Publicado 23/01/2020 11:31

Moody's sitúa en 'negativa' la perspectiva de Toyota por su necesidad de mejorar la rentabilidad

Recurso Toyota
Recurso Toyota - TOYOTA - Archivo

MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

La agencia de calificación crediticia Moody's ha confirmado en 'Aa3' (calidad superior) el rating a largo plazo de Toyota y de sus filiales, aunque lo ha situado en perspectiva 'negativa' al considerar que la compañía necesita mayores niveles de rentabilidad para afrontar la transformación a la que se está enfrentando el sector del automóvil.

"El cambio en la perspectiva a 'negativa' refleja los retos materiales vinculados con la megatendencias en el sector global del automóvil, lo que podría requerir niveles de rentabilidad más sólidos por parte de Toyota para capear las incertidumbres de la transición", aseguró el vicepresidente y analista de crédito senior de Moody's Motoki Yanase.

La firma de calificación destacó que los ratings de la corporación automovilística japonesa, que se encuentran en grado de inversión, podrían rebajarse en caso de que la rentabilidad y el balance de la compañía se debiliten.

A pesar de este cambio en la perspectiva de Toyota, Moody's afirmó que la rentabilidad de esta es "mejor de lo que parece", con un margen operativo del 9,1% en el ejercicio fiscal 2018-2019 y una cifra que se situará en este entorno al cierre del año fiscal actual, que finaliza en marzo.

Sin embargo, desde Moody's destacaron que, "a pesar de la debilidad de los márgenes", el balance y la liquidez de la compañía que preside Akio Toyoda "siguen siendo sólidos" y subrayó las fortalezas que tiene en el campo de los vehículos híbridos, que le servirán para cumplir con las exigentes normativas sobre emisiones en diferentes mercados estratégicos.

"Después de presentar su primer modelo híbrido hace dos décadas, la compañía se beneficia de una ventaja inicial y de una base de costes competitiva", destacaron desde la agencia de calificación crediticia.

No obstante, desde Moody's indicaron que la transformación que vive el automóvil motivará unas mayores necesidades de inversión en I+D y en el desarrollo de nuevas tecnologías, con el fin de adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores y de cumplir con las estrictas regulaciones medioambientales.

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