Absueltos los dos operarios acusados de un accidente mortal en Tordesillas (Valladolid)

Actualizado: martes, 22 abril 2008 18:49

VALLADOLID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid acordó dictar sentencia absolutoria en el caso de los dos trabajadores, David A.E, de 44 años, y Justino C.B, de 64, a quienes se responsabilizó de un accidente mortal registrado en 2002 en el término municipal de Tordesillas, donde una máquina buldózer que conducía el primero y a quien daba indicaciones el segundo, durante una maniobra efectuada para cruzar la carretera de un lado a otro, colisionó con un turismo en el que viajaban un joven y su novia, con el resultado del fallecimiento de esta última.

En su fallo, la juez fundamenta la absolución en la falta de acreditación de que los acusados incurrieran en omisión alguna de las normas de cuidado más elementales y, por ende, de la presencia de imprudencia que constituye el elemento fundamental del tipo penal por el que se pedía su condena, al tiempo que recuerda que en el tramo en obras la prioridad de paso la tiene la máquina sobre el resto del tráfico rodado y que el conductor del vehículo afectado debería de haber moderado la velocidad como consecuencia de la niebla reinante, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Sin embargo, durante el juicio un automovilista que presenció el trágico accidente registrado en agosto de 2002 en el término de Tordesillas (Valladolid), donde una joven de 23 años, Soraya G.A, perdió la vida y su novio resultó herido al impactar el coche en el que viajaban con un buldózer o máquina oruga que participaba en unas obras y cruzaba en ese momento la N-122, aseguró que la maniobra efectuada por el vehículo pesado se efectuó sin adoptar las debidas medidas de precaución.

El testigo, Juan Ángel J. de la F, contundente en su testimonio, mantuvo que la persona que daba indicaciones al maquinista para que cruzara de derecha a izquierda la carretera N-122, a la altura de Tordesillas, no sólo iba desprovista de chaleco reflectante sino que ni siquiera portaba la señal de stop y dio las indicaciones "a pelo".

"Me dirigía desde Toro en dirección hacia Tordesillas cuando vi a una persona en la carretera que elevó sus manos para pararnos porque iba a cruzar una máquina de obras. Me enfadé mucho y le pregunté qué coño hacía, pues esa no era forma de parar el tráfico", incidió el declarante, quien añadió que fue entonces cuando se percató de que en sentido contrario venía un coche blanco que impactó de lleno con el buldózer al no poder frenar a tiempo.

El trabajador aludido, Justino C.B, que participaba en las obras de construcción de la autovía entre Tordesillas y Villaester, adjudicadas por el Ministerio de Fomento a una UTE que subcontrató parte de los trabajos a las empresas Élite Forestal S.L. y EPSA Internacional, discrepó únicamente con el anterior respecto del detalle de la señal de stop, ya que aseguró que sí llegó a exhibirla, si bien reconoció que carecía de chaleco y que incluso no tenía conocimiento alguno para realizar tareas de 'señalista'.

OBLIGADO A HACER DE 'SEÑALISTA'.

De hecho, el ahora absuelto alegó que su cometido era únicamente el de conductor de un tractor y de una cuba de riego y que el día del accidente estaba haciendo de 'señalista' para su compañero David A.E, conductor del buldózer, porque le había obligado el encargado de la obra. "Yo no sabía cómo se hacía eso, era algo muy complicado, pero no tuve más remedio que hacerlo porque si no me iba para casa", sentenció el operario.

En cuanto a cómo se produjo el accidente, Justino C.B, de 64 años, relató que tras detener a tres vehículos que transitaban por el carril de la derecha, desde Toro a Tordesillas, se percató también de que no venía ninguno por el contrario en dirección Portugal y fue entonces cuando hizo la señal para que cruzara el maquinista. Sin embargo, de pronto vio aproximarse por este último carril a un coche blanco "que venía a todo gas y que al tratar de frenar comenzó a echar humo de las ruedas", añadió el trabajador, quien aseguró que tuvo que tirarse a la cuneta para evitar ser atropellado por el citado turismo.

El conductor de la máquina, David A.E, de 44 años y también absuelto, aseguró que trató de dar marcha atrás para evitar la colisión con el coche que le venía del lado izquierdo, cosa que no logró ya que, según advirtió, "venía muy deprisa". El maquinista, con 10 años de experiencia en el manejo de este tipo de vehículos y que se definió como un "mandado", aseguró que había cruzado otras muchas veces ese tramo, aunque también apostilló que a raíz del accidente este tipo de maniobras pasaron a realizarse ya con la ayuda de cuatro 'señalistas'.

VEHÍCULO NO APTO PARA CRUZAR UNA VÍA PÚBLICA.

Por su parte, un informe de la Guardia Civil sobre las causas del siniestro establece que el mismo se produjo, fundamentalmente, como consecuencia de la irrupción en la calzada de una máquina no apta para circular por la vía pública debido a sus características--carece de ruedas y se mueve mediante cadenas, como un tanque--y que carecía de matrícula y de señales rotativas. El buldózer tenía por tanto que haber sido transportado de un lado a otro en un camión góndola.

Además, el funcionario de la Benemérita añadió que el lugar donde se produjo la colisión no estaba señalizado y que el trabajador encargado de parar el tráfico carecía de chaleco e incluso de señal de stop, tal y como el propio acusado le confesó en el escenario de los hechos y corroboró otro testigo.

No obstante, el guardia civil que intervino en la elaboración del informe apostilló que también tuvo parte de culpa el propio conductor del turismo siniestrado, ya que circulaba a unos 150 kilómetros por hora en un tramo cuya velocidad estaba limitada a 100 kilómetros por hora.

También declaró el joven que perdió a su novia en el choque, Carmelo F.C, quien además resultó herido y posteriormente necesitó de tratamiento para superar una situación de estrés aguda. El testigo rechazó que circulara a una velocidad excesiva, que calculó en no más de 100 kilómetros/hora, y se limitó a indicar que no pudo esquivar la máquina al irrumpir ésta en la calzada y pese a que la vio a unos 400 metros de distancia y dejó una frenada de casi 80 metros.

El Ministerio Fiscal entendió que los hechos eran constitutivos de un delito de homicidio y otro delito de lesiones por imprudencia grave de los que responsabilizó al maquinista, David A.E, y a su compañero de tajo, Justino C.B, para quienes solicitó una pena de un año y medio de cárcel, 12 fines de semana de arresto, la prohibición de conducir vehículos a motor y ciclomotores por espacio de casi cuatro años y el pago conjunto y solidario de indemnizaciones por valor de 83.403 y 3.882 euros en favor de los padres de la fallecida y de su novio, respectivamente.

De tales cantidades habrían de responder la Aseguradora Le Mans, en concepto de responsable civil directo, y Élite Forestal S.L. y EPSA Internacional como responsables civiles subsidiarios.

La acusación particular había solicitado una indemnización de unos 100.000 euros, mientras que las defensas pidieron un fallo absolutorio, como así ocurrió finalmente.