Un experto de la UCAM dice que los edificios de la Región con menos de 50 años están preparados para soportar los sismos

Actualizado: domingo, 28 marzo 2010 12:30

Santomera y Beniel son las zonas con más riesgo de sismo, seguidas de Murcia, Molina de Segura, Alcantarilla, Abanilla y Fortuna

MURCIA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los edificios de la Región de Murcia con menos de 50 años están preparados para hacer frente a terremotos con una fuerza equivalente hasta el 16 por ciento de su propio peso. Es decir, que un hipotético edificio que pesa mil kilogramos puede recibir una acción horizontal que intenta moverlo del orden de 160 kilogramos, según informó a Europa Press el catedrático y director de la Escuela de Arquitectura e Ingeniería de Edificación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), Juan Roldán.

En España y en la Región de Murcia, el catedrático señaló que la norma de construcción vigente se aplica "con un rigor y un control muy exhaustivo, tanto por los profesionales que la utilizan como los organismos encargados de supervisar los proyectos y las gestiones". No obstante, precisó que los edificios "son como los coches, y si se quiere que estén en buen estado deben de ser sometidos a un mantenimiento".

El Código Técnico de Edificación "establece que los edificios se construyen actualmente para que tengan una duración de 50 años con un mantenimiento norma, pero si los dueños quieren que dure más tienen que invertir en él y actualizar las instalaciones, la estructura, los revestimientos, las ventanas y los aislamientos, entre otras cosas, ya que todo se deteriora".

Hasta ahora, los encargados de garantizar la seguridad de los edificios "son los propios arquitectos, con sus seguros frente a la redacción de los proyectos, los colegios profesionales y la administración que concede las licencias de obra". No obstante, para lograr prevenir cualquier problema en las edificaciones, Roldán afirmó que las comunidades autónomas prevén poner en marcha Inspecciones Técnicas de Edificios (ITE).

Después de ser construidos, los edificios públicos pasan inspecciones de la administración, pero los privados "sólo pueden pasar inspecciones periódicas si las contratan las comunidades de propietarios", según Roldán, quien dijo que, una vez construido el edificio, lo que más pone en evidencia la seguridad de un edificio "es la existencia de un terremoto que lo ponga a prueba".

Así pues, los edificios que se verían más afectados por un terremoto "son los que se construyeron entre los años 40 y 60 de posguerra, que poco a poco se van renovando en el parque de viviendas, no sólo porque pueden ser afectadas por sismos, sino porque su sistema constructivo las hace entrar en precario", apuntó.

LA REGIÓN, ZONA DE ALTA DENSIDAD

Y es que la Región de Murcia es una de las zonas más propensas de toda España a sufrir terremotos de altas intensidades sólo por detrás de Granada, cuyas edificaciones pueden verse sometidas a fuerzas de hasta el 24 por ciento de su peso, un porcentaje que se denomina la aceleración básica de sismo, lo que supone la mayor intensidad previsible en todo el país.

Esta magnitud varía en toda la Región de Murcia de forma que las zonas con mayor acción sísmica son Santomera y Beniel, que tienen un 16 por ciento de aceleración sísmica. A continuación, el catedrático indicó que hay una zona de acción importante -pero no máxima-, que abarca las zonas de Murcia, Molina de Segura, Alcantarilla, Abanilla y Fortuna, que tienen un 15 por ciento de aceleración sísmica.

Por último, existe una zona de acción leve del menos del siete por ciento que abarca los municipios de Los Alcázares, Cartagena, La Unión, Calasparra, Jumilla, Moratalla, Yecla y Caravaca de la Cruz, lo que representa una acción símica "muy pequeña, casi despreciable", mientras que el resto de zonas tienen una acción sísmica que oscila entre el ocho y el 14 por ciento, que es una acción moderada.

Así pues, la normativa vigente en materia de edificación, que se denomina Norma de Construcciones Sismorresistentes (NCSE) que se aplica en toda España desde el año 2002, dice que hay zonas de la Región de Murcia en las que los edificios "tienen que resistir una acción horizontal del orden del 16 por ciento de lo que pesa en vertical".

Roldán explicó que se trata de "una muy buena norma que deriva de otros reglamentos europeos y de Estados Unidos, adaptada muy recientemente y recogida en el Código Técnico de la Edificación de 2006 como la norma de referencia para edificaciones frente a sismos".

ESCALAS

Una de las escalas que se utiliza para que la población interprete la fuerza de los terremotos es la llamada Escala de Richter, pero en el año 1998, la Unión Europea puso en marcha la Escala Europea Macrosísmica, que mide los sismos por su intensidad entre el grado 1, que quiere decir que los edificios no sufren ningún daño, y el 12, que significa la destrucción total.

Así, la escala de Richter arroja medidas de magnitudes, que es la cantidad de energía liberada, mientras que la europea mide la intensidad, que es la percepción de los ciudadanos. De esta forma, hay terremotos de mucha magnitud que no suponen ninguna intensidad en edificaciones porque están muy lejos, y terremotos de poca magnitud pueden ser terroríficos porque están muy cerca de poblaciones.

Por la zona de Murcia, Roldán confirmó que los sismos más grandes "están en torno al nivel 6, porque estamos en la zona en la que tropiezan las dos placas, la africana y la euroasiática". No obstante, precisó que el periodo de retorno de terremotos en la Región de Murcia "es, a veces, de cientos de años para que vengan terremotos de una intensidad fuerte".

Roldán declaró que los arquitectos utilizan para sus edificaciones estructuras muy similares "independientemente de la zona de construcción, aunque el riesgo sea leve". De hecho, actualmente, las estructuras que se utilizan son de hormigón armado o acero pero "con una característica que les hace ser muy agradable para responder al sismo, y es que son hiperestáticas".

Hasta los años 60, recordó que se utilizaba un tipo de estructura isostática, que es de vigas y forjados dejados caer sobre muros, lo que "ya no se utiliza en ninguna parte de España, especialmente en Murcia y Granada, donde se utilizan estructuras de hormigón armado cuyos nudos de vigas y pilares son hiperestáticos, es decir, enlazados estáticamente, más allá de lo imprescindible".

"El objetivo es que tengan ductilidad frente al sismo, lo que le permite una vez llegada a su resistencia, de formarse más allá de lo que es capaz de resistir sin caerse: como si se produjeran una especie de roturas plásticas en los pilares, que se mueven mucho pero no se caen", precisó.

En este sentido, dijo que las características imprescindibles "es que sean dúctiles, hiperestáticas, simétricas en planta y en alzado, que estén separadas entre sí suficientemente, que haya calles anchas, que se empleen cimentaciones profundas o superficiales, pero no de las dos a la vez".

Además, si el edificio tiene que tener pesos "porque haya piscinas o depósitos se debe acumular en las plantas bajas, que no haya plantas diáfanas, es decir, que no haya plantas sin tabiquería y sin ocupar, lo que genera ductilidad".