La Audiencia Nacional juzga este jueves a una red de trata de mujeres destapada por el cliente que sacó a dos de ellas

Publicado: martes, 22 enero 2019 14:56

La Fiscalía pide hasta 28 años de cárcel para cinco procesados por traficar con dos jóvenes de Nigeria

MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzgará a partir de este jueves a cinco miembros de una red de trata de mujeres con fines de explotación sexual que fue destapada a raíz de la denuncia del prostituidor de una de ellas, un 'cliente' que acabó sacando de la trama a dos de las víctimas, jóvenes de nacionalidad nigeriana que ahora son testigos protegidos, según informaron a Europa Press en fuentes jurídicas.

De acuerdo al escrito de la Fiscalía, que pide hasta 28 años de cárcel por delitos de trata y prostitución y falsedad documental, la principal acusada Ebiuwa Ogbeifun, en connivencia con el resto del grupo, utilizó a un tercero para establecer contacto con una de estas mujeres en Benin City (Nigeria). Le ofreció llevarla a Europa por 40.000 euros, dinero que ella debería devolverle trabajando una vez en su destino.

Ella, como tantas otras víctimas de trata de Nigeria, se sometió a un rito vudú por el que las mujeres se comprometen a cumplir su palabra y devolver cada euro que se invierta en su traslado so pena de una maldición con consecuencias terribles para las personas de su entorno que dejan atrás cuando se marchan. La otra joven testigo protegido pasó por el mismo proceso.

Tras cruzar África por tierra en un viaje que el escrito de la fiscal resume como "penoso" y que ambas mujeres hicieron por separado por razones de "seguridad" de la organización, las dos chicas llegaron a Libia y desde allí, fueron lanzadas en una patera junto a otras 30 personas al Mediterráneo. La barcaza fue rescatada por un navío de pabellón italiano y acabaron en un campamento de refugiados en Sicilia. Allí la red las encontró.

Siempre de acuerdo al relato de la fiscal, la 'madamme' Ogbeifun utilizó de nuevo a un tercero, un tal Matthew que estableció contacto con ellas y las hizo llegar hasta Nápoles, donde otro miembro de la organización que se sentará en el banquillo de los acusados, Fred Okome, las recogió y trasladó hasta un domicilio donde debían esperar a que alguien las recogiera para llevarlas a otros puntos del continente donde la red tenía capacidad para explotarlas: Noruega, Dinamarca, y en España, Bilbao y Barcelona.

DEL CAMPO DE REFUGIADOS A LA EXPLOTACIÓN SEXUAL

Ogbeifun, que vivía en España, fue hasta Nápoles a por ellas y con documentación falsa, se las llevó hasta Noruega pasando por Dinamarca. En julio de 2015 llegaron a Oslo y allí la 'madamme', a la que ellas conocían con el nombre de Juliet, les dijo a lo que se enfrentaban. Tendrían que pagar el viaje ejerciendo la prostitución "en beneficio del grupo", pues "carecían de recurso alguno para solventar la deuda, hallándose en un país extranjero, con un idioma para ellas desconocido, sin dinero y sin contacto alguno familiar o social al que poder acudir", conforme explica Fiscalía.

Fue así como comenzaron a prostituirse en las calles de Oslo, cerca de la estación de tren, ocho horas cada noche y entregando todo lo recaudado a la 'madamme'. Las tres fueron detenidas por la policía noruega en agosto de 2015. La supuesta 'Juliet' resultó deportada a España, mientras la otra testigo protegida fue enviada a Italia, su primer punto de entrada en Europa. La tercera mujer consiguió huir de la organización y se quedó en Noruega, donde ha sido localizada para prestar testimonio en este caso.

Sin embargo, allí no se acabó la relación. La joven deportada a Italia fue contactada de nuevo por la red cuando vivía de la mendicidad en las calles de Milán. Ogbeifun la desplazó hasta España y llegó a Madrid en octubre de 2015, donde otro de los acusados, Paplo Lawrence Emuze, la instaló en un piso en Humanes donde solían alojar a las víctimas recién llegadas.

La tuvieron allí oculta un mes, hasta que Ogbeifun la envió en autobús a Bilbao, a otra vivienda en la calle Villabaso, donde coincidió con otra joven igualmente traficada y procedente de Nigeria. Compartían habitación, eran prostituídas y tenían que dar todo lo recaudado a una cuarta procesada de esta red, Abieyuwa Ero, la mujer que gestionaba el piso y supervisaba que ellas cumplieran los horarios pactados.

El control directo sobre su explotación sexual no obstante, lo hacía el quinto acusado, Godwin Othaleyemi Johnson, "persona de confianza de la organización en la ciudad de Bilbao, que frecuentaba la zona de la calle Cortes en la que las víctimas ejercían la prostitución, velando por que cumplieran sus obligaciones y no decidieran huir del grupo criminal que las explotaba".

EL CLIENTE DENUNCIÓ

Pero huyeron. En diciembre de 2015, el cliente que frecuentaba a una de ellas y que será también testigo protegido en el juicio, sacó a ambas de la red, según las fuentes jurídicas consultadas. Los tres, de acuerdo al escrito de la Fiscalía, recibieron "amenazas directas por parte de algunos de los miembros de la misma, como Juliet Ekomwen y Fred Okome, y en otras ocasiones de manera indirecta, presionando los miembros del grupo criminal a sus familiares residentes en Nigeria", pero denunciaron.

El 3 de Mayo de 2016 fueron detenidas las procesadas Ebiuwa Ogbeifun y Abieyuwa Ero y previa autorización judicial, se practicaron entradas y registros en sus domicilios. En octubre se detuvo a Godwin Oyathlemi Johnson y Paplo Lawrence Emuze y un año y medio después, en diciembre de 2017, 'cayó' Fred Okome, el hombre que las recogió en Italia en el campo de refugiados y que ha sido entregado a España tras una orden europea de detención.

Todos se sentarán a partir del jueves en el banquillo de los acusados. La Fiscalía pide para la 'madamme' hasta 28 años de cárcel por dos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución y falsedad documental, 18 para Paplo Lawrence por dos delitos de trata en concurso con delitos de prostitución, y otros 18 para Okome por la trata de esas dos mujeres.

Asimismo, solicita doce años para Godwin, el proxeneta que las vigilaba, por delitos de prostitución y nueve para Ero, la mujer que gestionaba el piso de Bilbao, por los mismos delitos. Ella es la única que no se encuentra en prisión provisional.

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