Un centenar de autocares con peregrinos llega a Benicassim para la fiesta de la beata Inés

Actualizado: lunes, 21 enero 2008 10:56


VALENCIA, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

La localidad valenciana de Benicassim celebra hoy, lunes, la festividad de la beata Inés con la participación de miles de devotos que llegarán al monasterio de la Purísima de las agustinas descalzas, para rendirle homenaje. Está prevista la llegada de un centenar de autocares con peregrinos, según indicaron fuentes del Arzobispado.

Las celebraciones han sido anunciadas desde las 7 de la mañana de con el volteo general de campanas. A las 11.30, en la plaza de la beata Inés, el cardenal arzobispo emérito de Barcelona, Ricard María Carles, presidirá una eucaristía solemne de campaña en la plaza de la Beata, tras la que se disparará una gran mascletá.

Después de recibir el homenaje de sus devotos con una ofrenda floral, la imagen de la beata recorrerá ya por la tarde en procesión las calles de Benicassim, acompañada por los festeros de la Hermandad Inesina y vecinos de la localidad, que por la mañana habrán participado en un ofrenda floral a la beata en el monasterio.

Siguiendo la tradición, a lo largo del recorrido procesional, en algunos portales de la localidad, los vecinos de Benicassim escenificarán estampas de la vida de la beata. El director del archivo de Religiosidad Popular, Andrés de Sales Ferri, explicó que Inés de Benicassim "fue una religiosa con una vida espiritual intensa, llena de revelaciones místicas, como el abrazo que recibe de Jesús , quien libera sus manos de los clavos del crucifijo frente al que oraba la religiosa, o la aparición del Niño Jesús para ayudarle a rescatar las llaves de la despensa que se le habían caído a un pozo".

Josefa Teresa Albiñana Gomar, que asumió como religiosa el nombre de Josefa María de Santa Inés, nació en Benicassim en 1625 y con 18 años ingresó en la orden de las Hermanas Agustinas Descalzas fundada por San Juan de Ribera.

Hasta su muerte en 1696, con 70 años, permaneció en el monasterio de Benicassim realizando los oficios más humildes del convento, cuidando también de las religiosas enfermas y, además, ayudó con sus consejos a personas que acudían a recibir sus orientaciones. El papa León XIII la beatificó en 1888, según las mismas fuentes.