Actualizado 08/02/2009 13:54

Innova.- El CEBAS recreará el impacto del cambio climático en los cultivos agrícolas de la Región

Un estudio más amplio pretende evaluar la capacidad de absorber CO2 de los cultivos agrícolas para compararla con el terreno forestal

MURCIA, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

El grupo de Acuaporinas del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) llevará a cabo una recreación del impacto del cambio climático en los cultivos agrícolas de la Región de Murcia, simulando las condiciones de un hipotético aumento de las temperaturas, del CO2 y del estrés hídrico, según informó a Europa Press la investigadora principal del proyecto y directora del departamento, Micaela Carvajal.

En principio, la científica pronosticó que el cambio climático "no va a afectar demasiado a los cultivos de la Región, puesto que las plantas que aquí se encuentran están muy adaptadas a condiciones de estrés", y predijo que el aumento de temperatura y de dióxido de carbono, en principio es beneficioso, aunque sostuvo que "habrá que comprobar si una modificación podrá tener un efecto negativo".

A su juicio, el problema es que, si el cambio climático ocurre, las necesidades hídricas aumentarán, pero si los recursos son malos y la calidad de las aguas tienen una gran salinidad, el efecto va a ser "devastador".

Para salir de dudas, este grupo del departamento de Nutrición Vegetal del CEBAS, compuesto por dos contratados posdoctorales, cuatro predoctorales y un técnico de laboratorio liderados por Carvajal, estudiará los efectos del cambio climático en los cultivos murcianos durante los próximos tres años.

En todo ese tiempo, los investigadores recrearán las condiciones de un cambio climático simulado en cámaras de cultivo controlado con aumentos de la temperatura de, incluso, diez grados, aunque podrán ser aplicados de forma continua o puntual. Los aumentos de CO2 se incrementarán hasta 50% para simular condiciones extremas.

Carvajal determinó que los efectos del cambio climático "están previstos en un plazo de 20 años, según el consenso de la comunidad científica, aunque todo depende de lo que consigamos disminuir las emisiones de CO2".

AGRICULTURA: SUMIDERO DE CO2.

Este estudio será la segunda parte de un estudio pionero más amplio que persigue constatar la capacidad de absorber CO2 por parte de los cultivos agrícolas de la Región. Los resultados se compararán con la misma capacidad de fijar dióxido de carbono por parte de la vegetación forestal de toda la Comunidad Autónoma.

Esta es una iniciativa de la Consejería de Agricultura y Agua, para poner de manifiesto que la agricultura murciana es muy eficiente a la hora de fijar CO2 y de actuar sobre los efectos futuros del cambio climático, al servir de capturador de los gases de efecto invernadero.

Precisamente, el consejero del ramo, Antonio Cerdá, presentó la iniciativa esta semana en la feria Fruit Logística, un proyecto que está desarrollando el Gobierno regional junto con el sector, y que ha sido diseñada como "instrumento de mercado al servicio del medio ambiente".

En un principio, la Consejería se propuso constatar que la agricultura actúa como sumidero de CO2, para lo que recurrió a los distintos centros de investigación de la Región de Murcia. La comunidad científica no encontró ninguna referencia en las bases de datos, salvo estudios muy puntuales de la Universidad Politécnica de Cartagena y del IMIDA.

Los resultados preliminares permitieron determinar que una hectárea de regadío en la Región de Murcia tiene cinco veces más capacidad de absorción de CO2 que la misma hectárea con vegetación natural, lo que contribuye a que se compense una parte de sus emisiones.

En adelante, recabar los datos de todos los cultivos de la Región para comprobar cuáles son los más eficientes supondrá un "reto" del que se encargarán la UPCT, la Universidad de Murcia (UMU) y el CEBAS, en un trabajo conjunto que comenzará este año y que prevé alargarse, por lo menos, tres años más, según estimó Carvajal.

Los tres grupos de investigación se dividirán el trabajo de estudiar la captación de CO2 por los cultivos. Así, el grupo de Botánica de la UMU se encargará del análisis forestal --que comprende la vegetación natural de la Región, tanto arbórea como arbustiva--, mientras que la UPCT estudiará los cultivos agrícolas del campo de Cartagena y de Mazarrón, y la UMU hará lo mismo en el Noroeste y el norte de la Comunidad.

La investigadora evitó hacer conjeturas, aunque advirtió que el balance en captación de CO2 "probablemente será positivo para la agricultura, aunque habrá algunos casos en los que no se cumpla". Y es que el cultivo agrícola en sí "captura mucho CO2, pero tienes que tener en cuenta lo que emite, tanto la energía que se emplea para el riego, como para la aportación de fertilizantes, y la maquinaria de agro recogida".

Al final, Carvajal destacó que habrá que hacer un balance que "pondrá de manifiesto también la eficiencia de nuestra vegetación natural y si es o no comparable con una vegetación agrícola, aunque todavía no podemos aventurar nada".

La vegetación natural, planta a planta "tiene la ventaja de que son cultivos mucho más eficientes, porque la vegetación natural está adaptada a las condiciones de estrés que tenemos en la Región, que es escaso régimen de pluviometría. Con este estrés hídrico se adaptan a tener una hoja muy pequeña, para perder el mínimo posible de agua".

Sin embargo, en una comparativa 'planta a planta', Carvajal indicó que "tendríamos un balance positivo hacia la agricultura, aunque es que hay que añadirle los gasto energéticos que conlleva y que no comporta la vegetación natural".

Carvajal insistió en que el trabajo "es ingente porque queremos comparar tipos de cultivo, no es lo mismo un pimiento en campo que en invernadero, lo que también implicará hacer un muestreo y analizarlo". Para limitar el estudio, los investigadores restringirán el estudio a las plantas que son más interesantes desde el punto de vista económico".

En total, las especies objeto de estudio abarcarán cereales, hortalizas, frutales no cítricos, cítricos, el olivar y los viñedos. Estos son los más representativos, su producción es la más alta. En total, en la Región hay 22.000 hectáreas de coliflor y bróculi. de cítricos, cerca de 40.000 (mandarinos, naranjo, limoneros...). Viñedo hay 40.000 también.

La extensión de terrenos a analizar estará constituida por 117.005 hectáreas de cultivos herbáceos, 73.008 hectáreas de cultivos leñosos, y 276.894 hectáreas de terreno forestal.

HUELLA DE CARBONO.

Una vez que los grupos de investigación participantes averigüen cuáles son los cultivos más eficientes en la captación de CO2, el propósito será modificar las prácticas agrícolas para reducir las emisiones de dióxido de carbono, una medida que se enmarcará en el Pacto Social contra el Cambio Climático.

Los resultados se plasmarán en una etiqueta o 'huella de carbono', que ya está implantada en otros países, y que la Consejería quiere traer a la Región para que cada producto "lleve su impronta, un balance, en el que el consumidor sepa si emite o consume CO2, para poder elegir, al igual que sucede con la información nutricional".

Esta iniciativa pretende favorecer la agricultura autóctona frente a la de países muy lejanos y que el consumidor pueda elegir, a parte de un producto de calidad, un producto más eficiente. Y es que el transporte de un producto que viene de Chile "emite una cantidad de CO2 bárbara debido a su transporte", apuntó Carvajal.

Así, se pretende que todos los productos extranjeros que se vendan en la Unión Europea (UE) deberán llevar esta huella ecológica, si quiere acceder a este mercado. "Imagino que habrá servicios de control y estandarización, ya que el consumo de la planta depende del corte, de la producción foliar y radicular, del transporte, del riego,entre otras cosas", matizó.