Dice que en Europa se da un "reconocimiento especial" a un país "capaz de enfrentarse con Estados Unidos y con el Vaticano a la vez"
LOS CORRALES DE BUELNA, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
El eurodiputado socialista y ex presidente del Parlamento Europeo Josep Borrell aseguró hoy que España representa actualmente en Europa "la punta de lanza de la izquierda", que mira a nuestro país "como elemento de referencia", después de la derrota de la izquierda en las elecciones presidenciales francesas y de la "experiencia italiana, que no ha durado más de 20 meses".
En un mitin en el teatro municipal de Los Corrales de Buelna, en el que le acompañaron la candidata del PSC-PSOE al Congreso y ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, y la secretaria general de los socialistas cántabros y vicepresidenta regional, Lola Gorostiaga, Borrell subrayó por ello la importancia de las próximas elecciones generales no sólo para los españoles.
Según dijo, en el mapa político europeo actual "quien representa mejor a la izquierda y el progreso es el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero" y, por eso, son muchos los eurodiputados que le advierten sobre la relevancia de la cita electoral y animan a los socialistas a no confiarse, para evitar que la derecha vuelva a "levantar cabeza" en España.
De hecho, aseguró que esa posibilidad de una victoria del PP "horroriza a la gente en Europa" porque el ex presidente José María Aznar dejó un recuerdo "bastante desagradable" y "no era bien visto" por su "seguidismo" de Estados Unidos, que culminó con la guerra de Irak, un conflicto que para Borrel fue "el mayor error que ha cometido el mundo occidental en sus relaciones con el mundo árabe".
"Es una enorme tragedia de la que hay responsables con nombres y apellidos. Y Aznar es uno de ellos", recalcó el eurodiputado socialista, quien elogió por contra la actitud de José Luis Rodríguez Zapatero, que cumplió su compromiso de retirar las tropas, en un "gesto valiente y aplaudido" por todos los que se opusieron a una guerra que se sustentó en una "gigantesca mentira" y respondió "únicamente a intereses geopolíticos" de Estados Unidos.
Borrell explicó que esa acción de Rodríguez Zapatero ha hecho que la imagen de España en Europa haya cambiado, pero también ha influido en ello el "frente de discusión" abierto con la Iglesia Católica en defensa del laicismo.
"Por eso también se nos aplaude en Europa y se mira con simpatía y admiración desde la izquierda a un Gobierno capaz de enfrentarse con los poderes eclesiales", recalcó el eurodiputado, quien deseó que la próxima legislatura se defienda aún más la separación entre Iglesia y Estado.
Según dijo, en Europa, a un Gobierno "capaz de enfrentarse con Estados Unidos y con el Vaticano a la vez" se le otorga un "reconocimiento especial" y con ello, junto con otras actuaciones como la oposición española a la independencia de Kosovo, consideró que el Gobierno ha demostrado que España, pese a ser un país pequeño, "puede existir en política internacional sin tener que ir mendigando las migajas o tomando cafés con los poderosos del mundo".
"CUIDADO" CON LAS REBAJAS FISCALES.
Junto a todo esto, aseguró que a España también se le mira "con admiración" desde Europa porque tiene en la actualidad el segundo mayor superávit presupuestario de toda la Unión Europea, y eso, a su juicio, es "muy bueno, porque los tiempos que vienen puede que no sean fáciles".
En este sentido, admitió que "la crisis que existe a nivel internacional" afectará a España, pero aclaró que no es lo mismo afrontarla cuando se tienen las arcas llenas, que cuando se tiene déficit.
También en materia de política económica, Borrell recomendó "cuidado" frente a los que prometen rebajas de impuestos "tratando de hacerse los simpáticos" y agarrándose al lema: "los impuestos, cuanto menos, mejor". Frente a ello, defendió que los impuestos deben ser "los necesarios para mantener los servicios públicos". "El discurso populista que quiere decir que se pueden reducir los ingresos y mantener los niveles de gasto es la mayor falacia", sentenció.
Por ello, abogó por políticas que "ajusten" los ingresos y mantengan una presión fiscal "razonable y sensata" para atender los servicios públicos, en lugar de "echar la casa por la ventana rebajando impuestos".
