Acusado de secuestrar y golpear a su pareja hasta matarla dice que las lesiones se las hizo al caer por la escalera

Actualizado: lunes, 17 diciembre 2007 19:42

La víctima pidió a sus familiares tras la paliza que no denunciasen a su presunto asesino "porque seguía enamorada de él"

MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -

El fiscal de la Audiencia Nacional Jesús Alonso elevó hoy a definitiva su petición de 19 años y seis meses de cárcel para Patxi Xabier Aramburu, de nacionalidad española, al que acusa de secuestrar y asesinar a su pareja, María Begoña Bohoyo, en la localidad francesa de Hendaya en diciembre de 2005. Este asunto es competencia de estas dependencias judiciales debido a que se trata de un delito cometido por un ciudadano de España en el extranjero.

Aramburú se declaró inocente ya que, según dijo, su pareja era "el amor de su vida". Añadió que "las lesiones se las produjo cayéndose por la escalera".

El juicio que tuvo lugar hoy en la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, contó con el testimonio de Aramburu quien negó en todo momento haber cometido los delitos de detención ilegal y homicidio que se le imputan. El acusado contestó tanto a las preguntas de su abogado y las del Ministerio Fiscal como a las que le formularon la acusación popular y particular personadas en la causa. Aramburu comenzó reconociendo haber tenido problemas con el alcohol, pero añadió que es una adicción que compartía con su pareja.

De este modo explicó las lesiones que terminaron causando la muerte a María Begoña Bohoyo ya que, según dijo, se produjeron después que su pareja bebiera grandes cantidades de alcohol y en consecuencia incurriera en una crisis nerviosa que le llevó a destrozar parte del inmobiliario de la casa y a caerse después por las escaleras del domicilio que ambos compartían en Hendaya (Francia).

El acusado dijo que esta recaída --la mujer había recibido asistencia médica para curar su adicción al alcohol y llevaba ocho meses sin beber-- estuvo motivada por el despido de su puesto de trabajo. Según Aramburu, María Begoña llegó a agarrar un martillo en plena crisis nerviosa por lo que tuvo que forcejear con ella para arrebatárselo y posteriormente llevarse a otro piso de la casa a la hija de ambos llamada Leire que, en ese momento, tan sólo tenía un año de edad.

"ERA EL AMOR DE MI VIDA".

"Si fuera culpable, lo diría pero no es así, era el amor de mi vida", insistió el acusado, quien negó también haberla retenido en el domicilio durante tres días. "Podría haber salido de la casa cuando hubiese querido porque vivíamos en un bajo y yo no estaba todo el rato en casa", explicó al tribunal.

En contra de esta versión, la Fiscalía considera acreditado que el acusado, Patxi Xabier Aramburu, golpeó brutalmente a la mujer en aquellas Navidades de 2005 y la empujó contra una ventana que se rompió, lo que le provocó cortes en la cara. Posteriormente la retuvo durante tres días en la vivienda que compartían, periodo durante el cual impidió que fuera atendida por sus lesiones y continuó maltratándola.

La mujer, María Begoña Bohoyo, pudo finalmente escapar de su domicilio y se dirigió a una vivienda cercana. Al ver el lamentable estado que presentaba --explica el Ministerio Público-- un vecino decidió conducirla a la comisaria de la Ertzaintza en Irún desde donde fue trasladada al Hospital de Guipúzcoa, en San Sebastián. La víctima falleció pocos días después debido a un shock séptico generalizado y un fracaso multiorgánico consecuencia de las agresiones sufridas. María Begoña presentaba importantes lesiones en pulmón, órganos internos y rotura de tres costillas.

En la misma línea que la Fiscalía se manifestaron hoy las dos hermanas de la víctima presentes en el juicio. La primera de ellas, Ana María Bohoyo recordó como habló con su hermana una vez fue ingresada en el hospital ya que desde la supuesta paliza no habían tenido ninguna noticia de ella. "Fuimos a verla al hospital y estaba muy nerviosa, nos preguntaba por la niña y nos pedía que no hicieramos nada con él (Aramburu), verla era un shock, tenía la nariz rota y golpes por todo el cuerpo".

"Me decía: 'Me ha pegado, no sabía ni por donde me venían los golpes, debía tener una caja de herramientas porque cogía algo y me pegaba y lo rompía todo'", continuó relatando la hermana, quien definió al presunto agresor como "un señor que cada vez que había una pelea con Begoña y se iba de casa, él llamaba unas 50 veces a casa de mi madre para saber donde estaba mi hermana, le daba igual la hora".

"BEGOÑA NO SE RESBALÓ, LA PATEÓ ÉL".

Al terminar su declaración, Ana María volvió a su asiento entre el público clavando la mirada en el acusado quien mantuvo la vista fijada en el suelo. Por su parte la segunda hermana, Rosario, corroboró la misma versión y añadió que "Begoña no se resbaló por ninguna escalera, la pateó él". "Nos dijo que se había vuelto loco, que la había pegado con un cincel y que luego la había encerrado en casa con llave". Asimismo, uno de los agentes de la Ertzaintza que intervinieron en la causa relató como Begona "pidió a sus familiares en el hospital que no denunciasen a Aramburu porque, según decía, todavía estaba enamorada de él".

El "testigo clave" de la defensa tal y como lo definió el abogado del acusado, fue un ex politoxicómano amigo de la víctima desde hacía 20 años tal y como confesó él mismo ante el tribunal. Este testigo, que además coincidió en la cárcel con el presunto asesino, declaró que Begoña quedó con él después de haber recibido la paliza "para comprar cocaína". "Vi que tenía golpes en la cara pero me dijo que se había caído por las escaleras", dijo.

Antes de su declaración, este testigo desapareció durante unos minutos de la sala y de la Audiencia Nacional, de forma que incluso llegó a plantearse el aplazamiento del juicio. No osbtante y después de que se le llamase a su teléfono móvil, regresó y la vista pudo continuar. Sin embargo, la espera provocó nervios en el padre del acusado, presente el juicio. El hombre, de avanzada edad, llegó a proferir algún grito y se levantó de su asiento en varias ocasiones. También se encontraba en la sala el primer hijo de la víctima, de 19 años de edad y fruto de una relación anterior.

Finalmente, los peritos médicos fueron contundentes en su análisis ya que, de los cinco que intervienron el juicio, cuatro de ellos coincidieron en que las lesiones que provocaron la muerte de la mujer "no pudieron ser provocadas por una caída por las escaleras". "Tendrían que ser unas escaleras casi infinitas para recibir tantos golpes y en sitios tan variados como los costados, el gemelo, la cara, la nariz, las extremidades, la cabeza...", explicó uno de ellos.

El juicio quedó visto para sentencia después de las exposiciones finales en las que la acusación particular y la acusación popular se sumaron a la petición de la Fiscalía. Las contínuas peleas entre Aramburu y Begoña derivaron en la solicitud por parte de la víctima de una orden de alejamiento en abril de 2005. Esta orden quedó sin efecto en junio de ese mismo año a petición de la mujer, que decidió reiniciar la convivencia con el procesado.