Entreculturas recuerda en la vuelta al cole que hay 72 millones de niños que no tienen escuela a la que ir

Actualizado: domingo, 19 septiembre 2010 13:00

MURCIA, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

Septiembre es el mes de 'la vuelta al cole', pero, desgraciadamente, como recuerda Entreculturas hay 72 millones que no tienen escuela a la que ir, ni saben manejar un bolígrafo para escribir su nombre, según han informado fuentes de la citada organización.

De este modo, Entreculturas trabaja para revertir "esta injusticia y, sobre todo, para velar por que esa educación a la que se debe acceder sea de calidad, inclusiva y transformadora".

Y es que, en 2015 -fecha prevista por la comunidad internacional para alcanzar la escolarización universal-, se prevé que aún 56 millones de niños y niñas sigan privados de su derecho a la educación. Así, junto a los socios locales, Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados, Entreculturas desarrolla algunas de las líneas de acción educativas tanto en África como en América Latina.

Uno de los principales objetivos es que no sólo todos los niños y niñas puedan ir a la escuela, sino que esa educación sea de calidad. Para ello, es necesario un número adecuado de profesores para cada grupo de alumnos.

"Es por ello que en Chile trabajamos por una Educación Integral de Calidad, que incluye mejoras en el proceso de formación de docentes, aprendizaje, ampliación de infraestructuras y equipamiento para que desde pequeños cuenten con una buena educación", han indicado.

Además, cada año 28 millones de niños desertan la enseñanza primaria en África Subsahariana. Para combatirlo, "en Burundi pretendemos que las personas que por su situación económica no han podido terminar sus estudios, tengan acceso a una formación profesional en técnicas de cultivo modernas y agroalimentarias que les permitan autofinanciar la escuela primaria de Bujumbura", han explicado.

El acceso a la educación es especialmente preocupante en el caso de las mujeres, obligadas en muchas ocasiones a ocuparse de las tareas del hogar sin que tengan las mismas posibilidades de ir a la escuela que sus hermanos. "No se trata sólo de que aprendan, la educación sirve en muchas ocasiones para salir de contextos de violencia o de pobreza extrema", han asegurado.

Es el caso de Guatemala, donde un considerable número de mujeres han sido víctimas de la violencia política, social y estructural, y por eso buscamos su empoderamiento. El proyecto pone énfasis en fortalecer las organizaciones de estas mujeres y las comunidades, acompañándolas en sus procesos de búsqueda de la verdad y la justicia; se trata de promover sus capacidades para que defiendan sus derechos como mujeres, como indígenas y como integrantes de sus comunidades.

Asimismo, la asociación cree que la educación es una de las herramientas necesarias para hacer frente a las estructuras que generan la pobreza, y que llevan en muchas ocasiones a los menores a delinquir. "En Camerún luchamos por que los niños y jóvenes de la calle y del módulo de menores de la prisión central de Yaoundé logren reinsertarse familiar y socialmente, gracias al contacto y al diálogo con las familias así como la escolarización y formación profesional".

Por otro lado, en algunas ocasiones la educación es complicada por las condiciones del terreno, y por los kilómetros que cada día tienen que recorrer los niños y niñas para ir a la escuela más cercana. Por este motivo, en Tanzania apoyan a las poblaciones locales a través de Radio Kwizera, una herramienta con la que se pretende informar a la población refugiada sobre la situación en sus países de origen así como la difusión de programas que promocionen la construcción de la paz, la mejora de la calidad y del alcance de la educación y la integración y el empoderamiento político de las personas más desfavorecidas.

EDUCACIÓN ESPECIAL

Igualmente, en Bolivia no existe un registro estadístico de la población con necesidades especiales (síndrome de Down, sordomudos, ciegos, parapléjicos), aunque Unicef calcula que un 12 por ciento de la población nacional tiene algún tipo de discapacidad, de la que sólo el 1 por ciento tiene acceso a servicios mínimos de atención.

Por eso, "en Entreculturas contamos con un proyecto que se dirige a niños y jóvenes con necesidades educativas especiales y dificultades de aprendizaje para que desarrollen al máximo sus potencialidades y se puedan incorporar a la vida social", han concluido.