Unas 300 personas vuelven a condenar en Daimiel (Ciudad Real) la muerte de una joven a manos de su novio, hace dos meses

Actualizado: lunes, 2 octubre 2006 22:16

CIUDAD REAL, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

Unas 300 personas se concentraron esta tarde ante las puertas del Ayuntamiento de Daimiel (Ciudad Real) como muestra de rechazo contra la violencia de género, al cumplirse dos meses de la muerte de una joven de la localidad, asesinada de varias cuchilladas por su novio.

Los hechos se conocieron pasadas las 23.30 horas del día 3 de agosto, cuando el joven, V. M. F.-B. F.-C., de 28 años de edad, se presentó en el cuartel de la Guardia Civil para entregarse tras reconocer que había matado a su novia, A.B. B.-G., también de 28 años, unos minutos antes en una casa en la que se juntaban casi todas la tardes.

En declaraciones a Europa Press, la concejal de la Mujer de Daimiel, Daniela Franco, señaló que la idea de hacer este acto contra la violencia doméstica y de apoyo a las víctimas y sus familias surgió el pasado día 30 de agosto, en una concentración similar en Argamasilla de Alba, donde a finales de julio, un hombre mató a su mujer, embarazada de seis meses, y a una sobrina de ésta de cuatro años de edad.

Ahora, según apuntó Franco, la intención es que estas concentraciones se repitan a lo largo de los diferentes pueblos de la provincia, para lo que, según dijo, quieren contar con la colaboración de la Diputación, cuya vicepresidenta responsable del área de la Mujer, Victoria Sobrino, estuvo esta tarde en Daimiel.

Durante la manifestación de hoy, Pilar Amat, presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas de Argamasilla de Alba, dirigió a unas palabras a los asistentes, en las que enfatizó sobre la necesidad de denunciar las agresiones antes de llegar a situaciones que ya no tienen remedio. Amat, por otro lado, aseguró que, con actos como el de hoy, van a seguir denunciando la situación por la que pasan muchas mujeres que, en muchos de los casos, acaban costándoles la vida.

Asimismo, en la concentración se leyó un manifiesto en el que se indicaba que no sólo las agresiones físicas son denunciables, sino que hay muchas acciones que inciden en la psicología, los aspectos morales, económicos de la mujer que también constituyen una agresión a éstas.

Se reclamó en el texto incidir en la educación para evitar que hechos lamentables se lleguen a producir y se instó a tener tolerancia cero hacia las actitudes que supongan un mal trato para las mujeres.