La Audiencia de Granada codena a cárcel a una mujer de 84 años por estafar a un hombre de 82 con demencia senil

Actualizado: viernes, 14 noviembre 2008 19:45

GRANADA, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Granada ha condenado a una anciana de 84 años a una pena de un año y tres meses de cárcel y al pago de una multa de 3.240 euros por estafar a un hombre de 82, aprovechándose del avanzando estado de demencia senil que éste padecía para adueñarse de su vivienda.

En la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, la Sala declara probado que el 20 de septiembre de 2004 la procesada, A.M.A., que mantenía una relación de amistad con R.R.Z., aprovechando que éste padecía un cuadro de demencia senil de unos cuatro o cinco años de evolución que implicaba un importante deterioro cognitivo, se desplazó con él hasta una notaría de Granada, donde consiguió que le otorgara poderes para poder vender su vivienda de Carchuna.

Así, podría realizar la transacción a la persona o personas que ella decidiera, por el precio, pactos y condiciones que conviniera. El 18 de octubre siguiente, la acusada se personó en otra notaría distina y utilizando sus poderes se otorgó un autocontrato por el que se trasmitía el pleno dominio de la casa.

En el contrato se hacía constar que R.R.Z. le vendía la vivienda a la anciana después de haber recibido el precio fijado, pese a que el hombre jamás obtuvo el dinero, según consta en la sentencia.

Durante el juicio, que se celebró en la Sección Primera de la Audiencia de Granada el pasado 30 de octubre, la anciana negó haber engañado al hombre en esta transacción y aseguró que la idea fue de él, con quien dijo entonces mantener una relación sentimental.

En su declaración, afirmó que mantenía una relación "íntima" con R.R.Z., al que conoció hace más de 15 años cuando era albañil y trabajaba con un hermano suyo, e indicó que en 2004 él estaba en "perfectas condiciones" y sólo sufría de la próstata.

Aseguró que fue idea del hombre otorgarle los poderes para que pudiera vender libremente la vivienda propiedad del anciano y que éste la acompañó al notario tanto para este trámite como para formalizar la venta de la casa a ella misma, aunque, según dijo, en este último caso él no entró al despacho del notario porque sufría de la próstata y salió a tomarse una pastilla.