(Amp.)"Cartagena" dice que avisó mucho antes del 11-M de que "El Tunecino" buscaba "mártires" para la yihad en España

Actualizado: martes, 27 febrero 2007 20:12

Un miembro de la UCIE dice que el confidente ofreció voluntariamente las informaciones sobre la célula porque se le regularizó en España.

MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

El confidente policial y testigo protegido conocido como "Cartagena" declaró hoy, en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra ocho presuntos integrantes de una célula terrorista islamista fundada por Mustapha El Maimouni, que alertó a la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía "mucho antes" de los atentados del 11-M de que Sarhane Ben Abdelmajid, "Serhane El Tunecino", uno de los terroristas que se suicidaron en Leganés, buscaba "mártires" para hacer la yihad en España.

"Cartagena", que ejercía en aquellas fechas como iman de la mezquita del barrio madrileño de Villaverde y que se infiltró en el grupo tras contactar con él la UCIE, explicó que durante las primeras reuniones de adoctrinamiento celebradas en 2001 El Maimouni (actualmente preso en Marruecos por los atentados de Casablanca de 2003) y "El Tunecino" trataban de "averiguar" quiénes de los asistentes estaban dispuestos a hacer "la guerra santa" en España.

Según el testigo, "El Tunecino" le comentó en la última reunión que celebró el grupo, a principios de 2003 y en la que no estuvo presente El Maimouni, que buscaba a "mártires" de Alá para hacer la yihad en España y no en países en zonas de conflicto, como Afganistán y Chechenía.

"'El Tunecino' quería quitarles de la mente que para hacer la yihad era necesario ir a los países de conflicto, sino que se podía hacer desde los lugares en los que se residía. Se trataba de hacer la guerra santa en aquellos lugares que no tuviesen un sistema islámico como Marruecos o Argelia", manifestó el testigo.

Ese día, según "Cartagena", "El Tunecino" le dijo que "ya sabía a quién elegir y a quién llamar" y que "no se lo contase a nadie". Hasta llegar a ello, el testigo protegido relató que anteriormente se celebraron numerosas reuniones durante los fines de semana tanto en su domicilio como en el piso del acusado Abdelkrim El Ouzzani, situados ambos en el barrio madrileño de San Cristobal de Los Ángeles.

En las reuniones, señaló, se "hablaba del islam y se rezaba", actuando "El Maimouni" como líder cantando "cánticos yihadistas" y recitando "fatwas de la muerte" -decretos religiosos- para enseñárselos al resto del grupo.

En este sentido, negó haber escuchado explícitamente a los presuntos dirigentes de la célula salafista de los Grupos Islámicos Combatientes Magrebíes que hubiese que financiar la actividad de los mujahidines fuera de Europa o que se fuesen a cometer atentados en España o en Marruecos.

REUNIONES DE ADOCTRINAMIENTO.

"Cartagena", que dejó Madrid en la primavera de 2003, aseguró que conocía a los acusados de la mezquita de Villaverde y de las citadas reuniones, lideradas por El Maimouni y "El Tunecino", aunque reconoció que no todos acudieron a ellas. Se refirió a Abderrazak Azzi y a Khalid Zeimi Pardo, así como al iman de la mezquita de Alcorcón Samir Abdellah. Sobre este último, apuntó que sólo acudió a una reunión después de que el grupo le invitase, pero se fue del domicilio, porque "no estaba de acuerdo con la ideología" que se practicaba en el mismo.

También explicó que en su vivienda se celebraron dos reuniones, a las que asistieron "El Maimouni", "El Tunecino", Faisal Allouch, Azzedine Bellid, un hermano suyo que no está procesado, Mohamed Afalah (que huyó del piso de Leganés tras detectar presencia policial), Mohamed El Ouzzani y Driss Chebli, entre otros. Apuntó que no estuvo presente Abdelkrim El Ouzzani, ya que había tenido anteriormente una discusión con "El Maimouni", a quien echó de su casa tras estar alojado durante varios días.

Respecto al acusado Allouch (imputado en el 11-M, pero finalmente no procesado), el testigo señaló que le conoció durante las reuniones celebradas en el domicilio de El Ouzzani y subrayó, a preguntas del fiscal, que "nunca le escuchó decir que era lícito robar a no musulmanes para hacer la yihad". Según el fiscal, las reuniones también tuvieron lugar en la tienda y en el piso de Allouch, aunque "Cartagena" no se refirió en ningún momento de su declaración a estos lugares.

PRESIONES POLICIALES.

Al inicio del interrogatorio, "Cartagena" aseguró que la UCIE le obligó a infiltrarse en el grupo para obtener informaciones de una célula terrorista que se estaba formando en el sur de Madrid, pese a que se mostró contrario a participar en las investigaciones. "La primera vez -relató- que se acercaron para captarme era iman de la mezquita de Villaverde. Yo rechacé lo que me propusieron, pero empezaron a amenazarme con expulsarme de España. Tuve miedo".

No obstante, un miembro de la UCIE que declaró como testigo en la sesión aseguró que "Cartagena" contactó en 2001 con los Servicios de Información para ofrecer de manera voluntaria informaciones acerca de este grupo al "sentirse obligado a hacerlo" porque se le regularizó su situación en España.

El agente insistió en que "Cartagena" contactó en un primer momento con la unidad para facilitar información sobre unas reuniones de adoctrinamiento para hacer la yihad a las que asistía en diversos pisos de Madrid. "Cuando contactó con nosotros él ya formaba parte de ese entorno. Nos daba información y nosotros la recibíamos", explicó.

Subrayó también que nunca le presionaron para infiltrarse en el grupo y que tampoco le dieron instrucciones sobre cómo actuar ante la célula liderada por El Maimouni. Además, añadió que decidió abandonarla porque se sentía "inseguro" ante la posibilidad de que el grupo sospechase de que colaboraba con la Policía.

Agregó que "Cartagena" pidió entonces que se le trasladase a Granada y, a continuación, a Almería, donde volvió a retomar sus contactos con la UCIE para informar sobre otra célula terrorista islamista que se estaba creando integrada por argelinos.

La vista oral se reanudará el próximo 13 de marzo por la tarde con la prueba pericial y documental. Será entonces cuando el fiscal y las defensas de los acusados eleven a definitivas o modifiquen sus conclusiones provisionales.