El presidente y la vicepresidenta primera del Gobierno, Pedro Sánchez y Carmen Calvo
El presidente y la vicepresidenta primera del Gobierno, Pedro Sánchez y Carmen Calvo - Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Publicado: martes, 14 enero 2020 18:41

La oposición tendrá difícil poder preguntar a la sesión de control por las medidas adoptadas el día anterior

MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

La decisión del Gobierno de adelantar al martes las reuniones semanales del Consejo de Ministros tendrá sus consecuencias en el Congreso y en el Senado ya que condicionará la labor de control parlamentario encomendada a la oposición, según indican a Europa Press fuentes parlamentarias.

En las últimas décadas, los martes por la mañana se aprovechaban para ubicar comparecencias de ministros en comisión, ya fuera en el Congreso o en el Senado, pero a partir de ahora ya no será posible, pues a esas horas los miembros del Gobierno estarán citados en la Moncloa para asistir al Consejo de Ministros.

Las Cortes ya suelen tener su agenda ocupada los martes por la tarde y los miércoles y los jueves por la mañana con sus sesiones plenarias, por lo que las comparecencias del Gobierno se reducirían a dos tardes (miércoles y jueves). Por eso, y para compensar la falta de ministros los martes, el Congreso habrá de recurrir a los lunes y a los viernes, fechas que hasta ahora los grupos pedían liberar para permitir a sus diputados estar en sus circunscripciones.

CONTROL DEL GOBIERNO, OCHO DÍAS DESPUÉS

El cambio de día de los Consejos de Ministros también tendrá efectos en las sesiones de control. Hasta ahora, las preguntas a los ministros deben registrarse los jueves por la tarde de la semana anterior pero con opción a introducir cuestiones de última hora los lunes, 48 horas antes del Pleno, en función de lo aprobado el viernes por el Gobierno.

Pero cuando los Consejos de Ministros sean los martes, la oposición sólo podrá pedir explicaciones por las medidas aprobadas por el Gobierno ocho días antes, casi una eternidad en términos políticos, porque no habrá tiempo para poder llevar a la sesión de control lo que el Ejecutivo haya aprobado la víspera, salvo que la Cámara modifique sus normas.

En el caso del Senado es aún más complicado el control inmediato de las medidas del Gobierno porque las sesiones de control son los martes por la tarde, apenas unas horas después de que acabe la reunión del Gabinete gubernamental en Moncloa.

La nueva etapa tiene otro efecto secundario, y es que el hecho de que los ministros no vayan a renunciar a sus escaños de diputado puede obligar al Congreso a replantearse sus días de votación en sesión plenaria ante la posibilidad de que haya ausencias en días determinados.

No existe incompatibilidad legal entre ser ministro y diputado, pero en 2018, cuando el presidente Pedro Sánchez llegó a La Moncloa tras la moción de censura y su Gobierno se apoyaba en sólo 84 diputados socialistas, todos los nuevos ministros que hasta entonces habían sido parlamentarios dejaron sus escaños para evitar que su agenda interfiriera en las previsiblemente ajustadas votaciones del Congreso.

COMPRIMIR LAS VOTACIONES PARA EVITAR AUSENCIAS DE MINISTROS

Con el nuevo Ejecutivo, tanto en el PSOE como en Unidas Podemos mantienen la intención de sus ministros compaginen su cargo con el escaño de diputado, ya que el Gobierno tiene más peso en la Cámara pues juntos suman 155 votos en el Pleno.

Pero hay días determinados en que el Congreso se puede encontrar con demasiadas ausencias, pues no en vano a priori va a haber 16 diputados con cartera en el Gobierno y sujetos a actividades oficiales ajenas al Parlamento como viajes, reuniones en el ámbito de la Unión Europea o acompañamientos al Jefe del Estado.

Y uno de los principales problemas será la coincidencia de las votaciones de los martes en el Pleno del Congreso, cuando se debaten y votan proposiciones de ley, proposiciones no de ley y mociones, con las sesiones de control que se desarrollan esa misma tarde en el Senado, en las que deben comparecer los miembros del Gobierno.

Esa coincidencia ya hizo que en anteriores etapas, la última vez con Ana Pastor como presidenta del Congreso, las votaciones de los martes se desplazaran a los jueves para que los ministros estuvieran más liberados y pudieran atender sus compromisos parlamentarios en la Cámara Alta.