Con las Fiestas de Primavera, las barracas se ponen 'a tono'

Barraca, peña huertana, Bando de la Huerta
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 2 abril 2018 13:05

Miles de murcianos pasarán a lo largo de la semana a degustar sus platos estrella como el arroz, las morcillas o paparajotes

MURCIA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -

Uno de los atractivos de las Fiestas de Primavera de Murcia son sus barracas, instaladas en toda la ciudad y abiertas hasta el próximo domingo.

Este año la cifra asciende a 43 entre barracas huertanas y entornos, según ha avanzado a Europa Press el presidente de la Federación de Peñas Huertanas de Murcia, Juan Pablo Hernández, quien ha destacado que la previsión que se maneja este año es buena, al igual que el anterior, y se espera que por cada barraca pase un millar de personas al día.

Una vivienda típica de la huerta, rodeada de decoración y la artesanía más tradicional de la vida cotidiana de los antiguos huertanos, se convierte en abril en lugar donde degustar la gastronomía más típica de Murcia.

Casi medio centenar de entornos huertanos se encuentran distribuidas por las calles de la ciudad y en ellos se pueden degustar sus platos estrella y típicos, entre los que se encuentran el arroz, las 'morcillicas' y los clásicos paparajotes.

En cuanto a los precios, la salchicha, morcilla, tocino, sobrasada y longaniza se mantienen a un euro; al igual que el zarangollo de verdura 3,40 dos raciones; y cañas de cerveza a un euro. Sin embargo, los paparajotes, dulce tradicional murciano, sube a un euro.

Tradicionalmente, los muros de las barracas están levantados de una mezcla de paja y barro, y su techumbre, a dos aguas, era de cañas y barro. Su interior se solía articular en dos estancias o cuartos. La primera era en la que se encontraba el fogarín o cocina, la chimenea, el tinajero y el jarrero. En el segundo, más al fondo se encontraba la habitación, que solía tener alguna ventana, según explica la web regmurcia.com.

Lo reducido de su espacio se debe a las buenas condiciones climáticas de la zona, por lo que la vida se solía desarrollar en el exterior de la barraca.

Las barracas solían estar coronadas por una cruz de madera o metal, símbolo de la religiosidad popular de la huerta. Así, estas casas típicas se insertaban en el vergel que era la Huerta de Murcia, escondidas entre los limoneros y naranjos con su suave olor a azahar.

MULTITUD DE BARRACAS

Por barrios o zonas, las barracas del Jardín de La Flota son L'Artesa, San Isidro-La Panocha --cuya peña surge en el año 1994--, La Tarabilla y El Limonar. En el Jardín del Malecón se concentran una gran mayoría, como Los Güertanos, El Salero, El Trillo, La Contraparada, La Esparteña, El Chisquero, Tercera Edad, El Azahar y El Cántaro.

En el Jardín de la Cruz Roja se encuentran las barracas de La Seda, El Mortero, El Esprefollo y el Candil; en la Plaza Circular, La Lebrilla y El Pimentón; en el Jardín de la Seda, El Cuartillo y La Zaranda y en la Plaza de la Universidad, El Ciazo y La Picaza.

También están las barracas El Botijo en el Jardín de Camilo José Cela, La Cetra en la Plaza del Rocío, El Tablacho en el Jardín de Floridablanca, Las Tenajas en la avenida Ronda Norte o El Zarangollo en el Jardín del torero Ortega Cano, entre otras, cuya peña nació en 1981.

En Miguel de Unamuno está Palmera-melón; La Morera y El Calieche en Infante Juan Manuel; El Corrental en el Jardín Virgen de la Fuensanta; La Crilla en Yáñez de Alcalá; El Almirez, en el Plano de San Francisco; El Pimiento, en Paseo Escultor Juan González; La Parra en el Jardín del Salitre; y El Zaragüel, en la Plaza de la Fuensanta.

También las Peñas La Breva (Santiago el Mayor), El Membrillo (Santiago y Zaraiche), La Tinaja (La Flota) y Las Viñas (al final del Malecón) han dispuesto de su propio recinto, su sede, para disfrutar estos días de los platos gastronómicos más importantes, como el zarangollo, el guiso de trigo, los arroces, el guiso de pavo con pelotas, el guiso de albóndigas de bacalao o los paparajotes.