Actualizado 05/11/2018 18:32

Los patinetes eléctricos compartidos de Bird llegan a Madrid

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BIRD

MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

Bird acaba de iniciar su actividad en España con el apoyo y colaboración del Ayuntamiento de Madrid y operará desde ahora en la ciudad con una prueba piloto de 20 patinetes que permitirá a los madrileños utilizar este modo de transporte, "en lugar de hacer viajes cortos en coche que provocan atascos y generan emisiones contaminantes".

En un encuentro informativo, Clara Vallvé y Yenia Zaba, responsables de la lanzadera de Bird en España, han explicado que se trata de un sistema de movilidad urbana "sencillo, práctico y sobre todo muy intuitivo". Para utilizarlo, es necesario descargar su aplicación gratuita desde Apple Store o Google Play para localizar el patinete eléctrico más cercano, escanear su código en el manillar para desbloquearlo y conducirlo hacia el destino deseado.

Una vez se termina el trayecto, que cuesta 1 euro por desbloqueo y 15 céntimos por minuto, el vehículo debe aparcarse en un lugar "seguro" que no obstaculice el tráfico rodado o peatonal, como por ejemplo en un punto de aparcamiento para bicicletas.

"Queremos que Bird sea la alternativa de transporte para la gente de Madrid que desea desplazarse de forma limpia y equitativa por esta maravillosa ciudad", ha señalado la responsable de Expansión de Bird en España, Clara Vallvè.

Vallvè ha explicado que el proyecto piloto dispone de 20 patinetes de prueba situados en "nidos" en los barrios de Ciudad Universitaria y Argüelles, y con esta prueba piloto, tratan de descubrir cómo se mueven los madrileños y qué es lo que necesitan para dar "un mejor servicio".

Asimismo, Yenia Zaba ha señalado que los patinetes se colocan en los nidos a las 7 horas y a partir de las 21 horas, la subcontrata que tienen en la empresa, comienza a recoger los patintetes para poderlos recargar o corregir alguna incidencia que tenga el vehículo y ayudar a mantener "limpias y seguras las aceras de Madrid".

"SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS REALES DE MOVILIDAD"

El patinete eléctrico de Bird se presenta como una solución a los "problemas reales de movilidad" de las ciudades, además de establecerse como respuesta a las "elevadas tasas de contaminación" de los núcleos urbanos. Por ello, Bird trabaja en la actualidad en colaboración con ayuntamientos de toda España para hacer llegar a corto plazo su propuesta de movilidad compartida y sostenible a nuevas ciudades.

Desde que Bird introdujo los patinetes eléctricos de uso compartido como una alternativa de transporte limpio en septiembre de 2017 en Estados Unidos, según ha expuesto Clara Vallvé, la empresa se ha expandido a más de 120 ciudades en todo el mundo, entre ellas París, Viena, Zurich, Bruselas y Amberes, y ha evitado "que más de 5.440 toneladas de emisiones de carbono se hayan liberado en el aire, al mismo tiempo que ha ayudado a disminuir la congestión en los centros urbanos y a liberar plazas de aparcamiento".

Entre algunas de las características de Bird, sus fundadores han explicado que se recogen todos los patinetes por la noche, los carga, los limpia y los repara si es necesario. Por la mañana los estaciona en lugares "estratégicos y seguros" y para "no saturar" las ciudades de patinetes, se introduce "un número responsable de los mismos ya que cada patinete utilizado más de 3 veces al día se incorpora a la flota de Bird".

Además, cuentan con un programa de 'observadores que controlarán la ubicación y estado de los patinetes disponibles en la ciudad para darles un seguimiento en tiempo real durante el día. Como todos los patinetes eléctricos podrán circular a una velocidad de 30 kilómetros por hora, tal y como lo establece la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento, por el carril bici y con casco.

Por su parte, el director general de The Climate Reality Project, Álvaro Rodríguez, ha tildado de importante que, junto con otras medidas, las ciudades es preocupen en impulsar iniciativas como ésta, ya que "la eficiencia del transporte del patinete es mucho mayor que la del coche".

Por último, las fundadoras esperan que en diciembre este proyecto piloto pase a ser una realidad y obtener la licencia que les permita estacionar sus patinetes de forma fija como ya lo hace su competencia más directa, la empresa estadounidense Lime.