Pide más atención a las familias y que este "sobresfuerzo" se corresponda con un "estatus de dignidad y ciudadanía" para las tropas
MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) se mostró hoy de acuerdo con la eliminación del límite de 3.000 soldados en el extranjero aunque expresó su escepticismo sobre los medios con los que contarán las nuevas tropas ya que a día de hoy son insuficientes, según informó a Europa Press su secretario general, Mariano Casado.
El 'número dos' de AUME criticó que la ministra de Defensa, Carme Chacón, no ofreciese ayer "una explicación suficientemente clara" acerca de las medidas de seguridad, el personal médico o la logística que acompañará a los cerca de 7.700 militares en los que se pueden extender los efectivos en las misiones internacionales. En este sentido, expuso las "grandes dificultades" existentes hoy en día a la hora de cubrir las plazas de sanitarios en el exterior.
"¿Pasará como otras veces que los soldados no tienen donde alojarse o los alimentos suficientes?", preguntó, para denunciar que en tales ocasiones se ha recurrido a "la chapuza y a la improvisación continua".
Otra cuestión, subrayó, se refiere a "las consecuencias sociales y familiares" que se derivarán del aumento del contingente. En este contexto, pidió al Gobierno que, al igual que quiere equilibrar el despliegue de nuestras Fuerzas Armadas con el cifrado por la OTAN, también lo haga en términos sociales, y puso como ejemplo el caso de Alemania que cuenta con "más de 30 oficinas, abiertas las 24 horas, de atención a las familias de los militares".
ETAPA DE PÉRDIDA DE DERECHOS
"Países líderes del entorno de la OTAN como Alemania, Bélgica u Holanda tienen resueltas las cuestiones económicas, sociales y profesionales", indicó Casado, para defender que un ejército moderno debe contar con militares agrupados entorno a asociaciones profesionales. "¿Cómo se puede pedir ese sobresfuerzo de militares cuando estamos en una fase de pérdida de derechos, qué pasa con la conciliación laboral y familiar o con los derechos de asociación", espetó.
De esta forma, insistió en que este sobresfuerzo debe ir acompañado de "un estatus de dignidad y ciudadanía" que, dijo, ahora los soldados no tienen. "Detrás de un despliegue de esa naturaleza hay que ver que las unidades están saturadas, siempre van las mismas, están con unos ciclos muy intensos de participación, y además de la presión para los militares, su entorno familiar se resiente", advirtió.
Tras demandar al Ejecutivo que apueste por la esfera económica y social en las Fuerzas Armadas, le invitó a implantar "de una vez por todas interlocutores sociales asociativos" y a poner en marcha "de forma urgente" la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de la profesión militar. Normativa que, dijo, se trata de una "deuda histórica" que el Gobierno se comprometió a llevar al Parlamento en 2006.
Emplazó así a Defensa a "profundizar" en los costes y las repercusiones sociales que estas "decisiones de gran calado" tienen tanto en los propios contingentes como en sus familiares. "En las políticas de Defensa el tema social no se ve en absoluto. Habrá que pensar en que detrás de las misiones hay militares que son personas de carne y hueso, ciudadanos con los mismos problemas y necesidades que los demás", concluyó.
