Lamata advierte a Levante que C-LM va a necesitar el agua sobre la que tiene prioridad al ser la cuenca cedente

Actualizado: domingo, 8 abril 2007 14:43

MURCIA/TOLEDO, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata, insistió hoy en que en materia de agua la ley actual ya señala la prioridad de la cuenca cedente sobre la receptora, por lo que incluso el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que incluye la caducidad del trasvase Tajo-Segura para 2015, podría "no decir lo que dice y el resultado sería el mismo". De este modo, advirtió a Murcia y Levante que "como la vamos a usar, no va a poder llegar".

En una entrevista concedida a Europa Press, indicó que el agua es estratégica para la región porque sin este bien "no vivimos" y es necesario para el desarrollo. En este sentido, "lo que les decimos a nuestros colegas del Gobierno de Murcia, y entiende cualquier persona, es que si ese agua se va a utilizar aquí" o en Madrid, hay que tener alternativas porque "la ley nos ampara". Las desaladoras pueden hacerse "en unos cuatro años", con lo que hasta 2015 se puede superar "con creces" los 350 hectómetros cúbicos que "están yendo a Murcia".

El vicepresidente primero, que recordó que para beber hay "agua suficiente", explicó que lo que establece la reforma de Estatuto de Autonomía es la previsión de que en 2015, como "vamos a necesitar toda nuestra agua, ya no se podrá trasvasar" y por eso, en este periodo han de establecerse alternativas razonables para el abastecimiento a Murcia y Levante.

Castilla-La Mancha, manifestó, ha recuperado su nivel demográfico --en estos tres años la población aumentó unos 150.000 habitantes, recordó-- y "queremos seguir creciendo" porque "tenemos derecho", pero hay que hacerlo ordenadamente y a través de un Plan Estratégico.

Además, el agua ha de utilizarse para la recuperación del medioambiente y singularmente, de los cauces de los ríos y las riberas, sobre todo el Tajo, que a su paso por Toledo "viene moribundo" y debe y puede recuperarse, reconoció. No obstante, dijo que aunque si falta agua para beber "eso es prioritario", insistió en que en el caso de otros usos "lo podemos discutir".

Sí que hay que tener debate, dijo, si lo que se establece es agua para necesidades industriales o agrícolas. Al respecto, si el agua es para la producción económica, ya sea de Murcia o de Levante, explicó que esto "ha de ser en todo caso, discutido con otras producciones económicas", debatir sobre el precio de ese agua, o si debe ir o no subvencionada y si debe ser de otras cuencas o no. En este sentido, tendrán también que valorar si es rentable, pero incidió en que éste es ya un problema económico y "una cuestión distinta".

Lamata puso como ejemplo a la propia región y la cuenca sobreexplotada del Guadiana. Aquí, el empeño del Gobierno regional no ha sido la "defensa numantina" de empeñarse "en decir que tenemos que seguir sacando ese agua porque si no la agricultura se hunde", como al parecer hacen en Murcia, dijo, sino que "hemos sentado a agricultores, alcaldes, vecinos y el Gobierno de España para hacer juntos una estrategia".

QUE MURCIA REORIENTE LOS USOS

Esta estrategia, según Lamata, pasa por que de los acuíferos sobreexplotados no se saque más de lo que se recarga, ya que "no es racional", sino por "reajustar los usos" y hacer un proceso de reestructuración. El Plan Especial del Alto Guadiana sirve para reorientar esos usos del agua, y este es "el mismo ejercicio que pedimos a Murcia que haga".

Si no quiere desalar "porque no le salen las cuentas", continuó, "que haga una reestructuración como se hará en estas 100.000 hectáreas en Castilla-La Mancha para dejar de utilizar 200 hectómetros cúbicos al año" y en la que tradicionalmente se utiliza un volumen de agua con derechos reconocidos para los regantes, de hasta 600 hectómetros cúbicos.

El Acuífero 23 regenera únicamente unos 300 hectómetros cúbicos al año, recordó, con lo que se está "desecando y sobreexplotando el acuífero" y eso se nota en los humedales, las Tablas de Daimiel, los Ojos del Guadiana o las Lagunas de Ruidera.

Lamata incidió sobre la fecha de fin del trasvase, que se ha establecido como horizonte "prudente" ya que se podía haber dicho "mañana termina". Pero, continuó, hay que establecer un planteamiento razonable, desarrollar infraestructuras que permitan su aprovechamiento, que "todos sepamos que tenemos que hacer nuestros deberes" y en este sentido, Castilla-La Mancha ya "lo está haciendo".

OBRAS Y "NO BUENAS RAZONES"

Reconoció que Castilla-La Mancha "tiene agua" aunque insistió en que lo que falta es la infraestructura de utilizamiento de ese agua, que es "a lo que ha dedicado buena parte de ese esfuerzo" el Gobierno regional. El acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente para desarrollar inversiones hidráulicas por 2.000 millones de euros "se está cumpliendo" y realizando obras prometidas en legislaturas anteriores, que eran "buenas razones, porque las obras no llegaban y ahora llegan".

En este sentido, se refirió a la ya "en marcha" tubería manchega, un símbolo que permitirá completar el abastecimiento de una extensión muy importante de la región, o las obras que abastecerán a los municipios del trasvase Tajo-Segura que "veían pasar el agua por encima y no podían aprovecharla", o el acuerdo para el abastecimiento a los municipios ribereños.