Los veterinarios advierten que dejar a un perro dentro del coche con altas temperaturas es "una bomba de relojería"

Actualizado: domingo, 5 julio 2009 14:04

Aconsejan extremar los cuidados con las mascotas en verano y tener previstas residencias si no se llevan de vacaciones

MURCIA, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

Las altas temperaturas que se alcanzarán en estos días y, en general, el calor que habitualmente hace en verano afecta muy directamente a las mascotas, hasta el punto de que, en el caso de los perros, dejarlos solos dentro del coche, aunque sea con la ventanilla entreabierta, es como "una bomba de relojería", explicó a Europa Press el vocal de Animales de Compañía del Colegio Oficial de Veterinarios de la Región de Murcia, José Antonio Jara.

En este sentido, indicó que, ante las olas de calor, "hay que extremar las precauciones" con los animales, especialmente en el caso de los perros, ya que, al no sudar, la única forma que tienen de termorregularse es "el intercambio de calor al respirar".

Por ello, aseguró que es "muy peligroso" dejar a un perro sin vigilancia dentro de un coche, aún con la ventanilla entreabierta, porque "aunque lo hayamos dejado a la sombra, puede que al final acabe dándole el sol al vehículo y la temperatura se eleve mucho, causando un golpe de calor y e incluso la muerte".

De hecho, Jara apuntó que la temperatura habitual de un perro sano ronda entre los 38 y los 39 grados, por lo que "aunque para nosotros el calor pueda ser soportable, para el perro puede que no", riesgo que además se eleva en el caso de canes obesos, con cardiopatías o de avanzada edad.

Jara recomendó tener siempre el bebedero con agua, para que el animal pueda beber cuando lo necesite, así como reducir la salida del mediodía el tiempo justo para que el perro haga sus necesidades. Los paseos matinales y vespertinos deben retrasarse a horas de menos sol y, en cualquier caso, "si no hay más remedio que sacarlo en la hora de más calor, debemos llevar con nosotros un cacharrito con agua".

En cuanto a los síntomas para detectar un golpe de calor en un can, Jara comentó que normalmente se aprecia un jadeo excesivo, aunque el animal esté en reposo, mucosas muy rojas, y "agobio en general, como si no encontrara la postura". Ante la duda, puede tomarse la temperatura del perro y tratar de que no supere los 40 grados, vía rectal.

Y es que, lo importante es evitar llegar a este extremo, pero si el perro empezara a sufrir un golpe de calor "lo normal es que no quiera ni beber agua", por lo que lo mejor para bajarle la temperatura es "tratar de enfriarlo lo antes posible, echándole agua con la manguera o metiéndolo en la bañera, pero sin echar cubitos, pues tal y como sale del grifo es suficiente".

Si no es posible emplear estos recursos, también se puede frotar con alcohol las almohadillas de las patas y la barriga para bajar la temperatura y, siempre, en estos casos, acudir al veterinario. "El perro puede llegar a sufrir convulsiones y entrar en un estado comatoso", agregó.

A su vez, recordó que los perros también se resfrían en verano, principalmente por el aire acondicionado, pero también por sacar la cabeza o la nariz de la ventanilla del coche, por lo que sugirió no bajar la guardia y, en caso de sospecha, aunque los síntomas no sean claros, ir al veterinario "porque a veces en esta época es más difícil detectarlos".

En cuanto a los gatos, Jara indicó que normalmente ellos "se manejan solos" para huir del calor, al igual que las tortugas y los galápagos, aunque aconsejó facilitarles alguna zona con sombraje para que puedan guarecerse y que no les falte agua.

Caso aparte es el de los pájaros que, según Jara, con "muy sensibles a los cambios de temperaturas extremas" y carecen de capacidad termorreguladora si están en una jaula "pues para ello necesitan volar". "Para un pájaro es tan perniciosa una corriente de aire frío como el calor excesivo", explicó, por lo que aconsejó buscarles un lugar "confortable" y rellenar frecuentemente el bebedero.

EN RESIDENCIA Y CON CINTURÓN.

Igualmente, recordó que, ante las vacaciones, quienes no vayan a poder llevarse a sus mascotas deben dejarlas debidamente atendidas, bien a cargo de otras personas (familiares, vecinos o amigos), bien en una residencia, que las hay caninas y también para gatos.

Además, incidió en la importancia de que los animales de compañía viajen en los vehículos siguiendo la normativa vigente: los perros con arnés al anclaje del cinturón de seguridad, los gatos en transportines acordes a su tamaño y, siempre, debidamente sujetos. "No pueden estar sueltos en el coche", remarcó.

Por último, recordó que, de cara al verano, los perros deben ir al veterinario para una desparasitación interna y externa, y administrarle las vacunas de la rabia, la trivalente y la del gusano del corazón, mientras que a la vuelta de vacaciones deben ir de nuevo a la revisión de la leishmaniosis. En los gatos, las vacunas habituales son la triple vírica y leucemia.