Afganistán.- La soldado fallecida recibe sepultura entre una masiva asistencia de vecinos y el dolor de sus familiares

Actualizado: sábado, 24 febrero 2007 20:36

FRIOL (LUGO), 24 Feb. (EUROPA PRESS) -

La soldado española fallecida el pasado miércoles en Afganistán, Idoia Rodríguez Buján, recibió sepultura en la tarde de hoy en el cementerio parroquial de Nodar, situado en su localidad de origen, Friol (Lugo).

El entierro se caracterizó por la masiva asistencia de vecinos y familiares de la joven, y por las escenas de dolor de los familiares más allegados de la joven.

Así, aunque en principio este acto iba a ser de carácter íntimo, por expreso deseo de la familia, finalmente las miles de personas que se habían concentrado hora y media antes en funeral oficiado en el polideportivo municipal se acercaron hasta el cementerio para dar su último adiós a Idoia.

Cuando el féretro abandonó el pabellón, cedido especialmente por el Ayuntamiento para la ocasión, la familia recibió el calor de los presentes, que arrancaron a aplaudir cuando los ocho compañeros de la soldado lucense en la Brilat de Figueirido salieron al exterior con el ataúd.

Además, en esta ocasión, el compañero sentimental de Idoia se unió a la hora de portar los restos mortales antes de su partida hacia el cementerio, a diferencia de la llegada, cuando permaneció al lado de la madre de la que era su novia.

Finalmente el entierro tuvo lugar a las 18.30 horas en San Mamede de Nodar, donde se produjeron escenas de gran dramatismo, especialmente por parte de la madre, que se resistía a despedirse de su hija.

ENTIERRO.

Consuelo Buján ya había tenido que ser atendida por los servicios médicos en varias ocasiones durante el sepelio y, una vez en el cementerio, quiso besar el féretro por lo que, pese a la sujeción de las personas que la flanqueaban intentando consolarla, finalmente se abrazó al ataúd sollozando amargamente.

A continuación, los restos mortales de Idoia Rodríguez Buján recibieron sepultura entre un silencio sólo roto por las salvas del Ejército.

A la salida, la madre fue traslada en una ambulancia del 061 para recibir asistencia médica, debido a la fuerte conmoción por la muerte de la joven, una vez concluidas las ceremonias de despedida que tuvieron lugar entre la jornada de ayer y la de hoy.

ASISTENTES

Previamente, autoridades civiles y militares del Estado y de la comunidad asistieron junto a los vecinos de Friol y los familiares, amigos y compañeros al funeral que se celebró en el polideportivo municipal. Entre los asistentes se encontraban los dos más altos responsables de la Defensa española, el ministro, José Antonio Alonso, y el jefe mayor de Estado de la Defensa, general de Ejército, Félix Sanz.

Además, entre otros asistentes figuró el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en representación de todo el Gobierno gallego, si bien también había otros representantes de su Gabinete, como el conselleiro de Traballo, Ricardo Varela; los titulares de la Diputación de Lugo, Francisco Cacharro; y de la de Ourense, José Luis Baltar; y otros representantes políticos, como el líder del PP, Mariano Rajoy; el del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo; o el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich en representación de la formación frentista.

A los responsables institucionales y orgánicos de la sociedad civil también se unieron los mandos militares y compañeros de la joven en la base de Figueirido a la que pertenecía, como el general de la Brilat de Figueirido, José María Prieto; o el delegado de Gobierno, Manuel Ameijeiras.

FUNERAL

Las autoridades, vecinos y familiares ya esperaban en el polideportivo antes de la hora fijada para el funeral y, finalmente, a las 17.10 horas llegó un coche fúnebre flanqueado por una comitiva que lo acompañó a pie desde el tanatorio, precedida por docenas de coronas, muchas de ellas portadas por familiares y amigos.

El féretro fue retirado del coche por ocho compañeros de Idoia en la Brilat, que lo portaron en medio de honores militares hasta el altar que se ubicó para la ocasión. Detrás iban los progenitores de la joven, con la madre apoyada en el que era su novio y de la madre de éste, quienes ya la habían acompañado a la llegada del cuerpo en el aeropuerto de Lavacolla el pasado viernes.

Finalmente el obispo de Lugo, previsto para oficiar la ceremonia, delegó esta responsabilidad por estar recuperándose de una enfermedad, si bien envió sus condolencias. Así, siete sacerdotes se encargaron de la homilía, en la que los eclesiásticos pidieron "consuelo" para los padres, especialmente para la madre, que "perdió a su única hija de una forma tan violenta".

Además, en el sermón se leyó el relato de Emaús, que habla del desvanecimiento de la esperanza y del camino de regreso a casa. "Todos tenemos derecho a volver a la casa de donde salimos llenos de ilusiones, aunque éstas no se hayan cumplido", declaró el sacerdote, quien subrayó que "una vida truncada en plena juventud no significa que se hayan perdido todas las esperanzas, sobre todo cuando es por una buena causa".

CAPILLA ARDIENTE

Durante la jornada de ayer, cientos de personas pasaron por el tanatorio de Friol, donde permaneció instalada la capilla ardiente de la joven. Familiares, amigos, compañeros de la carrera militar y autoridades arroparon a la familia y rindieron un último homenaje a la soldado, cuyo féretro se mantuvo cubierto por una bandera de España, aunque con el rostro al descubierto.

Posteriormente, cientos de personas abarrotaron el tanatorio de Friol durante la misa oficiada en memoria de Idoia Rodríguez Buján, que se desarrolló en un ambiente de tristeza y consternación del que, debido a las reducidas dimensiones de la capilla, muchas personas se quedaron fuera a pesar de la lluvia que no dejó de caer durante la ceremonia.