Acusada de matar a su marido dice que la relación era un infierno y que no le dejó por evitar un fin trágico

Actualizado: lunes, 14 enero 2008 20:57

Señala que nunca se le pasó por la mente matar a su marido y que llegaron a producirse situaciones "mucho peores" entre ambos

TOLEDO, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

Emiliana G.P., de 50 años, acusada de matar a su marido clavándole un cuchillo de cocina de 15 centímetros tras una discusión en el domicilio que ambos compartían en Argés (Toledo), aseveró hoy que la relación entre ambos era un infierno, que ella se sentía "como una mierda" y llegó a intentar quitarse la vida, y que si no dejó a su marido o se divorció fue "porque sabía que esto iba a terminar trágicamente", aunque no de la forma en que acabó.

Así lo indicó la acusada durante su declaración en la vista oral del juicio con jurado popular que comenzó hoy en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo, donde Emilia indicó que su relación matrimonial fue siempre "muy mala" por culpa de la adicción de su marido a la bebida, lo que hacía que se pusiera agresivo, y "aunque él sabía que estaba enfermo no quería ir a ningún sitio"

Esto motivó sucesivos episodios de malos tratos psíquicos como cuando la llamaba "puta", "zorra", la amenazaba con matarla o con tirar a su hija menor recién nacida por la ventana, o le decía "estás muerta", y otros físicos, también durante sus embarazos, entre los que citó un golpe con la culata de una escopeta en un ojo, un intento de arrojarla por la escalera o un golpe que le dio con una barra de hierro y obligó a su hospitalización.

Aunque esta situación obligó a Emiliana a acudir al psiquiatra y luego a ser tratada por depresión por su médico de cabecera durante años, ella apuntó que hasta hace diez o doce años no se convenció de que era imposible la reconciliación con su marido, al que dijo todavía querer. "En el fondo yo siempre le quise", señaló.

Una nueva discusión fue el desencadenante de lo ocurrido el día 11 de mayo de 2006, cuando el hombre volvió a casa bebido y al ir a dar las buenas noches a la hija menor se la encontró metida en el armario, actitud que reprochó a su esposa, quien respondió al hombre por qué no se preguntaba él a qué podía responder esa reacción de la menor.

HUBO SITUACIONES MUCHO PEORES.

En ese punto, el marido la cogió del cuello, la metió dentro de casa y le dijo que la iba a matar, lo que, según la propia acusada. Entonces se zafó del hombre e intentó llamar a una de sus hijas mayores por teléfono, pero él lo impidió tirando la agenda telefónica al suelo y marchándose al exterior de la casa.

En ese momento, la mujer fue a la cocina y cogió un cuchillo con la intención de amenazar a su marido si éste no le dejaba abandonar la casa, como era su intención ya que, según advirtió, "nunca se me pasó por la mente matar a mi marido" y "había habido situaciones mucho peores" entre ambos. En cualquier caso, ese día temió por su vida "como muchas veces", pues creía que el hombre había ido al garaje a buscar la escopeta con la que la había amenazado en otras ocasiones y porque lo vio "muy mal, muy loco".

Cuando salió se encontró a su marido en el inicio de la rampa de acceso al garaje y este, al verla con el cuchillo en la mano le preguntó qué hacía y si se atrevería a hacerlo, momento en el cual se enzarzaron y resbalaron a causa de la lluvia, cayendo encima del cuchillo que, en principio, creyó que "no se había clavado tanto".

Entonces, la mujer le sacó el cuchillo del cuerpo --no sabe qué hizo con él después-- y entró en la casa para llamar a dos de sus hijos --a los que les dijo que su padre se había pinchado-- y pidió ayuda a un hombre que pasaba por la calle en ese momento, quien le advirtió que tal y como estaba el herido no lo podía trasladar en su vehículo.

NO ME IBA A DEJAR EN PAZ.

"No sabía que eso iba a terminar así ni mucho menos", declaró Emiliana, quien llegó a señalar que si no hubiera cogido el cuchillo "no había pasado eso", pero que temía por su vida, pues aunque no era más fuerte que ella "tenía muy mala leche y eso le daba coraje", manifestó.

Emiliana también habló, a preguntas de las partes, de las relaciones sexuales que mantenía con su marido que, según explicó, para ella "no eran nada" y detalló que si consentía en tenerlas "lo hacía por él" porque pensaba que "si lo rechazaba las cosas se iban a poner peor".

En cuanto a las gestiones que llegó a realizar en el Instituto de la Mujer, señaló que alguna vez llegó a decirle a su marido que era un borracho, que estaba harta y que se iba a separar, algo que "nunca" se atrevió a hacer porque cada vez "tenía más miedo". "Sabía que no iba a tener valor para hacerlo porque tenía un miedo terrible", expuso, convencida de que "no podía irme a ningún sitio porque sabía que no me iba a dejar en paz".

Tras su declaración se produjeron las de un guardia civil vecino de la pareja, quien reconoció que había rumores sobre los malos tratos y que llegó a ver a la acusada con un ojo morado, y el señor que pasaba por la calle cuando ocurrieron los hechos. La vista continuará a las 10.00 horas de mañana, con la declaración de tres de los cuatro hijos de la acusada.