Publicado 28/07/2014 17:32

Los motores de combustión seguirán dominando el mercado la próxima década

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BMW

MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los motores de combustión interna, tanto diésel como de gasolina, seguirán siendo la tecnología de propulsión dominante en los vehículos durante los próximos cinco y diez años, por delante de otras como la electricidad, el GNC o la pila de combustible, según un informe realizado por Citi Research.

El documento indica que a medio plazo las mecánicas de combustión interna y las tecnologías relacionadas continuarán dominando el mercado. Así, la previsión es que se siga avanzando en la mejora de las prestaciones de éstas.

Para ello, los principales fabricantes de automóviles continuarán trabajando en la reducción de peso de los motores y de los vehículos, así como en los ejes y las líneas de dirección más eficientes y en la disminución de la cilindrada de los propulsores (downsizing) con el objetivo de rebajar los consumos de combustible.

El informe de Citi Research indica que los vehículos impulsados con gas natural comprimido (GNC) aumentarán su demanda, con motivo de su mayor eficiencia energética, a pesar de que supone una merma del espacio de carga en el maletero.

Por otro lado, el texto señala que la tecnología de propulsión eléctrica, a pesar de experimentar una mayor eficiencia energética que otras tecnologías, sigue teniendo unos costes totales de utilización demasiado elevados, debido a su elevado precio.

Asimismo, los coches eléctricos también tienen otros puntos en los que tienen que mejorar, como son el aumento del número de puntos de recarga, así como la reducción de los tiempos de carga de las baterías y el aumento de la autonomía.

En cuanto a los vehículos de pila de combustible, el análisis de Citi afirma que en la actualidad varias compañías del sector están trabajando en el desarrollo de modelos con este tipo de propulsión, aunque su principal inconveniente es su alto precio.

Según sus previsiones, este tipo de automóviles no despegará durante la próxima década por su elevado coste y por la necesidad de crear nuevas infraestructuras de recarga. No obstante, se estima que desde 2030 las ventas de este tipo de coches se incremente gracias a una regulación más favorable.