El arzobispo de Valencia ordena 8 nuevos sacerdotes y les pide "no escatimar esfuerzos" ante la necesidad de evangelizar

Actualizado: sábado, 30 junio 2007 18:06

VALENCIA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un total de ocho diáconos han recibido hoy la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, durante una misa en la Catedral en la que el prelado les ha animado a ser "creativos, intrépidos, diligentes" en el ejercicio de la caridad pastoral y a "no escatimar esfuerzos en el cumplimiento de la misión", informaron fuentes del arzobispado en un comunicado.

"Ni las ocupaciones diarias en las que os veréis envueltos ni el peso de la rutina, os oculten nunca la necesidad vital y radical de la evangelización", proclamó monseñor García-Gasco.

Durante su homilía, en la que recordó continuamente la figura evangélica del "buen pastor", el arzobispo se refirió también al "gesto de postración" que han realizado los diáconos dentro del ritual de la celebración, con el rostro mirando hacia el suelo.

"Esta postura es signo de la total dedicación a Dios, del reconocimiento de nuestra débil humanidad, y de la expropiación de vuestras vidas por amor al Señor", les dijo monseñor García-Gasco. "No busquéis otra cosa en vuestra vida sacerdotal. El camino del sacerdocio pasa por la entrega de vuestras personas, como Cristo".

A este respecto, el arzobispo recordó las palabras del papa Benedicto XVI a los diáconos de Roma de que "no hay que servirse del sacerdocio para subir ni llegar muy alto ni llegar a ser importante".

De igual modo, les exhortó al esfuerzo "por conocer a las personas cuya atención pastoral se os va a encomendar". Según el prelado, "no existe un verdadero conocimiento sin amor, sin una relación interior, sin una aceptación profunda del otro. Distintos, pero cercanos".

Monseñor García-Gasco concluyó su homilía animando a "pedir insistentemente al Señor que bendiga a nuestra Iglesia diocesana con nuevas vocaciones", y a "que el testimonio de nuestro presbiterio aliente la respuesta generosa de los jóvenes que se sientan llamados".

En este sentido aseguró que "el testimonio de un sacerdocio bien vivido es la mejor promoción vocacional, es la más auténtica invitación, que tiene que ser explícita para que los jóvenes se pregunten y respondan a la llamada del Señor".