BRUSELAS, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha mostrado su "preocupación" por la votación de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo de unos objetivos de reducción de emisiones para camiones del 20% para 2025 y del 35% para 2030 respecto a los niveles registrados en 2019, los cuales ha calificado de "alarmantes".
"La industria de camiones de Europa está dispuesta a comprometerse con unos objetivos ambiciosos de dióxido de carbono (CO2), siempre que estos sean tecnológicamente y económicamente viables en el plazo establecido", señaló el secretario general de ACEA, Erik Jonnaert.
La patronal de los fabricantes de vehículos en Europa considera que los niveles "extremadamente estrictos" votados hoy por los eurodiputados "van más allá" de la propuesta de la Comisión Europea (CE), "que ya era un gran desafío".
La Comisión Europea (CE) propone que sean del 15% para 2025 y del 30% para 2030, mientras que ACEA pide unos límites de emisiones del 7% para 2025 y del 16% para 2030, con una revisión intermedia en 2022.
Jonnaert subrayó que los objetivos por los que aboga la Eurocámara plantearían problemas "importantes" a los fabricantes, ya que no tienen en cuenta las realidades y complejidades del mercado de camiones, ni los largos ciclos de desarrollo para vehículos pesados.
"Los eurodiputados deben saber que los camiones que llegarán al mercado en 2025 ya se están desarrollando", apuntó.
ACEA apoya la idea de la Comisión Europea de introducir incentivos específicos para estimular la innovación y la adopción de camiones con motor alternativo. En este sentido, la industria acoge con "satisfacción" la introducción de un sistema de súper crédito como un medio para alentar el despliegue de camiones de bajas y cero emisiones.
No obstante, la asociación denuncia que los eurodiputados también han votado imponer una prima a aquellos fabricantes que no logren alcanzar uno objetivos de ventas "totalmente irreales" de vehículos de bajas y cero emisiones.
"Esto no tiene en cuenta el hecho de que el potencial de electrificación de los vehículos pesados es mucho menor que el de los automóviles, especialmente cuando se trata de camiones de reparto de larga distancia. Además, falta infraestructura de recarga, en particular a lo largo de las autopistas", denunció Jonnaert.
