(Amp).- Familiares y amigos reciben en Lavacolla (Santiago) a una Ana María Ríos "cansada pero contenta" de regresar

Actualizado: sábado, 21 octubre 2006 20:32

La joven gallega subraya el "apoyo" del Consulado español en México y asegura "haber estado bien atendida en todo momento"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

Familiares y amigos recibieron hoy en el Aeropuerto de Lavacolla en Santiago de Compostela, pasadas las cuatro de la tarde, a una Ana María Ríos Bemposta "cansada pero contenta" de regresar a casa, tras ser detenida por las autoridades mexicanas durante 12 días, acusada por los agentes de aduanas de llevar en su maleta un detonador de explosivos y balas.

Así, Ana María Ríos aterrizó en el aeropuerto compostelano pasadas las tres de la tarde y, en una rueda de prensa, comentó sus "ganas de llegar a casa". Asimismo, subrayó que durante la detención en México "estuvo bien atendida en todo momento" y que los dos primeros días "fueron los más duros" y llegó a contar los pasos de la celda "sin luz" en la que se encontraba, "16 de largo y siete de ancho".

"Me tocó a mí como le pudo tocar a cualquiera", destacó la joven de Arcade (Pontevedra). Además, reconoció que en algún momento temió "que las cosas no saliesen bien", aunque insistió "en el apoyo" recibido por el Consulado español, la familia, e incluso los demás presos que acudían a la enfermería; así como agradeció el "respeto" que tuvieron los medios de comunicación.

De hecho, dos días después de que la gallega fuese detenida por las autoridades mexicanas, llegaron su madre y su primo, lo que coincidió con el "trato preferente" que recibió en relación a los demás presos. No obstante, aseguró que le "preocupaba" la familia que se había quedado en Galicia.

Al respecto de cómo estuvo atendida, se refirió "a los tres mosqueteros", como ella misma definió, y en concreto al cónsul honorario en Cancún, Javier Marañón, que le prestaron "apoyo" y le dieron "ánimo" en todo momento.

"Cuando comíamos lo hacíamos todos y sino, ninguno", explicó. En cuanto a esto, indicó que "no sabía cuántos kilos había perdido" durante su detención, pero aclaró que ella "era así por naturaleza" -en alusión a su delgadez- y no había por qué alarmarse.

"IMPOTENCIA"

Ana María Ríos explicó que en el momento en el que le comunicaron que iba a ser detenida por poseer en su maleta un detonador y balas sintió "impotencia al gritar la verdad y que nadie le escuchase". "Reaccioné gritando y llorando", añadió.

En cuanto al material por el que fue detenida, indicó que "se sospecha" que puede tener relación con "una maniobra de despiste" para llevar a cabo otra operación y puntualizó que el hecho de que su maleta fuese sin candado favoreció la "vulnerabilidad".

Además, Ana María Ríos "no sospecha" quién pudo manipular su maleta y, ante la pregunta de si había tenido algún percance en el propio hotel que pudiese tener relación con esto, respondió que lo único que había sucedido fue que "al lanzarse a la piscina, había salpicado a unos turistas estadounidenses", pero "nada más".

Asimismo, incidió en que "fue casual" que las cuatro maletas se facturasen en su nombre --ya que viajaban con una pareja-- y que a la hora de entregarlas, los propios responsables de la compañía aérea facturaron el equipaje de este modo. A pesar de este incidente, Ana María Ríos afirmó que "volvería a Cancún de vacaciones, eso sí sin maleta".

45 DÍAS DE ESPERA

Pese a que la joven pontevedresa llegó hoy Galicia, y tras autorizar el juez el regreso a España de la joven peluquera, Ana María en principio tendría que regresar a México en unos 45 días naturales para comparecer de nuevo ante la autoridad judicial.

No obstante, según indicaron fuentes del Consulado a Europa Press, si la petición de sobreseimiento que tiene previsto presentar la Procuraduría General de la República (PGR) es aceptada por el juez, Ana María quedaría libre de cargos y no tendría que comparecer de nuevo ante la justicia mexicana.

RECIBIMIENTO

Ana María Ríos, acompañada de su marido, sus padres y su hermana, fue recibida por otros familiares y amigos en el Aeropuerto de Lavacolla entre aplausos y gritos de apoyo, que provocaron sus lágrimas de emoción.

Además, le esperaba una limusina blanca en el aeropuerto para trasladarla a casa y le regalaron diversos ramos de flores, como el que le ofreció prima pequeña, que se mostró "muy contenta" con el regreso de Ana María Ríos.

También acudieron diversas autoridades, entre los que se encontraba el secretario xeral de Presidencia, Gumersindo Guinarte, además de los alcaldes de Soutomaior, Agustín Reguera, y Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores. En declaraciones a Europa Press, el regidor de Pontevedra indicó que "por fin se había acabado esta pesadilla" y que se "mostraba muy contento" del regreso de Ana María Ríos.