Un acusado de intentar matar a un policía en Cabra (Córdoba) niega los hechos y dice que pasó miedo

Actualizado: lunes, 2 marzo 2009 15:33

CÓRDOBA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

J.C.M.S., acusado junto a su hermano por un delito de homicidio en grado de tentativa contra un agente de la Policía Nacional en Cabra (Córdoba) negó hoy los hechos diciendo que nunca le quitó el arma al agente ni tenía intención de matarlo y que, sin embargo, fue él quien pasó miedo porque pensaba que éste le iba a matar.

Durante la vista oral, el procesado explicó que se encontraba en la viña junto con su hermano y su perro, un cachorro boxer, cuando de pronto escucharon que había ruido en un olivar cercano y se acercaron para ver qué ocurría. Una vez allí, el perro se acercó al agente, quien, según el procesado, dijo que iba a matar el perro.

Entonces él fue a cogerlo y en ese momento el policía le apuntó con la pistola en la pierna. Comenzaron un forcejeo para que no le disparara, pero afirmó que nunca tuvo el arma en sus manos y nunca accionó el gatillo.

Este acusado fue juzgado hoy con otras seis personas más por unos hechos por los que el ministerio público pide unas penas que suman 53 años de cárcel por agredir además a tres agentes de la Policía Nacional en Cabra (Córdoba).

Los dos procesados que iniciaron la causa afirmaron hoy que tenían aparcado el coche y uno de los agentes se dirigió al vehículo para abrirlo. Uno de los acusados le dio al mando para cerrar el coche y un agente le pegó con un palo, por lo que salió corriendo hacia un olivar. El otro hermano negó que avisara a los vecinos para que salieran a la calle para intervenir en estos hechos.

Sin embargo, según la calificación provisional del fiscal, sobre las 11,30 horas del 31 de octubre de 2007, dos de los procesados se encontraban en la barriada Pedro Garfia de esta localidad cordobesa, cuando con motivo de la presencia de los tres agentes, uno se dirigió a ellos de forma despectiva diciéndole "gilipollas, donde vas a mirar el coche, eso no lo mira nadie que es mío, hijo de puta".

Ante esta situación, los agentes le pidieron la documentación, a lo que éste se negó insultando y le empujó al tiempo que le lanzó un palo de madera, que el agente pudo esquivar. Los dos acusados salieron huyendo a un olivar y alentaron a los vecinos a que salieran a la calle para interferir la actuación policial.

Uno de los agentes llegó hasta el lugar donde se encontraban, donde azuzaron a un perro peligroso raza bóxer para que le atacara. Ese momento fue aprovechado por dos de los acusados para quitarle la pistola al policía con la que le dispararon en el abdomen, si bien no tenía cartucho en la recámara y los acusados huyeron.

Por otra parte, otro agente que se quedó más apartado fue rodeado por otros tres acusados y comenzaron a lanzarle piedras y a amenazarle hasta que pegando unos cuantos disparos al aire hizo que los procesados salieran corriendo.

Asimismo, en el momento de la detención se produjo una aglomeración de personas que intentaban evitarlo y en concreto dos mujeres tiraron al suelo a uno de los agentes y lo golpearon.