Agricultura amplía la Unidad Canina para garantizar la ausencia de venenos en los montes de la Región

Actualizado: sábado, 19 septiembre 2009 16:05

MURCIA, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Agricultura y Agua ha ampliado su Unidad Canina con un perro pastor alemán y dos malinois, que serán adiestrados para la detección de cebos envenenados en el medio natural, según informaron fuentes del Ejecutivo murciano en comunicado de prensa.

El director general de Patrimonio Natural y Biodiversidad, Pablo Fernández, señaló que "el uso de cebos envenenados representa un sistema poco eficaz para el control de predadores, sin embargo afectan a un número muy elevado de especies, lo que conlleva su dispersión a través de las cadenas tróficas de la fauna silvestre y puede incluso afectar a la fauna doméstica".

El uso de venenos no autorizados en el medio natural está prohibido por la Ley 7/1995 de Fauna Silvestre de la Región de Murcia y también está tipificado como delito en el Código Penal.

En este sentido, Pablo Fernández destacó que "esta práctica delictiva supone un riesgo potencial para el medio ambiente, la salud animal e incluso la salud humana". Por lo tanto, señaló que "resulta necesaria la persecución del empleo ilegal de este tipo de sustancias, mediante técnicas y procedimientos especializados".

Para luchar contra esta lacra, todas las comunidades autónomas firmaron en 2004 la Estrategia Nacional Contra el Uso Ilegal de Cebos Envenenados en el Medio Natural, que tiene tres grandes objetivos: información y mejora del conocimiento de estas sustancias, la prevención y disuasión del uso inadecuado de las mismas, así como la persecución del delito.

UNIDAD CANINA

La Unidad Canina tiene su sede en el Parque Regional El Valle, donde recientemente se ha construido una nueva perrera con capacidad para albergar ocho animales. Está adscrita a la Brigada de Investigación de Delitos Ambientales (BRIDA) de la Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad. Actualmente está compuesta por cuatro agentes medioambientales y un adiestrador de perros.

Esta Unidad dio sus primeros pasos a finales de 2008, tras varios meses de adiestramiento de dos perros: un pastor belga malinois y otro de la raza labrador. Desde su creación ha realizado 25 actuaciones de detección de venenos en lugares donde se sospechaba de su existencia, con el resultado de tres casos positivos, tras los preceptivos análisis.

No obstante, Pablo Fernández destaca que "en los últimos cinco años se han registrado en la Región más de cien casos positivos de uso de veneno en el medio natural, que ha afectado a un gran número de individuos de especies protegidas, tales como buitre leonado, búho real, águila real y águila-azor perdicera. Esta práctica ilegal se lleva a cabo principalmente en terrenos cinegéticos y fincas privadas de difícil acceso".

Los perros usados para la detección de cebos envenenados corren el riesgo de ingerir carne con sustancias tóxicas. Los adiestradores trabajan a diario con estos animales para evitar que se den tales circunstancias. No obstante, si llegara a ocurrir, los agentes medioambientales que acompañan a los perros llevan un botiquín de urgencia con atropina inyectable y agua oxigenada, que provoca el vómito de las sustancias peligrosas ingeridas.

El responsable autonómico concluye que los objetivos de la Consejería son "implicar en esta lucha a los agentes sociales, y especialmente a los cazadores, contribuir al desarrollo de la Estrategia Nacional contra el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural, incrementar la vigilancia en las zonas de riesgo e investigar los casos de envenenamiento potenciando la acción de los agentes de la autoridad contra el uso ilegal de venenos".