WASHINGTON, 20 Dic. (EP/AP) -
Los reguladores federales de Estados Unidos han rechazado la propuesta realizada por el Estado de California para rebajar los límites de las emisiones contaminantes de los vehículos en el país, por lo que estas restricciones no tomarán efecto a nivel nacional por el momento.
"La Administración Bush se está moviendo para lograr una solución nacional clara, no un confuso mosaico de normativas estatales", explicó el administrador de la Agencia de Protección Medioambiental del país (EPA), Stephen Johnson.
La propuesta realizada por el Estado de California y otros 16 estados más contempla mayores restricciones a las emisiones de gases contaminantes de los vehículos, con el fin de reducir el impacto sobre el medio ambiente y unirse a los compromisos globales para luchar contra el calentamiento global.
Así, California propone adaptar la normativa que fue aprobada en este Estado de la Costa Oeste de Estados Unidos en 2004 y que supondría que los fabricantes tendrían que reducir las emisiones de CO2 de los coches nuevos, todoterrenos y camiones un 30% en 2016.
El gobernador de California, Arnold Schawarzenegger, indicó que este rechazo a la propuesta 'ecológica' "es decepcionante" y mostró su oposición a que los reguladores "permanezcan ignorando a decenas de millones de personas en todo el país".
A pesar de este rechazo a implementar esta norma a nivel nacional, doce estados han anunciado sus intenciones de poner en marcha esta iniciativa. Se trata de Connecticut, Maine, Maryland, Massachusetts, New Jersey, Nuevo México, Nueva York, Oregon, Pennsylvania, Rhode Island, Vermont y Washington.
El administrador de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos recordó que recientemente fue aprobada una nueva legislación que obliga a los fabricantes de automóviles a aumentar su eficiencia en el consumo de combustible a 15 kilómetros por litro en 2020.
Por otro lado, los principales fabricantes de automóviles del país se mostraron a favor de este rechazo a la propuesta californiana. Así, General Motors indicó que esta situación permitirá a las marcas de automóviles centrarse en el desarrollo e implementación de tecnologías orientadas a cumplir con las necesidades de los clientes estadounidenses.
