HUELVA, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
El cabeza de lista del PSOE al Congreso por Toledo y ex ministro de Defensa, José Bono, reconoce que al PSOE "no le sobra ni un voto" en las elecciones generales del próximo día 9 de marzo, pero aseguró que los socialistas trabajan "con la ilusión y la esperanza de quien ha cumplido con su trabajo" frente "a quien se ha dedicado a la crispación y la bronca constante, como el PP".
En rueda de prensa en Huelva junto al secretario general del PSOE de Huelva y cabeza de lista al Congreso de los Diputados, Javier Barrero, Bono aseveró que esta actitud de "crispación no puede tener premio y pagará peaje", tras lo que contrapuso la gestión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la del presidente del PP, Mariano Rajoy, "que está ahí porque lo puso el dedo de Aznar, algo que se le nota en la cara".
"Mariano Rajoy parece que va diciendo que está cansado", según prosiguió el dirigente socialista, quien recordó que el grupo popular "ha hablado de crisis, pero no estarán tan mal las cosas cuando se ha producido superávit y se ha alcanzado el récord en materia de empleo".
En este sentido, Bono consideró "muy sintomático" lo que ocurre en el PP, "que está muy enojado porque no ganó las elecciones generales de 2004 y que, desde el día siguiente, considera a los socialistas como realquilados con derecho a cocina". "No aceptan de buen grado que el PSOE ganara los comicios y parece que lo que quieren ganar son las elecciones de 2004, por lo que andan muy equivocados", sentenció.
Además, señaló que "cada vez que Acebes y Zaplana aparecen junto a Rajoy representan un calvario sin solución, pues los tres fueron ministros de un gobierno que perdió y que mintió a los ciudadanos en temas como la guerra de Irak, el Yak-42, el Prestige o el atentado de Madrid", hechos por los que, según vaticinó, "pagarán un peaje".
Por último, se refirió a la polémica suscitada por la no inclusión del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, en las listas del PP al Congreso de los diputados, y aseveró que la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el propio Ruiz-Gallardón "parece que estaban luchando por suceder al padre moribundo y no han llamado ni al médico ni al cura, sino al notario para repartirse la herencia". "No hay probablemente otra pareja que se odie tanto", concluyó.
