Feijóo refuerza su mayoría absoluta con 41 escaños y la coalición de Beiras e IU se convierte en tercera fuerza

Feijóo: "No necesitamos dinero para llegar a fin de mes"
EUROPAPRESS
Actualizado: lunes, 22 octubre 2012 1:42

PSdeG logra su peor porcentaje de voto después del registrado en las primeras elecciones de 1981 y el BNG queda relegado a cuarta fuerza


SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

Alberto Núñez Feijóo se ha convertido este 21 de octubre en un caso excepcional en Europa, ya que aparte de conseguir no ser barrido en las urnas por la crisis económica, ha logrado reforzar la mayoría absoluta con la que gobierna el PP en Galicia. Los populares han alcanzado tres escaños más respecto a las autonómicas de 2009 y cosechan una victoria incontestable con 41 diputados, los mismos logrados por Manuel Fraga en el año 2001 en la que había sido su cuarta mayoría absoluta consecutiva.

El PPdeG logra afianzar su mayoría absoluta pese a que en las urnas se han introducido 166.564 papeletas menos de este partido respecto a 2009, con el 95,78 por ciento de los sufragios escrutados. Así, los populares han pasado de lograr el 46,68 por ciento de los votos en las anteriores autonómicas, a recabar el 45,48 por ciento de los apoyos.

No obstante, pese a que los resultados de esta jornada electoral aún no son los definitivos, el recuento del sufragio exterior, que se iniciará el próximo 29 de octubre, no será determinante, puesto tan sólo solicitaron el voto rogado 30.526 residentes en el extranjero, el 7,68 por ciento de los 397.382 emigrantes gallegos y sus descendientes nacionalizados que tenían derecho a votar en esta convocatoria.

Por su parte, irrumpe con fuerza en el Parlamento gallego la coalición electoral de Izquierda Unida y Anova, la formación de Xosé Manuel Beiras que se escindió del BNG, que obtiene nueve diputados y se coloca como tercera fuerza política, a costa de socialistas y en mayor medida, del BNG, que queda relegada a cuarto grupo parlamentario.

En su retorno de la jubilación, Beiras ha logrado más de 194.000 apoyos, el 14,19 por ciento de los sufragios válidos. Esta coalición le sirve además a IU para volver a tener voz en el Parlamento gallego, de donde estaba fuera desde el año 2001 y después de que en las pasadas autonómicas se quedase, con el 0,97 por ciento de los votos, lejos de la barrera del cinco por ciento para obtener representación electoral.

RETROCESOS DE PSOE Y BNG

Por su parte, el PSdeG obtiene el segundo peor porcentaje de votos en unas elecciones gallegas, al quedarse con el 20,46 por ciento de los apoyos, una ratio que sólo fue más baja para los socialistas en las primeras elecciones gallegas de octubre de 1981, de las que precisamente este sábado se cumplieron 31 años. Además de retroceder siete escaños, los socialistas han perdido 10,5 puntos de apoyo y han obtenido 244.000 sufragios menos, con el 95,78 por ciento de los sufragios escrutados.

El 10,18 por ciento de los votos logrado por el BNG lo devuelve a parámetros del año 1989, cuando los nacionalistas se habían quedado con el ocho por ciento de los apoyos. Pero en aquella tercera legislatura, el Bloque era tercera fuerza parlamentaria, mientras que ahora se queda con siete diputados a dos del grupo en el que figurará su antiguo líder, Xosé Manuel Beiras, quien con 76 años de edad, vuelve a la Cámara gallega después de dos legislaturas ausente y de la mano de IU.

El Bloque pierde casi seis puntos de apoyo y se queda casi en la mitad al número de sufragios que había logrado en las autonómicas de 2009, al conseguir 139.511 sufragios y haber perdido 131.201, con el 95,78 por ciento de los sobres de votación computados.

El duro revés electoral para el PSdeG y para el BNG deja en una situación comprometida a sus respectivos líderes. Así, el candidato socialista a la Presidencia de la Xunta, Pachi Vázquez, ya ha anunciado que convocará a los órganos de su partido para "abrir un escenario de profunda reflexión" y ha puesto su cargo a disposición del partido, mientras que el aspirante del BNG, Francisco Jorquera, ha reconocido el "revés electoral" y se ha puesto a "disposición" del Bloque para "colaborar" en el papel que le "asignen".

Y es que el PP, que ya lideró la Xunta 25 de los 31 años de autonomía, volverá a gobernar Galicia, pero con una mayoría holgada que también contribuye a dar oxígeno al presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, quien estuvo cuatro días en la campaña gallega. Por su parte, los socialistas han perdido siete escaños y no han conseguido rentabilizar en las urnas el apoyo de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien realizó seis visitas a la comunidad durante la campaña.

POR PROVINCIAS

La victoria del PP se ha fraguado en las provincias de A Coruña, Lugo y Ourense, en las que ha obtenido un escaño más por cada circunscripción, mientras que se ha quedado con los mismos 11 que tenía en Pontevedra, la provincia por la cual concurría Alberto Núñez Feijóo y de donde es natural Mariano Rajoy.

El retroceso más acentuado del PSdeG se ha registrado en la provincia de A Coruña, donde ha perdido tres escaños, al pasar de ocho a cinco con una lista que lideraba el exministro Francisco Caamaño, uno de los teóricos recambios de Pachi Vázquez. No obstante, en Pontevedra los socialistas se dejan dos diputados, mientras que pierden un escaño en cada una de las provincias del interior, Lugo y Ourense.

Por su parte, el BNG se deja un escaño en Lugo, otro en Ourense y otro en Pontevedra, mientras que en A Coruña, la circunscripción más importante en número de electores, pierde dos escaños. Los retrocesos tanto de PSdeG como del Bloque han sido capitalizados por la coalición electoral a la que ha puesto cara Beiras, que ha obtenido por A Coruña cuatro asientos en la Cámara, tres por Pontevedra y uno por Lugo y otro por Ourense.

Beiras ha jugado en esta campaña electoral a atraer el voto joven con un discurso de constante apelación a los indignados y los descontentos con la clase política, pero este sentimiento ciudadano también puede medirse en un incremento en más de un punto del volumen de votos en blanco, que ha pasado de representar el 1,66 por ciento de los sufragios válidos al 2,70 por ciento en estos comicios. Por su parte, los votos nulos también aumentaron, al pasar del 0,89 por ciento en 2009 al 2,56