los agentes municipales realizaron 13.410 intervenciones en venta ambulante perecedera y 12.130 de productos no perecederos, según indicaron a Europa Press fuentes municipales.