La Audiencia absuelve a dos policías nacionales acusados de apalear a un detenido en una comisaría de Barcelona

Actualizado: lunes, 30 enero 2006 19:20

BARCELONA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Sección Octava de la Audiencia de Barcelona ha absuelto a un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) acusado de apalear a un detenido cuando se encontraba en la comisaría del distrito de Ciutat Vella, en Barcelona. También ha sido absuelto su compañero de patrulla, para el que la acusación particular solicitó ocho meses de prisión por no impedir la presunta agresión, a pesar de que el detenido estaba también bajo su responsabilidad.

La acusación particular solicitó cinco años de prisión para el principal acusado, Isaac G., por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral, mientras que el ministerio fiscal pidió un año de prisión para él. En cuanto a su compañero, Ismael H., el fiscal retiró la acusación porque consideró que no agredió a la víctima. La defensa, por su parte, pidió la absolución de los acusados.

Según la sentencia dictada por la Sección Octava, los hechos sucedieron sobre las 20.00 horas del 22 de mayo de 2003, cuando los dos agentes del CNP, Isaac G.M. e Ismael H., se dirigieron a la plaza Sant Agustí de Barcelona, en el barrio del Raval, para detener a la víctima, Said D., de nacionalidad marroquí.

Al parecer, horas antes Said había mantenido una fuerte discusión con su hermana, a la que presuntamente golpeó y amenazó con un cuchillo, y ésta le había denunciado. Según relata la sentencia, Said ofreció una actitud y un comportamiento "extremadamente agresivo", por lo que los acusados tuvieron que utilizar "la mínima fuerza imprescindible".

A continuación, el detenido fue trasladado a la comisaría de Ciutat Vella por una dotación policial que había acudido en auxilio de los acusados y, una vez allí, éstos intentaron tranquilizar al detenido "dado su estado de enorme nerviosismo".

Finalmente, Said fue trasladado al dispensario Perecamps, ya que se quejaba de una lesión en la mano derecha, "sin que haya quedado probado si el acusado se lesionó antes de su detención o si se la causó al resistirse a ella", relata la sentencia.

NEGARON QUE LE HUBIESEN GOLPEADO.

Durante el juicio, celebrado hace dos semanas en la Audiencia de Barcelona, los dos acusados aseguraron que Said estaba muy exaltado cuando procedieron a su detención y que opuso mucha resistencia, aunque negaron que le golpearan.

Según su versión, cuando la hermana de la víctima les explicó lo sucedido estuvieron patrullando por la zona en busca de Said, al que encontraron en la plaza Sant Agustí.

En ese momento, el principal acusado, Isaac, se acercó a la víctima para pedirle la documentación. Según explicó durante la vista oral, Said se la entregó "a duras penas" y empezó a insultarle en español y árabe cuando le comunicó que estaba detenido por agredir y amenazar a su hermana.

Según los dos acusados, en el momento en que Isaac se disponía a esposar a Said se inició un forcejeo entre ambos, por lo que Ismael tuvo que acudir en su ayuda. En ese momento, los tres cayeron al suelo, aunque finalmente consiguieron esposar a la víctima.

Acto seguido, llegó una patrulla en auxilio de los agentes, requerida por Ismael. "Le metimos como pudimos en el coche porque estaba muy agitado y no paraba de dar patadas y de insultarnos", explicó Isaac.

"INTENTAMOS CALMARLE".

Cuando llegaron a la comisaría de Ciutat Vella, en la calle Nou de la Rambla, Said fue trasladado a una de las dependencias bajo la custodia de los dos acusados y de su superior. "Una vez allí se le leyeron sus derechos e intentamos calmarle, incluso le dimos una botella de agua y le quitamos los grilletes", explicó Ismael.

Said estuvo alrededor de 20 minutos en comisaría, desde donde fue trasladado al dispensario Perecamps, ya que tenía una mano hinchada y amoratada. Según los acusados, Said les explicó que se había lesionado durante una pelea que había mantenido aquella tarde, aunque este extremo no se hizo constar en el atestado.

"ME DEJARON TIRADO COMO A UN PERRO".

Durante el juicio, Said admitió que había mantenido una fuerte discusión con su hermana y que se había puesto "un poco nervioso". Según su versión, después de la pelea fue a cortarse el pelo a la peluquería de un conocido suyo, situada en la plaza Sant Agustí, donde coincidió con otro amigo.

Said explicó que Isaac entró en el local para pedirle la documentación y que, a continuación, le sacó a la calle para cachearle. Según explicó, él salió tranquilo a la calle y no se resistió en ningún momento. "Fue una detención pacífica en la calle, ni siquiera me pusieron las esposas", apuntó.

Said aseguró que, una vez en comisaría, Isaac le propinó una paliza. "Yo estaba sentado en un despacho, con más policías, cuando el agente entró y, sin decir nada, me dio una patada en una pierna", explicó. Según la víctima, acto seguido el principal acusado le esposó y empezó a darle bofetadas con la mano abierta. "Después me tiró al suelo, momento en que me hice daño en la mano, y empezó a golpearme con la porra en la espalda", añadió.

Said explicó que, acto seguido, Isaac sacó su pistola y le amenazó, hasta que uno de sus compañeros la cogió y la guardó en un cajón. "Me quedé tirado en el suelo como un perro", aseguró la víctima. "Yo estaba muy nervioso y los otros policías, entre ellos Ismael, miraban y no hacían nada", añadió.

MÚLTIPLES CONTUSIONES Y HEMATOMAS.

Said mantuvo que el día de la detención sólo discutió con su hermana, negando así que hubiese podido lesionarse en una pelea anterior a la detención. Todas las personas que le vieron aquella tarde, su hermano y dos amigos, aseguraron que Said estaba tranquilo en el momento de la detención, que no se lo llevaron esposado y que no tenía ninguna herida.

Tanto el superior de Ismael e Isaac, que estuvo con ellos en comisaría, como los dos policías que acudieron para auxiliarles durante la detención confirmaron la versión de los acusados, es decir, que no golpearon a Said, que él se puso muy agresivo y que les insultó y amenazó.

No obstante, aquel día, el dispensario Perecamps emitió un informe en el que se recogía que Said sufrió contusiones múltiples y hematomas, en concreto, un hematoma en el pabellón auricular izquierdo, una erosión en la pierna, una fractura en un dedo de la mano derecha y un hematoma alargado en la zona dorsal izquierda que, según el forense, pudo ser causado con una porra u otro objeto alargado y romo.

Según el Tribunal, "la prueba practicada no llega a ser bastante para formar una convicción segura sobre lo sucedido, sin margen racional de duda". Por ello, "ese estado de incertidumbre debe resolverse optando por la solución más favorable al imputado", relata la sentencia.

La Sección Octava ha basado su decisión en el hecho de que la declaración de Said, principal prueba de cargo, "fue contradicha por sus propios testigos de parte". De hecho, Said explicó que estuvo unas dos horas en la peluquería hasta que fue detenido, mientras que el amigo que estuvo allí con él aseguró que la víctima no permaneció en el lugar más de 20 minutos.

"Por el contrario, las versiones de los acusados fueron coincidentes y sin contradicciones", explica la sentencia. "Dichas declaraciones fueron corroboradas por los agentes de la dotación policial que trasladó al detenido a comisaría, que también hicieron referencia a la agresividad del denunciante", añade.

Por ello, ante la duda, la Sección Octava ha decidido absolver a los agentes Isaac G.M. e Ismael H.P. de los delitos que se les imputaban.