Los directores de los festivales internacionales de teatro exigen en Murcia que el Estado revise el papel de la cultura

Actualizado: martes, 4 noviembre 2008 18:39

MURCIA, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -

Octavio Arbeláez y Mario Moutinho, directores de los festivales internacionales de teatro más antiguos del mundo, el de Manizales (Colombia) y del Expresión Ibérica (Oporto), respectivamente, coincidieron hoy en Murcia al señalar la necesidad de que el Estado inicie una revisión del papel de la cultura como generador de riqueza, y que desde esta perspectiva financie la creación artística y se aproxime más al teatro, según informaron fuentes de 'MurciaaEscena' en un comunicado de prensa.

Éstas son algunas de las conclusiones que se desprenden de la primera mesa redonda celebrada con motivo de las VII Jornadas de Artes Escénicas de 'MurciaaEscena', y que bajo el título de 'Política y Cultura' reunió a Arbeláez y Moutinho; al consejero de Cultura y Turismo de la Región de Murcia; al presidente del Foro Ciudadano de Murcia, Patricio Hernández; y al programador del Teatro concha Segura de Yecla, Pedro Benjamín.

El director del Festival Internacional de Manizales, que es el decano de los eventos teatrales, con 40 años de antigüedad, indicó que para construir ámbitos de relación con las instituciones culturales en Latinoamérica "se trabaja generalmente desde la sociedad civil, a través de formas asociativas, y desde el sector privado".

Según explicó Octavio Arbeláez, la política pública que desarrollan en materia de cultura "se rige partiendo de la diversidad cultural" debido a la enorme singularidad existente en cada uno de los países que componen Latinoamérica, para lo cual fueron fundamentales, en su opinión, tanto las discusiones que dieron lugar a la Convención Mundial para la Diversidad Cultural, suscrita por la UNESCO hace dos años, como la Carta Cultural Iberoamericana.

"La lucha que encabezan las organizaciones para la diversidad cultural se produce justamente para poner en el ojo del huracán el tema de las industrias culturales y creativas como fundamento de la sostenibilidad del sector cultural", señaló, si bien matizó que esto "tiene como dimensión la diversidad creativa, no el apabullamiento de ésta".

En este sentido, Arbeláez concluyó que "siempre defendemos la posibilidad de una visión de la economía y la cultura que logre que el Estado revise el papel de la cultura como agente productor de riqueza y que se acerque a ella generando al mismo tiempo apoyos fiscales y múltiples estímulos al sector creativo".

Por su parte, el director del Festival Internacional de Expresión Ibérica, el segundo evento más antiguo de estas características, con 34 ediciones, dio gran importancia a la creciente internacionalización de los trabajos y de las compañías, razón por la que hizo hincapié en la necesidad de que se produzcan cambios en las estructuras de gestión de los festivales teatrales.

Mario Moutinho afirmó que entre Portugal y España "hay un intercambio que trasciende sus fronteras físicas y que afecta a todo lo relacionado con la lengua", si bien aseguró que la incidencia es mayor hacia Portugal que a la inversa, especialmente en las zonas fronterizas, sobre todo Galicia y Castilla-León.

"Sin embargo", indicó, "existen grandes diferencias en el método de financiación o de apoyo financiero a las artes escénicas, ya que Portugal cuenta con un método idéntico al francés, centrado en el apoyo a la estructura del teatro, mientras que en España se centran en la producción teatral".

Asimismo, Moutinho explicó que en el país luso "existe un profundo conocimiento de las realidades regionales en materia de artes escénicas, a diferencia de España, ya que normalmente la financiación estatal se convoca cada cuatro años a través de un concurso público al que concurren las diferentes compañías teatrales".

Para este director, en el fondo "en Portugal hay una cierta envidia por el apoyo que se presta en España a la dirección o a las giras, aunque también ocurre al revés, debido a la parte estructural imperante en la política de apoyo al teatro portugués, o a las oportunidades que hay para las empresas".

"Lo que pasa es que España tiene una desventaja con este método, ya que la elección de las obras que suben a escena depende del gusto de los productores que están a cargo", agregó.