Oyarzabal dice que el camino de la confrontación "ha dejado a los catalanes un saldo negativo en su cuenta corriente"
MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
La presidenta del PP catalán y candidata de esta formación a la Generalitat, Alicia Sánchez-Camacho, está convencida de que en las elecciones del 28 de noviembre "empezará una nueva etapa", en la que su partido "será decisivo y la clave de la gobernabilidad en Cataluña".
En un artículo en su blog, recogido por Europa Press, Sánchez-Camacho destaca el documento 'Compromiso de Barcelona' que ha suscrito con sus los presidentes del PP vasco y gallego, Antonio Basagoiti y Alberto Núñez Feijóo, que, a su juicio, constituye el pacto "de la pluralidad, de la libertad, de la unión y del orgullo de sentirse catalanes, gallegos y españoles".
Tras asegurar que en el Salón del Tinell los socios del tripartito firmaron en 2003 "un pacto de exclusión" del PP, subraya que la "historia negra" que se inició entonces se ha acabado. "Núñez Feijóo, Basagoiti y yo misma representamos a las tres nacionalidades históricas que reconoce la Constitución, las que los nacionalistas han querido apropiarse porque cree que son los únicos que pueden defenderlas", asegura.
"GALEUSCA CONSTITUCIONAL"
Por su parte, el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, considera que Basagoiti, Núñez Feijóo y Sánchez-Camacho escenificaron "una nueva forma de hacer política", apostando por "reconocer las diferencias de las comunidades para las que se presentan pero sintiéndose igual de españoles que catalanes, vascos o gallegos".
"En contraposición a la famosa Declaración de Barcelona --conocida como Galeusca-- que firmaron en su día CDC, UDC, PNV y BNG y que unía a las fuerzas nacionalistas para buscar la confrontación, el PP se siente igual de catalán, vascos o gallego que español", proclama en su blog.
Según Oyarzabal, el PP se presenta a las elecciones catalanas como "una opción moderada, razonable y de sentido común". A su juicio, los problemas de los ciudadanos "no se solucionan enfrentando Cataluña con el resto de España, sino buscando puntos en común, punto de encuentro que ayuden a todos los territorios a avanzar juntos".
"Restringir la libertad de uso del castellano, promover 'lo catalán' como lo opuesto a lo 'español' y buscar el enfrentamiento constante entre Cataluña y el resto de España no ha traído una Cataluña más próspera, ni más competitiva ni un lugar donde los ciudadanos vivan hoy mejor en el 2003", recalca, para añadir que Cataluña tiene hoy "más desempleo" y "más problemas sociales".
